Pintora y grabadora realista, casada con el pintor Lucio Muñoz, con el que tuvo cuatro hijos: Lucio, Nicolás, Diego y Rodrigo.

No estudió Bellas Artes, sin embargo, su empeño personal, su vocación artística y el entorno en el que desarrolló su trabajo y su vida le permitieron generar una importante obra pictórica, reconocible y de indudable calidad. Pintó alrededor de mil cuadros. Su lenguaje pictórico personal ha convertido a Amalia Avia en un referente de la pintura realista española del siglo XX.

Amalia Avia nace en Santa Cruz de la Zarza (Toledo) en 1930. Es la hija menor de seis hermanos: Josefa, Manuel, Félix, Luis, Maruja y Amalia, fruto del matrimonio entre Félix Avia García (diputado por Toledo en 1933 y 1936) y Donatila Peña Albares. Pasa su primera infancia en Madrid. La trágica muerte de su padre en 1936, marca esta primera etapa de su vida. Estudia en el Colegio Santa Isabel, dirigido por las Religiosas de la Asunción, en distintas etapas, condicionada por la guerra y las circunstancias familiares. Al finalizar sus estudios regresa a Santa Cruz de la Zarza, donde se integra en la vida cotidiana del pueblo: borda, cose, se interesa por las tareas agrícolas de su casa y disfruta de las manifestaciones de la cultura popular, como el folklore y las procesiones.

Realiza viajes esporádicos a Madrid donde residía su hermana Josefa. De su estancia en el pueblo durante esos años, recuerda con especial interés los paseos y las visitas al campo con su hermana Josefa y con Joaquín Silva, terrateniente local y hombre cosmopolita que no procedía de Santa Cruz de la Zarza. Joaquín le descubre a Picasso. A finales de 1951 muere su hermana Josefa. En abril de 1952 hace el Servicio Social en el Castillo de la Mota, en Medina del Campo. En parte, esta actividad le sirve para cambiar de ambiente y reorganizar su vida tras la muerte de su hermana mayor. Su familia adquiere un modesto, pero agradable, piso en la Avenida de los Toreros, frente a la Plaza de toros de las Ventas. Recupera su afición de siempre por el dibujo y decide acudir a clases de dibujo y pintura con un viejo pintor, Don José Ordoñez, que daba clases en la calle Blanca de Navarra. Ordoñez muere a los dos meses.

Amalia realiza estudios libres de pintura en la academia de Eduardo Peña, en la calle Arenal, 22, donde definitivamente comienza su preparación pictórica y artística. En la Academia Peña coincide con Gloria Alcahud, María Victoria Pérez Camarero, Esperanza Parada y Coro Salis. Es en la Academia Peña donde se imbuye del ambiente pictórico madrileño y conoce las distintas tendencias artísticas. Lee a Lorca, Juan Ramón Jiménez, Miguel Hernández, Rabindranath Tagore y algo de Machado.

Al finalizar su segundo año en las clases de Peña, en octubre de 1954, con 24 años, realiza un viaje a París junto a los alumnos de fin de carrera del curso de la Escuela de Bellas Artes de San Fernando, algunos, antiguos alumnos de Eduardo Peña. Durante este viaje conoce a Lucio Muñoz, que formaba parte del curso del 54 de la Escuela de BB AA. Un curso de éxito, del que formaban parte además de Lucio, Luis Feito, Julio López Hernández, Carmen Laffón, Esperanza Nuere, Miguel Rodríguez Acosta, Begoña Izquierdo, Paco Barón, Camilo Porta, Julián Moreno o Julián Martín de Vidales. A la vuelta de París, sigue en contacto con el grupo de la Escuela de BB AA, entre los que se integra y participa del ambiente pictórico e intelectual de la “bohemia madrileña”. En una fiesta realizada en un estudio de pintura conoce a su gran amigo Antonio López García. Durante 1956, para completar su formación en dibujo, se apunta a clases nocturnas libres en el Círculo de Bellas Artes, en la calle Alcalá, donde conoce a Manolo Raba, Fernando Higueras, Waldo Aguiar, Julio Álvarez, Máximo de Pablo …

Ese mismo año, en 1956, decide montar un estudio de pintura junto a sus amigas Esperanza Parada, Gloria Alcahud y Coro Salis. En un principio en la calle Torrijos, luego en el barrio de la Guindalera, en la calle Béjar, nº 23, mientras sigue con las clases libres en el Círculo de BB AA, a las que seguirá asistiendo hasta 1960. Amalia recuerda en sus Memorias, De puertas adentro, que es durante este período cuando encuentra en parte su estilo pictórico característico: vuelve a reproducir lo que veía, vuelve al realismo, y su paleta se caracteriza por el predominio de los colores ocres y tierras, utiliza colores apagados, suavizados y amortiguados, que serán habituales de su lenguaje pictórico. Podemos definir esta primera etapa en la pintura de Amalia Avia como pintura de lo cotidiano y entrañable, con predominio de bodegones, pequeñas plazas y paisajes rurales, procesiones y actos localizados en su pueblo.

