Arturo Roldán Palomo es uno de los arquitectos de la primera mitad del siglo XX que tiene más obra construida en la provincia de Ciudad Real con un lenguaje personal que es una buena muestra de los cambios que se están produciendo en la arquitectura en esos momentos. Titulado en 1935, fue arquitecto provincial del Instituto Nacional de la Vivienda y de la OSHA y en su etapa final fue arquitecto municipal en Madrid.
Ya en 1939 realizaba un proyecto de viviendas en Arenas de san Juan y en 1943 otro grupo en Almodóvar del Campo. En 1949 realiza uno de sus proyectos urbanísticos más importantes, el de la población de Villanueva de Franco (hoy en día Consolación). Un conjunto que se adelanta en el tiempo a los proyectos del Instituto Nacional de Colonización y que sigue, en gran medida, los planteamientos de estas poblaciones.
Una malla singular define la estructura de la población. Una forma semicircular que se construye con lados rectos que conformarían un octógono en su totalidad y que en este caso está seccionado por su mitad. Una estructura de gran fuerza formal que deja en su centro libre un gran vacío con la presencia de la iglesia. Con 350 metros de diámetro se conforma así una estructura que desde su punto central puede percibirse en su conjunto. Las manzanas conforman dos anillos concéntricos con forma quebrada que se continúa en dos de los lados del polígono conformando así cuatro grandes espacios en cada uno de los dos anillos concéntricos. Una forma simétrica respecto de su eje central marcado por la presencia del edificio religioso. Tanto el viario central que confluye en el punto donde se localiza la iglesia como los otros dos que dividen cada parte del conjunto siguen la dirección radial hacia el centro del conjunto.
La forma circular establece visiones diferentes desde el interior y el exterior con la percepción de un ámbito cóncavo visible desde la iglesia y la perspectiva convexa que tiene el conjunto desde el exterior o desde el recorrido por la calle interior que separa los dos anillos que forman el conjunto. Esta visión circular se acentúa con el trazado radial de los viarios especialmente el central que establece una secuencia de recorridos escenográficos hasta llegar a la visión del núcleo central de la población. En el punto central se sitúan los equipamientos comunes integrados por la iglesia, la casa sacerdotal, la escuela, el ayuntamiento y la casa cuartel de la guardia civil. Una estructura que tiene una fuerte carga de clasicismo en el uso de la forma, la simetría y la búsqueda de las perspectivas, pero que abre ya un nuevo leguaje tanto en las funciones propuestas como en las soluciones parciales de las viviendas.
El Grupo Vicente Galiana es un conjunto de viviendas unifamiliares de dos plantas con una pequeña zona libre en su parte delantera. Viviendas de construcción sencilla y con una imagen de arquitectura popular que crean una pequeña ciudad en el interior de Ciudad Real. El diario Lanza de 24 de febrero de 1944 informaba de que, vencidas todas las dificultades, se empezarían a construir las viviendas del Grupo Vicente Galiana en la calle Nocedal. Ese mismo diario informaba, en titulares, de la construcción de la Casa de la Falange y del edificio para la Delegación de Sindicatos.
En mayo de 1947 Federico Mayo, director general del INV, visitaba Ciudad Real, las obras de viviendas de la Diputación y las del grupo Jacobo Roldán, así como las del grupo Vicente Galiana (que aún no habían comenzado). En febrero de 1953 ya había comenzado el acopio de materiales para las obras. Los usuarios tenían que pagar el 10% a la entrega y el resto en un plazo de cuarenta años, periodo en el que llegarán a ser propietarios. La Vanguardia Española en su número del 20 de enero de 1955 daba la noticia: “Esta tarde se han entregado las llaves de 36 viviendas que constituyen el Grupo Vicente Galiana cuyo nombre ha sido dado en recuerdo de uno de los primeros jefes provinciales de la Falange manchega caídos por Dios y por España”. Casi once años desde el anuncio de su construcción a su finalización. Un conjunto en el que la ordenación se realiza con una mayor libertad y la solución formal de las viviendas se realiza con una concepción mucho más actual con formas rectas que apenas recurren a soluciones puntuales ornamentales como los arcos de los puntos de acceso.
En Ciudad Real la promoción de vivienda pública viene directamente desde las diferentes administraciones. La Diputación Provincial promueve dos grupos de viviendas en solares de su propiedad. El grupo José Antonio en la esquina de las calles Audiencia y Calatrava se inicia en 1943 y se termina en 1946, al igual que el grupo Francisco Franco en la calle Ruiz Morote, en los terrenos donde había estado la Escuela Normal. Dos proyectos en los que la austeridad de la imagen exterior y las soluciones de distribución vienen acompañadas de una renovación del concepto de la manzana urbana.
Dos proyectos que resuelven las grandes dimensiones del solar creando un espacio interior, que en la calle Ruiz Morote se abre a la calle, conformando así espacios públicos interiores que permiten resolver las condiciones de iluminación y ventilación de las viviendas de forma adecuada. Un cuerpo central que define la fachada a la calle Ruiz Morote deja a ambos lados dos accesos a dos grandes espacios internos a los que se abren las viviendas. Una propuesta de renovación de lo residencial que toma modelos de arquitectura de vivienda social de otros países. Una obra hoy en día sustituida por una nueva construcción.
Roldán Palomo realiza en 1940 un anteproyecto para el Hospicio y en 1945 el proyecto de cuartel de la Policía Armada. En 1943 había realizado el proyecto de campos de deportes para la OSHA y un proyecto de iglesia. Pero probablemente sus proyectos más interesantes se realizan en relación con las infraestructuras del Hospital Provincial. El Lavadero mecánico tiene un lenguaje claramente moderno con las formas curvadas del volumen exterior. En 1943 realizaba un interesante proyecto para la iglesia de Navas de Estena con una planta octogonal.
Y en el edificio del Pabellón Central del Hospital se hacen patentes sus raíces tradicionales junto a su voluntad de cambio y acercamiento a un lenguaje renovado. Elementos de un cierto clasicismo en el cuerpo central de acceso al conjunto con las escalinatas de granito, las columnas que dejan en un plano interior los accesos y la forma general simétrica del conjunto. Pero, junto a ello, una solución de una racionalidad máxima en la distribución, en las proporciones y equilibrio de los grandes huecos de los paños laterales realizados en ladrillo visto aplantillado. Una vez realizado el proyecto se introducen cambios en el mismo para dar cabida a las demandas de la comunidad religiosa que trabaja en el Hospital y se construye en su parte posterior la iglesia, hoy rehabilitada como Archivo de la Diputación.
Un arquitecto con una obra intensa en el diseño y proyecto de viviendas que resuelve en una relación con lo urbano tanto en el diseño de Consolación como en el grupo Vicente Galiana en el casco urbano de Ciudad Real. Y una arquitectura en la que se hacen patentes las búsquedas personales de un periodo de renovación en el que conviven elementos de un cierto clasicismo con las renovaciones de estilo y técnicas constructivas que se hacen más patentes en los equipamientos públicos que proyecta.
Bibliografía
- PERIS SÁNCHEZ, Diego y RIVERO SERRANO, José Cesar, El Instituto Nacional de colonización en Ciudad Real. Análisis y Documentos, Ciudad Real, Diputación Provincial BAM nº187, 2014.
Imagen: Antiguo Hospital Provincial de Ciudad Real, edificio de Roldán Palomo.