Nació en Villamayor de Calatrava, provincia de Ciudad Real, 1872, donde obtiene el grado de bachiller en 1891. En la Universidad Central del Madrid cursa estudios de Derecho y Filosofía y Letras.
En 1910, con 38 años de edad, Manuel Arévalo Muñoz solicita a la JAE una beca de seis meses para estudiar Morfología histórica del francés en las universidades de Lyon y Grenoble.
En 1912 ejerce como Ayudante de la Sección de Letras del Instituto de Santiago hasta 1914 cuando es nombrado Auxiliar de cátedra en ese mismo instituto. La información administrativa de este profesor es muy escasa. Sabemos que se incorpora a Cuenca en 1915 como catedrático de Lengua Española y Literatura. En 1922 Y se encuentra en Cuenca donde denuncia a un estudiante por amenazas y coacciones (La Razón, nº 29, 29-5-922). En esta misma ciudad se jubilará del cuerpo de catedráticos tras alegar imposibilidad física en 1937. Impartirá francés en la Escuela normal hasta su jubilación forzosa el 1 de marzo de 1937.
Confirmado en su cargo, tras expediente de depuración en 1940. Durante la Guerra civil, hizo contribuciones económicas para el sostenimiento de las milicias (El Heraldo de Cuenca, nº 90, 14-9-1936).
Su obra impresa se limita a dos opúsculos:
– Tres fechas memorables: 1905, 1908 y 1916: Un discurso y dos dialogos, Cuenca, ¿1916?
1905. Discurso leído por un el alumno Luis Mira, en la fiesta que la Academia General de Enseñanza de Ciudad Real dedicó a Cervantes en el tercer centenario de la publicación de El Quijote. En él se expone una biografía trágica de Cervantes.
2 de mayo de 1808. Primer centenario de la Guerra de la Independencia. En forma dialogada, dos personajes, un francés y un español, disertan en su propia lengua sobre la Guerra de la Independencia. El español, Arévalo, acabará entregándole las banderas española y francesa unidas mientras dice: “Los españoles todos en este día de perdurable memoria, olvidando antiguas diferencias, miran a sus vecinos los franceses no como amigos, sino como hermanos, y en testimonio de paz y concordia las dos banderas van enlazadas”.
– Homenaje á Cervantes. La vispera del Centenario (Diálogo estudiantil). Cuenca, Imp. de G. León, 1916.
Supondría la tercera parte del anterior libro. Se trata de un diálogo estudiantil, interpretado por los jóvenes Adalberto Turégano y Cayo Conversa, alumnos de la clase de Historia literaria, con ocasión de la velada que celebró el Ateneo Conquense en honor a Cervantes.
En este libro mantiene la tesis que argumenta en forma de diálogo de que Cervantes es manchego y no nacido en Alcalá. Recrimina a la Mancha por haber tratado “a puntapiés al escritor que debía haber tenido como hijo predilecto, y ahora se desvive por siquiera ser su madre adoptiva”.