Animada por Lucio Muñoz, en 1958 participa en los Concursos Nacionales de pintura y en los de la Fundación Rodríguez Acosta. Realizando su primera exposición individual en la Galería Fernando Fe de Madrid en abril de 1959, dirigida entonces por Tomás Seral y Casas, y situada en la Puerta del Sol. El texto de presentación del catálogo de Amalia lo realiza José de Castro Arines, crítico del diario Informaciones.

En 1960 se casa con Lucio Muñoz en la iglesia de Santa Rita de Madrid. Durante ese año nace su primer hijo, Lucio Muñoz Avia.

En 1961 realiza su segunda exposición individual en la Galería Biosca, propiedad de Aurelio Biosca y dirigida por Juana Mordó, con texto de José Ayllón, teórico del grupo El Paso. Vende cuatro cuadros, uno de ellos al Museo de Arte Contemporáneo. Amalia participa en la colectiva, Pintura Española Contemporánea, en la Maison de la Pensée Française, en París

Durante finales de los años cincuenta y sesenta el núcleo esencial del arte plástico madrileño lo conforman los artistas de la escuela de Madrid y los artistas elegidos por Luis González Robles para representar a España en distintos certámenes internacionales, que se aglutinaban en torno a la Galería Biosca, dirigida por Juana Mordó con el asesoramiento de José Ayllón. Amalia vive la pintura integrada en este núcleo esencial del arte contemporáneo madrileño y participa del desarrollo de las vanguardias artísticas en España.

En 1962 nace su segundo hijo, Nicolás. Durante ese año se trasladan al santuario de Aránzazu, en Oñate, Guipuzcoa, para que Lucio Muñoz lleve a cabo el encargo de realizar el ábside de la basílica. Amalia sigue pintando en las dependencias del Santuario de Aránzazu donde son alojados. Participa en la exposición colectiva itinerante por España: 20 años de la Pintura Española. En 1963, forma parte de otra exposición itinerante por varias provincias españolas: Figuración en España. En noviembre, nace su tercer hijo, Diego.

Durante estos años, la casa de Lucio y Amalia en Hilarión Eslava es centro de reuniones constantes y tertulias donde se habla de arte. Son habituales de estas tertulias artistas como Chicharro, Sempere, Paco Nieva, Antonio López García, Julio López y Esperanza Parada, Dimitri Papagiorgius, Esperanza Nuere, Juana Mordó, Ernesto Wuthenow y José Ayllón, entre otros.

El 14 de marzo de 1964 se inaugura la Galería Juana Mordó, en Villanueva, 7, con una exposición colectiva en la que participa Amalia. En noviembre, expone individualmente en la Galería Juana Mordó con texto de Paco Nieva. Una exposición que fue itinerante y se pudo ver en Córdoba y en Sevilla. Con esta exposición individual entra a formar parte de los artistas de la Galería Juana Mordó. Los años sesenta son años de gran intensidad personal, creativa e intelectual, que se traducían también en compromiso social y político. Son años de cartas protesta, encierros y escritos reivindicativos. Durante estos años, la pintura de Amalia se caracteriza por incidir de manera especial en los temas sociales. Su madre, Donatila Peña, muere el 27 de mayo de 1965.

Recibe el premio del Concurso Repesa en 1966. En 1967 nace Rodrigo, el pequeño de sus cuatro hijos.

En 1968 realiza una nueva exposición individual en las salas de la Dirección General de Bellas Artes del Paseo de Recoletos de Madrid. Se exhiben 50 cuadros, presentados por Víctor Nieto Alcaide. Conoce a Adolfo Castaño, poeta y crítico de arte, que escribía entonces en La Estafeta Literaria, uno de sus grandes amigos.

En 1969 participa en la muestra de Pintura Actual en España, que recorre varias ciudades de EE UU. En 1970 expone con otros realistas en el Kunstkabinett de Francfort.

