Alfonso Quijada Martínez nace en Valdeganga, Albacete, en 1937. A los dos años su familia se mudó a La Gineta, donde se crio. Desde niño mostró una orientación artística significativa hacia el dibujo que aumentó vocacionalmente cuando recibe las lecciones para el desarrollo de la técnica del óleo por el profesor Abelardo Cuesta, que le enseñó también a preparar el lienzo. En esta época pinta bodegones y paisajes, principalmente.
Durante su adolescencia y juventud estudia bachillerato en la capital albaceteña y se marcha primero a Murcia y después a Madrid a estudiar farmacia. En la Universidad pudo conocer las actividades del grupo El Paso formado por pintores, críticos y escultores de todos los rincones del país que, en 1957, firmaron un manifiesto por el que se configuraba y definía la vanguardia española de posguerra, deslavazada desde el final de la Guerra Civil.
Quijada es un pintor autodidacta. Aprende viendo exposiciones, visitando museos y leyendo las escasas revistas de arte que caen en sus manos. Así llega a la obra de Kandinsky, Modigliani o de Klee entre otros, con los que se introduce en el arte abstracto.
Su personalidad inquieta y su enorme curiosidad, aspectos relacionados con sus estudios y conocimientos científicos como farmacéutico, son la base de su lucubración. Por esta época realiza fichas con preparaciones microscópicas en las que las ilustraciones pueden ser consideradas como sus primeras obras abstractas, aunque, si bien no tienen formas figurativas, sí son representaciones de la realidad, de una realidad microscópica. En sus paisajes empieza a aparecer una preocupación por los materiales pictóricos y mezcla óleo con arena, polvo de mármol y otras sustancias que le permitan lograr nuevas texturas.
En Madrid publica sus primeras ilustraciones en revistas universitarias como Áspid, la propia de la facultad de farmacia en la que también escribe, y Azada y Asta, publicación de corte requeté para la que realiza algunas láminas. Tanto los dibujos como los textos tienen un tono irónico, cercanos al humor y con una clara influencia del surrealismo.
Durante un periodo de tiempo de casi una década empieza a jugar con la línea, el color y, sobre todo, con la materia, con los que experimenta gracias a sus conocimientos de química. Su pintura es un progresivo descubrimiento de materiales con los que poder expresarse a través de un lienzo o cualquier otro tipo de soporte.
En sus dibujos figurativos raspa, hace líneas incisas, transforma los soportes con ácidos entre otros, para tener calidades diferentes. Desde la mancha construye composiciones partiendo de sus formas. Tiene algunos escarceos con la escultura que hace de hierro o madera y que luego pinta creando formas cercanas al surrealismo de Ernst. Construye cuadros tridimensionales también con maderas recortadas. A partir de estas experiencias empezará a interesarse por composiciones más espaciales.
En un primer momento hace collages en función de la ilustración, pero en seguida descubre las cualidades plásticas que estos le permiten por sí mismos. Sus collages pueden dividirse en dos grandes grupos: los surrealistas, y los puramente abstractos. Los primeros se subdividen en los de corte ingenuo, con figuras amables de un cierto sesgo infantil; los eróticos, y unos terceros que él califica de morbosos. En los puramente abstractos utiliza papeles de seda pegados, cartones rotos y materiales similares junto a líneas recortadas, grafismos o manchas que, una vez terminados, crean espacios que luego traslada al lienzo. El surrealismo de Quijada parte en cierto modo de sus collages.
Al terminar sus estudios se establece como farmacéutico en la emblemática calle Tejares de Albacete, donde permanecerá hasta su muerte. Su farmacia fue un lugar de encuentro y un pequeño taller donde la ciencia era una fuente de hallazgos para las posibilidades de sus obras. Era un “lugar mágico y punto de encuentro de artistas”.
A partir de los años setenta su pintura adquiere valores plásticos propios. Esta fase se podría llamar informalista por la ausencia de volúmenes. Sin dejar de mezclar y usar distintos materiales, empieza a preocuparse más por el color. Utiliza grises y azules, y puntos de luz que iluminen la composición o la centren en un determinado lugar del cuadro. En cuanto a la perspectiva, modifica el espacio por medio de formas que en ocasiones proyecta desde el infinito. Utiliza prismas, a veces irregulares, como gruesos bloques de granito, de arenisca o de cemento, remarcando sus volúmenes a través del claroscuro.
Es en esta década cuando realiza la mayoría de sus exposiciones, destacando ciudades como Albacete, Murcia, Salamanca, Barcelona y Granada, e incluso la isla de Ibiza. En 1974 expone en la Galería Serrano 19 de Madrid. Recibe el premio Azorín de Alicante en el 72’, expone en la II Bienal de León en el 75’, gana el Molino de Plata en Valdepeñas en el 72’, 74’ y 78’ y un largo etcétera.
