Nació, Ángel María de Lera García, en la población de Baides (Guadalajara), el 7 de mayo de 1912, en una casa que el municipio alquiló a uno de sus vecinos para que fuese habitada por el médico de la localidad, padre de nuestro biografiado.
Estaba pues, llamado, a continuar la profesión médica de su padre; quien se trasladó con toda la familia, pocos años después del nacimiento de su hijo, a la provincia de Ciudad Real, y de aquí a Lanciego (Álava), cuando Ángel María de Lera apenas tenía cumplidos los ocho años de edad.
Ingresó años después, al cumplir los doce, en 1924, en el seminario menor de Vitoria, a fin de seguir estudios eclesiásticos, que abandonaría seis años después, cumplidos los 18. Habiendo fallecido para entonces su padre, lo hizo en 1927, obligándole a buscar un trabajo con el que mantener a la familia, en tanto la madre logró la pensión correspondiente y obtuvo del Estado la concesión de una administración de loterías en La Línea de la Concepción (Cádiz), donde Ángel María concluiría el Bachillerato, iniciando en 1932 estudios de Derecho, interrumpidos por el estallido de la Guerra Civil, en julio de 1936.
En Andalucía se inició su preocupación política, militando por aquellos años en el marxismo y el anarquismo. Su actividad se concretó cuando, en 1935, conoció a Ángel Pestaña, colaborando como secretario en la organización en Andalucía del recién fundado por aquél, el Partido Sindicalista. En las elecciones de febrero de 1936, obtuvo Ángel María de Lera la única acta de diputado que consiguió el partido en aquel territorio, aunque cedió el escaño a Ángel Pestaña. Se inició como escritor en el periódico anarquista “La Tierra”, en 1932, firmando sus escritos bajo el seudónimo de “Ángel Samaniego”.
Tras el estallido de la Guerra Civil, Lera hubo de escapar, al ser señalado como reo de muerte. Como comisario de Guerra, nombrado por Largo Caballero, recorrió todos los frentes del conflicto dando charlas a los combatientes a fin de elevarles la moral. Supo de la muerte de Ángel Pestaña en diciembre de 1937, lo que precipitó su pesimismo ante el derrumbamiento de la España republicana, en la que creyó hasta el final de sus días.
Se integraría, a la muerte de Pestaña, en el Cuerpo de Ejército mandado por Cipriano Mera, donde alcanzará el grado de comandante, viviendo en Madrid el golpe del general Casado, y los últimos días de la guerra, siendo detenido y condenado a muerte, poco después de la primavera de 1939, pena de muerte que le sería conmutada por la de treinta años de prisión. Obtuvo, gracias a intervenciones de conocidos y familiares, en 1944, la libertad provisional, seguida de un nuevo juicio y, al fin, el indulto, cuando contaba 35 años de edad. Después de comprobarse que su único delito era el de pensar de manera diferente a quienes ostentaban los puestos de gobierno. A pesar de ello volvería a ser detenido y permanecería en prisión hasta 1947.
Su vida se reinició en Madrid, donde transcurrió a partir de entonces. Las dificultades económicas de su familia, que iba a depender de él para el sustento, le llevaron a aceptar trabajos en la construcción; siendo redactor de fascículos mercantiles y escritor de encargo, hasta recalar como contable en una fábrica de licores, donde permaneció algún tiempo. En 1950 se casó con María Luisa de Menés y tuvieron dos hijos. Ángel María, como su padre, se inició en los estudios de Medicina, aunque nunca pudo ejercer.
Fue entonces, en la década de 1950, tras pasar por aquellos primitivos oficios, cuando Lera comenzó su actividad como escritor, como una necesidad de expresar a través de la escritura sus propias inquietudes. Convirtiéndose en una especie de cronista de los perdedores, ya que numerosas de sus obras se centraron en quienes de alguna manera perdieron la guerra. Centradas algunas de ellas en la posguerra, caracterizadas por un profundo contenido social.
