Arturo Sauco Ardila nació en Ciudad Real en 1883, era hijo de Ceferino Sauco Diez y de Carolina Ardila Sande. Académicamente hablando, se licenció en Farmacia por la Universidad de Santiago de Compostela, y se diplomó como Maestro Nacional en Madrid.
Intentó seguir los pasos de su padre, pero ni la farmacia ni la docencia lo motivaron para ejercer, prefirió el camino del periodismo y de la prensa, aprovechando que su padre, Ceferino Sauco, había fundado en 1877 el periódico El Labriego de Ciudad Real, y entró a formar parte de la plantilla periodística de dicho medio de comunicación.
Una vez fallecido su padre en 1915, Arturo, fue director de El Labriego, entre 1915 y 1926. También en 1926 formó parte de los principios de lo que posteriormente terminaría fundándose como la Asociación de la Prensa Manchega.
Escribió en los siguientes periódicos: Heraldo de Madrid; El Diario Universal (Sol y Sombra); La Vida Española; La Gaceta de Galicia; El Eco de Santiago; El Diario de Pontevedra; y El Diario de Barcelona.
En Hispano América escribió en La Nova Galicia de Buenos Aires. En el Diario de Málaga, escribió cuando el director era D Vicente Davo.
Fue Fundador y Director del Periódico “El Guasón”.
En Valencia, formó parte de la famosa HUELGA que hizo dimitir al ministro Sr. De La Cierva.
Fue nombrado presidente de la Comisión Organizadora del Certamen Científico y Literario cuando Alfonso XIII, visitó Valencia.
Fue presidente, de la primera Junta Magna, de la Comisión Organizadora del Centenario del Batallón Literario de la Universidad de Santiago de Compostela.
Firmaba con el seudónimo “El Hidalgo de la Mancha” y “Arsaar”.
Como escritor escribió dos novelas; en la segunda de ellas, Bodas de amor, reflejaba las características sociales del momento (1925) y la primera y más importante A orillas del Guadiana, premiada con el primer premio en el certamen literario de Ciudad Real en 1924.
En ella nos enseña las costumbres manchegas de la época, utilizando a sus personajes perfectamente y hablando con la verdadera esencia del pueblo, describiendo paso a paso, y muy singularmente, a cada una de las personas utilizadas para la novela, como aquella Celestina que trabajaba en aquel mercado manchego, los abusos y acosos del momento entre los “señoritos” y las doncellas del pueblo.
La descripción tan verídica que hace de la Romería de la Virgen de Alarcos etc. etc.
Terminada su etapa en Ciudad Real y como ya en ese momento, era inspector diplomado del Ministerio de Hacienda, fue destinado a la ciudad de Valencia.
Posteriormente en 1930 fue destinado a la Delegación de Hacienda de Málaga, donde terminaría jubilándose como inspector Superior de la Administración civil del Estado, dependiente del Ministerio de Hacienda. Murió en esa ciudad el 1 de septiembre de 1959.