Nació el 7 de septiembre de 1909 en Espinoso del Rey (Toledo), hijo de Francisco Granados Sánchez, herrero, y de Modesta García Rodríguez. Cinco años más tarde la familia se trasladó a Santa Ana de Pusa, de donde era natural su madre, y en 1922 a Talavera. En 1920 ingresó en Toledo en el seminario de San José, para seminaristas pobres, donde estudió siempre con una beca obteniendo en todos los cursos las máximas calificaciones. En 1928, becado por el arzobispado de Toledo, se trasladó a Roma, al Pontificio Colegio Español en el Palacio Altemps, para seguir los estudios en la Universidad Gregoriana donde se doctoró en Teología y licenció en Derecho Canónico. En 1932 regresó a Toledo, renunciando a completar en Roma los estudios de Sagrada Escritura. Comenzó a dar clases de Latín en el Seminario Menor, mientras esperaba cumplir la edad mínima para la ordenación sacerdotal que recibió de manos del arzobispo Isidro Gomá y Tomás el 27 de febrero de 1934.
En diciembre de aquel año, el arzobispo lo eligió capellán y secretario particular, puesto que desempeñará hasta la muerte del cardenal el 20 de agosto de 1940. El 18 de julio Gomá se encontraba en Tarazona para una consagración episcopal y don Anastasio en Talavera, visitando a sus padres. Ante el desarrollo de los acontecimientos, y por consejo de su familia, el 21 de julio se trasladó a La Fresneda, una aldea de Torrecilla de la Jara, donde eran conocidos, para escapar a la persecución. Cuando lo fueron a buscar milicianos de Belvís y Torrecilla, él y otro sacerdote se ocultaron en el campo, cambiando con frecuencia de lugar. Permanecieron así hasta que el 17 de septiembre atravesaron las líneas y llegaron a Talavera, donde se reencontró con la familia y se comunicó con el cardenal que estaba en Pamplona, con el que se reunió el 30 de septiembre, habiendo estado separados solamente los primeros meses de la guerra civil. De aquellos azarosos días nos ha dejado un diario autobiográfico (Huyendo de los rojos toledanos). Como secretario de Gomá por su mesa pasaron todos los documentos y la correspondencia del cardenal tanto con El Vaticano, con los otros obispos españoles y con las autoridades del gobierno de Franco en los años de la guerra. Conocer de primera mano esta documentación le permitió después escribir una biografía del cardenal Gomá.
Concluida la guerra, en junio de 1939 es nombrado Vicecanciller-secretario de Cámara y Gobierno del arzobispado, y al reanudarse en 1941 las clases en el Seminario Mayor ocupó la cátedra de Teología Dogmática Fundamental. El 9 de octubre de 1940, al restaurarse el culto en la Capilla Mozárabe de la catedral (interrumpido desde el 22 de julio de 1936), don Anastasio fue nombrado capellán mozárabe.
En 1942 llegó al arzobispado Pla y Deniel, que le confirmó en el puesto de Vicecanciller, y en 1953 lo nombró Canciller-secretario de Cámara y párroco de la parroquia mozárabe de San Marcos y Santa Eulalia. El 19 de mayo de 1956 dejó la Capilla y la parroquia mozárabe al ascender a la dignidad de chantre de la catedral.
Cuando en marzo de 1960 murió en accidente de tráfico Francisco Miranda, su obispo auxiliar, el cardenal Pla y Deniel solicitó a Juan XXIII el nombramiento de don Anastasio, y así lo hizo el 30 de abril de 1960 con el título de obispo de Cidramo, in partibus. Fue consagrado en Toledo el 5 de junio y nombrado Vicario General del arzobispado.
En la fase preparatoria del concilio Vaticano II (entre 1960 y 1962) fue llamado para formar parte de la primera comisión, De doctrina fide et morum. Participó luego en las cuatro etapas conciliares (168 congregaciones generales) y como miembro de la Comisión Teológica Doctrinal -nombrado por Pablo VI- contribuyó a la elaboración de la Constitución Lumen Gentium y de la Declaración Mystrium Ecclesiae, sobre las que publicó dos libros. Durante la XLVIII congregación general (segundo periodo conciliar), el día 15 de octubre de 1963 celebró en la basílica de San Pedro del Vaticano la misa en Rito Hispano-Mozárabe.
El 8 de febrero de 1968 fue nombrado deán del cabildo primado. Meses después, a la muerte del cardenal Pla y Deniel (5 de junio de 1968), fue elegido Vicario Capitular y como tal rigió la diócesis hasta la llegada del nuevo arzobispo, don Vicente Enrique y Tarancón (9 de marzo de 1969).
El 31 de marzo de 1970 Pablo VI lo nombró obispo de la diócesis de Palencia, que comenzó a regir el 1 de mayo de aquel año. Acometió en ella durante su pontificado una intensa actividad pastoral y cultural. Reforma el Seminario, construye una residencia de ancianos, traslada el Archivo Diocesano a unas nuevas dependencias en el Palacio Episcopal, crea el Museo Diocesano, restaura iglesias rurales y la capilla del Sagrario de la catedral, recuperando el altar románico. Por estas últimas actividades le fue otorgada la Medalla de Oro al Mérito de las Bellas Artes (BOE n. 171, 18 de julio de 1972).
Tras breve enfermedad, murió en Palencia el 13 de febrero de 1978, siendo enterrado en la capilla del Sagrario de la catedral palentina.
Obras
- Los mozárabes de Toledo. Toledo, Editorial Católica Toledana, 1955 (coautoría con José María MANSILLA).
- El “Misterio de la Iglesia” en el Concilio Vaticano II. Madrid, Rialp, 1965.
- La “Palabra de Dios” en el Concilio Vaticano II. Madrid, Rialp, 1966.
- El cardenal Gomá, Primado de España. Madrid, Espasa Calpe, 1969.
- El rito mozárabe en Palencia. Palencia, Boletín Oficial del Obispado, 1973.
- Nuestro Museo Diocesano. Palencia, Boletín Oficial del Obispado, 1973.
Bibliografía
- ARELLANO GARCÍA, Mario, La Capilla Mozárabe o del Corpus Christi. Toledo, Instituto de Estudios Visigótico-Mozárabes de San Eugenio, 1980.
- DORADO MARTÍN, Fernando, Ambientes y personajes del Toledo del siglo XX. Toledo, IPIET (Temas Toledanos, 80) 1995, pp. 33-36.
- FERNÁNDEZ COLLADO, Ángel, Obispos de la provincia de Toledo (1500-2000). Toledo, Instituto Teológico San Ildefonso, 2000, pp. 177-178.
- MORENO NIETO, Luis y PAZOS BLANCO, Rafael, Toledanos del siglo XX. Toledo, Diputación Provincial, 1977.
- PAZOS BLANCO, Rafael, “Doctor Granados, obispo de Palencia”, Provincia, 99 (1977), pp. 120-124.
- SÁNCHEZ MONTEALEGRE, Cleofé, “Anastasio Granados García, un obispo pequeño de estatura y grande en espíritu”, en 50 toledanos en el recuerdo. Toledo, Editorial Zocodover, 1998, pp. 109-114.
- SANZ GARCÍA, Pilar Cecilia, Autores toledanos del siglo XX (1900-1980). Toledo, Caja de Ahorro Provincial de Toledo, 1983, pp. 72-73.