Obras (Novela)
- Los olvidados (1957).
- Los clarines del miedo (1958).
- La boda (1959).
- Bochorno (1960).
- La trampa (1962).
- Hemos perdido el sol (1964).
- Con la maleta al hombro (1965).
- Tierra para morir (1965).
- Las últimas banderas (1967).
- Los fanáticos (1969).
- Se vende un hombre (1973).
- Los que perdimos (1974).
- La noche sin riberas (1976).
- Oscuro amanecer (1977).
- El hombre que volvió del paraíso (1979).
- Secuestro en Puerta de Hierro (1982).
- Con ellos llegó la paz (1984) (Póstuma).
Ángel María de Lera formaría parte del grupo fundador, siendo presidente, de la Asociación Colegial de Escritores, que buscó la dignidad del oficio, al tiempo que colaboró con algunos periódicos y revistas de tirada nacional; publicando igualmente algunas obras testimoniales y de investigación, entre las que figuran:
- Por los caminos de la medicina rural (1966).
- Mi viaje alrededor de la locura (1972).
- Diálogos sobre la violencia (1974).
- Carta abierta a un fanático (1975).
- Ángel Pestana. Biografía de un anarquista (1978).
- La masonería que vuelve (1981).
Obtendría en 1967, con la novela Las últimas banderas, el premio Planeta de Literatura; y en 1973 el Fasthenrat y el Ateneo de Sevilla, por la obra Se vende un hombre.
Regresó a su localidad natal en 1966, cuando documentaba su obra Por los caminos de la medicina rural, asombrándose de que en su pueblo natal, para entonces, ni siquiera hubiese médico. Así relata en la obra su encuentro con la localidad que le vio nacer:
Por supuesto, no pretendo que nadie se acuerde de mí, ni siquiera de mi padre. Para localizar la casa donde naciera solo poseo un dato: que estaba al entrar en el pueblo por el paseo de la Estación, y que pertenecía al tio Guindón. ¡Menos mal!, me la señalan y me aproximo a ella. Es justamente como me la imaginé siempre, basándome para ello en los detalles recogidos en las conversaciones de mis padres: humilde, pueblerina, conmovedora. Tal vez más deteriorada y mezquina ahora que entonces. Pero ese caminillo arbolado que lleva a la estación… ¡Cuántas veces lo he visto a ciegas en mis esfuerzos por representármelo! Por él venía todos los anocheceres mi padre después de haber visto pasar el tren, y desde él vería a mi madre en la ventana, esperándole…
Baides, su localidad natal, acordó el nombramiento de “Hijo Predilecto”, de la población tras la obtención del Premio Planeta; homenaje que no sería permitido por los distintos gobernadores provinciales, y que se llevaría finalmente a cabo el 15 de noviembre de 1981, dándose su nombre al paseo de la Estación y colocando una placa de recuerdo en la casa en la que nació.
Ángel María de Lera falleció en Madrid, el 23 de julio de 1984.
Bibliografía
- A. R. de las Heras, Ángel María de Lera, Madrid, Ediciones y Publicaciones Españolas, 1971.
- E. L. Leeder, El desarraigo en las novelas de Ángel María de Lera, Miami, Ediciones Universal, 1978.
- R. Hernández, Ángel María de Lera, Madrid, Ministerio de Cultura, 1981.
- M. S. Listerman, Ángel María de Lera, Boston, Twayne Publishers, 1982.
- T. Gismera Velasco, “Memoria Ángel María de Lera, Nueva Alcarria, Guadalajara (13-1-2023).
- T. Gismera Velasco, “Ángel María de Lera, el Planeta de Baides”, Henaresaldía.com.
- T. Gismera Velasco, Semblanzas de Escritores en Guadalajara, Indenpendently Publishsed, 2023.
Foto: Henaresaldía.com, 20-12-2021 (https://henaresaldia.com/).