Alfonso Quijada estaba implicado de manera muy activa en la cultura de su ciudad y provincia. Realizó carteles para la Feria de Albacete y portadas de periódicos, pintó el mural del Altar Sagrado de la nueva Parroquia de San José y para dos colegios de la provincia: en Tarazona de la Mancha y en Madrigueras.
Desde su farmacia-taller alentaba y llevaba con sus amigos y discípulos pintores iniciativas para impulsar y cultivar el arte a través de la promoción de certámenes, exposiciones y concursos. Es lo que le convirtió en uno de los grandes referentes para las nuevas generaciones de artistas de la ciudad manchega. En una entrevista para el catedrático en arte y pintor Juanjo Jiménez publicada el 18 de julio de 1886 en la Guía Cultural Nº 16 del Ayuntamiento de Albacete, Quijada reconocía que: “En los años 60’ éramos muy pocos los que hacíamos abstracción en España”. Podría señalarse como uno de los primeros introductores de este estilo en el sur de La Mancha. En el catálogo de la Exposición de A. Quijada en el Museo de Albacete (1995) se resalta “el fenómeno de la rara adhesión a la manera plástica por parte de un público como el de Albacete […] merece ser examinado […] como un interesante fenómeno de sociología artística”.
Realizaba fotomontajes con recortes y palabras que metía en sobres improvisados a los que signaba como “contiene idea” para unirlos más adelante a través de técnicas diversas (fotografía, tipografía, dibujo…). En ellos mostraba un mundo de imágenes chocantes con frases controvertidas y socarronas que tenían mucho que ver con los fotomontajes de Max Ernst, André Breton, Man Ray, Josep Renau, o con los actuales memes que nos encontramos en redes sociales.
Le gustaba coleccionar objetos variopintos entre los que se encontraban piedras, muebles, relojes, piezas metálicas, botellas, fósiles y mucho más. “Tengo espíritu de coleccionista, coger cosas sin ningún valor, simplemente por guardarlas. Y todo eso claro que tiene relación con mi pintura, porque supone clasificarlas, ordenarlas. Se las somete a una jerarquía igual que en pintura o en el arte, donde se ordenan colores y formas”, “la pintura es forma, color y materia”. Dado que vivía de ser farmacéutico, “pude hacer con el arte realmente lo que deseaba”.
“Me interesa más la huella que deja el hombre que el hombre mismo. El hombre individualmente no tiene importancia, sino el conjunto de la humanidad, entendido como un espacio infinito en la pequeñísima tierra, los astros, etcétera. Hay en el hombre una parte material que no muere, que queda siempre viva y que forma parte del Universo, que tampoco muere”.
En 1990 realiza su exposición más importante en número de obras y en propuestas artísticas, resaltando las pinturas que realiza sobre cajas de cartón. Su familia dona 33 obras al Museo de Albacete. Morirá en 1994 a los 57 años.
BIBLIOGRAFÍA Y WEBGRAFÍA:
- Museo de Arte Contemporáneo de Villafamés, Castellón: https://www.macvac.es/artista/quijada-martinez-alfonso/
- IZAGUIRRE, Feli. “Alfonso Quijada: La paradoja del hombre”. Blog Albacete Bienmesabe. 2014. https://albacetebienmesabe.blogspot.com/p/blog-page.html
- SÁNCHEZ ROBLES. “Un pionero de la abstracción en pintura”. La Tribuna de Albacete. Jueves, 24 de abril de 2014. https://www.latribunadealbacete.es/noticia/z9cf8bbf2-a13f-aa8c-f0ce5479c10c007a/201404/un-pionero-de-la-abstraccion-en-pintura
- GARCILEÓN. “Quijada. El legado. Museo de Albacete”. Blog Sin ir más lejos. Lunes, 17 de febrero de 2014. https://garcileon-sinirmaslejos.blogspot.com/2014/02/quijada-el-legado-museo-de-albacete.html
- Todocolección.net. “Azada y Asta”. Abril-mayo 1961. https://www.todocoleccion.net/coleccionismo-revistas-periodicos/azada-asta-n-11-revista-universitaria-abril-mayo-1961-carlismo-requete~x155918242
- TENDERO, Arturo. “El pintor Alfonso Quijada”. La siesta del lobo. Revista de creación artística. Nº 2. 1996. Pág 5.
- JIMÉNEZ, Juanjo, “Entrevista a Alfonso Quijada”. Guía Cultural del Ayuntamiento de Albacete. n.º 16 (Julio, 1986).
- GARCÍA BERRIO, Antonio; HERNÁNDEZ FERNÁNDEZ, Teresa. Catálogo Exposición de A. Quijada en el Museo de Albacete. Febrero, 1995.
- SANZ GAMO, Rubí,“Alfonso Quijada (Albacete, 1937)”, Pintores albacetenses contemporáneos (1900-1983), Albacete, Instituto de Estudios Albacetenses, 1984, pp. 239-243.