En 1972 realiza su quinta exposición individual en Madrid, vuelve a la Galería Biosca, dirigida por Felipe Santollano. En esta exposición, se aprecia un alejamiento de los temas sociales para interesarse en aspectos más plásticos y simbólicos, caracterizados por la ausencia de la figura humana, apareciendo las casas, sus fachadas y paredes desconchadas en primer plano. En 1973 Aurelio Biosca le presenta a su nuevo colaborador y director, Leandro Navarro. Con su vuelta a la Galería Biosca, en 1973, Amalia afirma en sus memorias (pág.:312): “Empiezo a ser una verdadera profesional”. Biosca vende buena parte de su obra y comienza a exponer habitualmente fuera de Madrid: Galería Val i 30 de Valencia; Feria de Basilea; Homenaje a Manolo Millares, en la Galería Juana Mordó; participa en la exposición Arte 73, que la Fundación Juan March lleva a Londres, París, Roma y Zurich, y varias ciudades españolas; es incluida en la exposición organizada por la Galería Marlborough: Realistas Españoles, en Londres. Realiza sus primeros aguafuertes, formando parte de la carpeta de grabados que el Grupo 15 dedica al poeta Eduardo Chicharro. Durante esos años venden la casa de Torrelodones y se van a vivir a las afueras de Madrid. Comienza a pintar calles y viejos jardines de Ciudad Lineal, Arturo Soria,…

En 1975 expone en la Galería Muller de Winterthur y en la Galería Laietana, en Barcelona. En 1976 se edita el libro Amalia Avia. Maestros del Arte Español Contemporáneo, con motivo de su nueva exposición individual en la Galería Biosca.

En 1978, recibe el “Premio Goya de la Villa de Madrid”. En 1979 expone individualmente en la FIAC de París con la Galería Mun de Bilbao, en colaboración con la Galería Juana Mordó. En 1981 participa en la exposición Nueve pintores españoles en la Galería Nacional de Sofía, Bulgaria. Biosca edita: Spleen. Cuaderno Madrileño, carpeta de 12 aguafuertes de Amalia Avia comentados por Francisco Umbral, coincidiendo con una nueva individual en esta Galería. Exposición en la que predominan interiores, muebles, dormitorios, sofás… Se aprecia una narrativa expositiva específica, muy característica de la pintura de Amalia: sus cuadros hay que verlos en conjunto, adquieren nuevos significados cuando se contemplan y se dimensionan unos junto a otros, una característica esencial para entender su obra. Durante este período, enmarcados en los paisajes carentes ya de figuración, aparecen los primeros planos, convertidos en retablos informalistas próximos e inquietantes. Una puerta, un garaje, una pared, una fachada… tratados con una complejidad y riqueza técnica tal, que a la realidad objetual que representan, le añaden nuevos significados cargados de calidez y vivencias, hasta conseguir dotarlos de una peculiar abstracción íntima y personal, en palabras de su gran amigo y crítico de arte Adolfo Castaño. Madrid se convierte en protagonista de gran parte de su obra pictórica, un aspecto esencial para entender la obra de Amalia Avia.

En 1982 participa en la Bienal de Vila Nova de Cerveira, en Portugal. En 1983 participa en la exposición: Realidades, en el Museo Extremeño de Arte Contemporáneo, Cáceres; Mundiarte edita la carpeta con seis aguafuertes: La emigración a América. En 1984 participa en Realistas a Madrid, en el Salón del Tinell de Barcelona y participa en la exposición, Madrid, Madrid, Madrid, en el Centro Cultural de la Villa de Madrid. Resegna di Gráfica en 1985, en Bolonia, Italia y Feria de Basilea, con la Galería Juana Mordó. En 1988 participa en la colección de grabados realizada por el Ministerio de Trabajo, Arte y Trabajo.

Desde mediados de los años ochenta mantiene una tertulia quincenal en un torreón de su propiedad junto a la Puerta del Sol, de la que son habituales el psiquiatra Enrique Baca, el psicólogo Vicente Sierra, Adolfo Castaño, Concha Jiménez, María Antonia Dans, Arabela Villalobos, Esperanza Parada o Beatriz Balmaseda. Esporádicamente fueron contertulios del torreón y posteriormente de su casa en el Parque Conde de Orgaz, Raúl del Pozo, Pepe Díaz, Paco Umbral, el director de orquesta italiano Ferdinando, Salvatore Rabo y Álvaro Delgado, entre otros.

A partir de los años noventa existe una continuidad tanto temática como pictórica en la obra de Amalia Avia, aunque Madrid sigue siendo su principal leit motiv pictórico, amplía su ámbito geográfico y se hace más cosmopolita, para representar lugares de otras ciudades como París, Lisboa o Nueva York.

En 1990 expone individualmente en Bilbao (Galería Aritza), en La Coruña (Caixa Galicia), Santander (Galería Trazos) y en la Galería Detursa de Madrid. Le siguen exposiciones en Sevilla en 1991, en la Caja de San Fernando en 1991. Y las individuales en Val i 30, Valencia, Charo Frutos y Juan Gris de Madrid, en 1993.

En 1992 se organiza una exposición conjunta: Otra Realidad: compañeros en Madrid, donde se recogen las obras de Lucio Muñoz, Joaquin Ramo o Enrique Gran, junto a las de Antonio López García, Francisco López y Julio López Hernández, María Moreno, Isabel Quintanilla, Esperanza Parada y Amalia Avia.

