Ana Luciano Divis. Romina Grosso, “A 25 años de la muerte de Tania, una leyenda del tango”, 17-2-2024. https://www.infobae.com/. Consulta 25-9-2024.

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Yira, yira (tango, 1958), Donato Racciatti y su orquesta típica, canta: Tania (Ana Luciano Divis). Youtube, https://www.youtube.com/. Consulta 25-9-2024.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Ana Luciano Divis
"Tania"
Toledo.
1900 -
Buenos Aires.
1999.
Actriz, cantante.

Ya lo dice el refrán: “uno es de donde nace y de donde pace”. Aunque apenas pasó un par de años en Toledo, la reconocida tanguista Ana Luciano Divis, Tania, actriz y cantante que vivió la mayor parte de su vida en Argentina, es merecedora de una entrada en este Diccionario Biográfico, como una de las toledanas destacadas del siglo XX.

No hay certeza sobre la fecha exacta de su nacimiento, pues ella siempre ocultó tal dato, situándose, según las referencias publicadas en una amplia horquilla que va entre 1894 y 1909. En un artículo publicado en La Tribuna de Toledo, José García Cano, correspondiente de la Real Academia de Bellas Artes y Ciencias Históricas de Toledo, asegura que su nacimiento tuvo lugar el 13 de octubre de 1900, en el domicilio familiar de la calle Carreteros, número 9.

Su padre, Amalio Luciano Expósito era militar, quien por entonces desempeñaba su oficio al servicio de la banda de música de la Academia de Infantería radicada en Toledo.

Ella era la menor de los cuatro hermanos del matrimonio conformado por Amalio y Carmen Divis Ruiz. Cuando nuestra protagonista era pequeña, la familia se trasladó a Valencia. Allí, Ana comenzó su carrera artística, aprendiendo canto y castañuelas, no tardando en formar parte de grupos infantiles que representaban zarzuelas y otros espectáculos musicales, en escuelas y teatros locales.

Bajo los seudónimos de La Lucianito y Tania Visdi, hacia 1915 ya estaba encuadrada en el mundo de las variedades. En un ejemplar de El Eco Artístico correspondiente al 25 de enero de 1917 se anunciaba su actuación en la sala “El Dorado” de Valencia, presentándola como “una joven cancionista de mucha viveza e intuición, conquistándose con sus cualidades muchos y espontáneos aplausos”.

En su deambular por los escenarios españoles, coincidió con el guitarrista Antonio Fernández Rodríguez, integrante del Trio Mexicán, con quien contrajo matrimonio en 1924. Ambos se enrolaron en la “Troupe Ibérica” de la gran Raquel Meller, con la que realizaron giras por Francia, Brasil, Uruguay y Buenos Aires, donde Tania se estableció definitivamente, mientras su marido regresó a España. Fruto de esa relación había nacido en 1925 una hija, Ana de las Angustias, quien años después también hizo carrera artística bajo el nombre de Choly Mur.

Radicada en la capital argentina, Tania comenzó a ser conocida como “La gallega de Toledo”. Allí conoció al compositor Enrique Santos Discépolo que por entonces comenzaba a tener sus primeros éxitos dentro del teatro musical y el mundo del tango, género que ella ya había incorporado a su repertorio. En un libro sobre este popular músico se recoge que para Tania cantar tangos no era traicionar los temas españoles con los que había iniciado su carrera, sino una prolongación americana de sus primeros años, si bien la tristeza de muchas de sus letras le era incomprensible.

Entre ambos surgió una relación sentimental que se mantuvo durante veinticuatro años, en la que no faltó una fructífera colaboración profesional que le llevo, a ella, a ser contratada en distintas emisoras de radio y realizar sus primeras grabaciones fonográficas con compañías tan destacadas como Columbia, RCA Víctor o el sello Pathé de París. A la par, Tania, bajo la dirección de Discépolo protagonizó algunas obras de teatro y desarrolló una breve carrera cinematográfica, participando en películas como El pobre Pérez (1937), Cuatro corazones (1939) y Caprichosa y millonaria (1940).

En 1935, Tania y Discépolo realizaron una gira por Chile, Uruguay y Europa, incluyendo nuestro país. Ante el éxito que sus actuaciones tenían en el Palacio de la Música de Madrid, en las páginas del diario toledano El Castellano se daba cuenta de las virtudes musicales de nuestra paisana, resaltando que era la “fiel intérprete del tanto argentino sin mixtificaciones, ni ritmos alocados” y que su arte estaba teniendo una gran aceptación por parte de críticos, intelectuales y público aficionado a esta música argentina. En los primeros días del mes de octubre, los toledanos pudieron comprobar en directo las virtudes de la pareja. “Tanto Discépolo como Tania –se decía en la crónica de su actuación en el Cine Moderno publicada en el citado diario- son dos consumados maestros de su especialidad, y si él se ofrece como admirable conversador y director del número que ofrecen, Tania canta sus dulces melodías, que, al fin y al cabo, una canción criolla es melodía. Únase a ello el que nuestra paisana es maestra lo mismo en el gesto que en la dicción y se completará una figura de artista consumada”.