A partir de los noventa, la Galería Juan Gris será la sala de referencia madrileña de Amalia Avia, donde realiza exposiciones individuales en 1993, 1995, 2000 y 2004. Otras exposiciones: Galería Clérigos, Lugo, 1998; Val i 30, Valencia, y Ayuntamiento de León: La realidad de Amalia Avia, en 1999; Galería Teresa Cuadrado, Valladolid, 2001.

Entre mayo y junio de 1997 el Centro Cultural de la Villa de Madrid organiza una Exposición Antológica, comisariada por Marisa Rivera Navarro. El Ayuntamiento de Madrid edita un libro: Amalia Avia. Exposición Antológica. Ese mismo año, expone en la Galería Aritza, de Bilbao y en la Caja de Ahorros de Pamplona.

El 24 de mayo de 1998 muere Lucio Muñoz en Madrid.

En 2002 se inaugura la Casa de Cultura “Amalia Avia” en Santa Cruz de la Zarza y el Ayuntamiento de la localidad adquiere la Colección Amalia Avia de grabados.

En 2005 realiza una exposición junto a María Moreno e Isabel Quintanilla, con el título: Pinceladas de realidad, en el Museo de Bellas Artes de A Coruña.

Amalia Avia Peña muere en Madrid, el 30 de marzo de 2011.

En 2013, el Museo de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando expone una selección de óleos de Amalia Avia, del 18 de octubre al 9 de noviembre, en la Sala nº 30, segunda planta, con motivo de la representación de las zarzuelas Los amores de la Inés y La verbena de la Paloma en el Teatro de la Zarzuela, como inicio de su temporada lírica, ambientados en cuadros de nuestra artista. Un homenaje sin duda merecido a la que sin duda es una de las grandes cronistas de la ciudad de Madrid.

En 2014 el Instituto de la Mujer de Castilla-La Mancha crea los Premios y Muestra: Mujeres en el Arte ‘Amalia Avia’, cuyo objetivo anual es: “destacar el papel de las mujeres en el campo de las artes, visibilizar su talento para alcanzar la igualdad y apoyar la participación femenina en la esfera artística, generando espacios como éste para compartir sus obras”.

Del 9 de febrero al 22 de junio de 2016, se realiza una exposición retrospectiva de Amalia Avia, Antonio López García, Julio López Hernández, Francisco López, María Moreno, Esperanza Parada e isabel Quintanilla, con el título: Realistas de Madrid, en el Museo Thyssen Bornemisza, comisariada por Guillermo Solana y María López Moreno.

En 2022, en la Sala Alcalá 31 de la capital se lleva a cabo la retrospectiva: El Japón en Los Ángeles. Los archivos de Amalia Avia, que reúne 113 obras de la artista de colecciones públicas y privadas, y  se edita un libro del mismo título, que analiza y revisa la obra de Amalia centrándose en su proceso creativo. Se trata de la primera gran muestra monográfica en 25 años dedicada a nuestra artista.

A partir del trabajo realizado para esta exposición retrospectiva y monográfica, se inaugura un recorrido urbano en Santa Cruz de la Zarza, con fotografías de los cuadros de Amalia Avia, ubicados en aquellos lugares del entramado urbano donde fueron realizadas las fotos que sirvieron de modelo para la elaboración de la obra pictórica de Amalia de tema rural. Lugares fotografiados por Amalia Avia ayer, que luego formarían parte de su proceso creativo, dando lugar a cuadros de procesiones, vistas panorámicas, recorridos de la banda de música…, que con este recorrido, a día de hoy, siguen formando parte del presente de Santa Cruz de la Zarza. Organizado por la Asociación de Amigos del Museo Etnológico: Joaquín Arias y la Oficina de Turismo del Ayuntamiento de Santa Cruz de la Zarza.

Bibliografía y webgrafía:

• Amalia Avia. Maestros del Arte Español Contemporáneo, Barcelona, Editorial La Gran Enciclopedia Vasca, 1976. Nº 4.
• Otra realidad: compañeros de Madrid. Editado por Caja de Madrid, 1992. Amalia Avia, Enrique Gran, Antonio López García, Francisco López, Julio L. Hernández, María Moreno, Lucio Muñoz, Isabel Quintanilla, Joaquín Ramo, Esperanza Parada. Fundación Humanismo y Democracia.
• Exposición Antológica. Centro Cultural de la Villa. Madrid, Ayuntamiento de Madrid (mayo-junio, 1997).
• Colección Municipal Amalia Avia. Madrid, Edición Ayuntamiento de Santa Cruz de la Zarza (Toledo), 2002.
• De puertas adentro. Memorias, Madrid, Editorial Taurus, memorias y biografías, 2004.
• El Japón en Los Ángeles. Los archivos de Amalia Avia, Madrid, Editorial Turner, 2022.
• Página web http://www.lucioyamalia.com/