Años después, Tania recordaba en una entrevista aquella visita a España, durante la que la actriz Lola Membrives les presentó en un café madrileño a Federico García Lorca. Respecto a su visita a Toledo, declaraba: Todos [en referencia a Lorca, Membrives y el guitarrista Regino Sainz de la Maza] insistieron para que fuéramos a Toledo. Digo que me llevaron porque fueron ellos los que organizaron el viaje. Y Federico hizo que el alcalde de Toledo supiera que yo estaba en la ciudad, que había nacido allí y que era artista… Y el alcalde, a las 12 del día, mandó tocar en la plaza de Zocodover el Himno Argentino y la Marcha Real española”. De todo esto, nada aparece reflejado en la prensa toledana de la época.

En aquellos años, el éxito sonreía a la pareja y su popularidad aumentaba, pues no en vano Discépolo había compuesto tres de los tangos más famosos del género: Esta noche me emborracho, Cambalache y Yira yira. Entre sus amistades se encontraba Juan Domingo Perón, quien en 1946 accedió a la presidencia de Argentina. Durante toda su vida, Tania mantuvo la relación con Eva Duarte, Evita, esposa del general y musa indiscutible del peronismo, de la que admiraba una voluntad de sacrificio que ella decía no tener.

Cinco años después, el 23 de diciembre de 1951 falleció Discépolo. Aunque su relación sufrió altibajos y crisis, Tania recibió en herencia los derechos de autor correspondientes a decenas de sus obras musicales, legado que años después le reclamaría un hijo natural del compositor nacido en México.

En memoria de su pareja, tras haber realizado varias giras internacionales, en 1963 Tania abrió un local de espectáculos en Buenos Aires, al que puso el nombre de “Cambalache”. Allí continuó su carrera musical durante los años sesenta, alternando con giras por distintos países sudamericanos y europeos. En la década siguiente, nuestra protagonista se prodigó en programas de radio y televisión, iniciando una última etapa profesional cuajada de homenajes y reconocimientos.

Bajo el título de Discepolín y yo, en 1973 Tania publicó sus memorias.

En 1989 fue declarada “Ciudadana Ilustre de la Ciudad de Buenos Aires” y en 1993, de manos del rey Juan Carlos I, recibió la Orden de Isabel la Católica en reconocimiento a su extensa carrera “como cantante popular, con la que unió a dos pueblos”. Aprovechando la entrega de este reconocimiento visitó la ciudad de Toledo, donde, según el periodista Adolfo de Mingo, compartió velada en uno de sus bares más populares: “Jacaranda”. Cinco años después, en octubre de 1998, la Secretaría de Cultura de la Nación la distinguió como “Personalidad Emérita de la Cultura Argentina”.

La edad no fue un condicionante para que Tania continuase actuando hasta poco antes de su muerte, acaecida el 17 de febrero de 1999 en su domicilio bonaerense. Su fallecimiento se debió a causas naturales, sin padecer más trastorno de salud que la edad. Sus restos fueron inhumados en el Panteón de Autores y Compositores del cementerio de Cacharita. Entre las coronas de flores que acompañaron su sepelio se encontraba una de Carlos Menem, por entonces presidente de Argentina.

En el portal de Internet “Todo tango”, sitio declarado de Interés Nacional, el periodista, escritor y compositor Antonio Rodríguez Villar, dice que Tania “era la síntesis del ingenio popular español y la picaresca porteña”, añadiendo: “Cantar era para Tania una necesidad fisiológica. Y lo hacía de maravillas, con una afinación envidiable. Cantaba con la voz, con sus ojos, con sus gestos, con sus silencios. Sabía que el tango cuenta una historia y hay que decirla, no gritarla. La transmitía palabra por palabra. De ahí ese fraseo tan particular que dosificaba con la experiencia que sólo enseña el tiempo…”

Bibliografía:

  • JOSÉ GARCÍA CANO: Toledanos de cine. Ana Luciano Divis. Diario La Tribuna de Toledo, 22 de julio de 2024.
  • ADOLFO DE MINGO: Tania, la “gallega toledana” que triunfó en el tango. Diario La Tribuna de Toledo, 8 de diciembre de 2019.
  • WIKIPEDIA: Tania (cantante).
  • ENRIQUE SÁNCHEZ LUBIÁN: Toledo en la II República. Ruta por el Toledo republicano. Toletum Revolutum, 2022.

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