Carlos Santiesteban Valls, hijo de Diego Santiesteban Diez-Bustamante y de María Candelaria “Purificación” Valls y Ruiz Marchante y hermano de Diego (1880-1930), de José María (1888- ), de Ernesto (1899-1989) y de Julio (1901- ), nació en Guadalajara aunque su estancia en ella -debido a su fallecimiento temprano, ya que perdió la vida a los 38 años a causa de un accidente de tráfico, por dicha tragedia- fue breve.
Sin embargo, aunque en Guadalajara, tras su muerte, pasados los años fuera durante décadas injustamente olvidado y su labor artística resultara hasta hoy desconocida, en los años en que desarrolló su creación como ilustrador, escenógrafo y pintor fue muy valorado tanto en su tierra como en los círculos artísticos y culturales madrileños. En especial en las redacciones de las revistas y periódicos de la época con los que tuvo una intensa y estrecha relación como colaborador elaborando caricaturas, dibujos e ilustraciones, al igual que decorados y recreaciones escenográficas para grupos teatrales, sin olvidarnos de su actividad como pintor, aunque su producción en esta última faceta fuera más bien exigua. Quizá haya contribuido también a ser ignorado o ensombrecido su trabajo plástico en Guadalajara el que, durante años, la creación pictórica de su hijo Carlos Santiesteban Montero gozaba de una enorme popularidad y al llamarse igual que su progenitor se viera por este motivo ensombrecida.
Si examinamos la vida y obra de Carlos Santiesteban Valls veremos que pronto mostró interés y cualidades por el arte. Sus dotes de dibujante desde la infancia eran conocidas en su entorno familiar y de amistades. De hecho, ya en 1910, siendo adolescente, realizó diversas escenografías para la compañía Arte Lírico y para el grupo local dramático de la Federación de Sociedades Obreras de Guadalajara. Años después, en 1918, cuando contaba con 24 años, tras formarse como delineante, ejerció su profesión en la sede del Catastro de la capital y, a continuación, en 1920, se incorporó en la plantilla de la Maestranza de Ingenieros, ubicada en el Fuerte de San Francisco de Guadalajara.
Una vez asegurado su futuro profesional, Carlos aprovechaba su tiempo libre dedicándolo a su verdadera pasión, la creación. De ahí que, por estos años, tanto la prensa local como la de Madrid, conociendo sus cualidades dibujísticas y creativas, le encargara diversos trabajos de colaboración, y de su talento surgieran cuantiosas ilustraciones, caricaturas y proyectos escenográficos. De estos últimos, creó en 1922 los telones escenográficos para las obras Doña Clarines y La caseta de la feria, ambas representadas por La Farándula, sociedad teatral y cultural madrileña fundada en 1905 por Guillermo Fernández Shaw, Fernando José de Larra y Manuel Linares Rivas, entre otros, siendo presidente de honor Jacinto Benavente (Premio Nobel de Literatura,1926). Igualmente, realizó escenografías para el Cuadro Artístico del Ateneo en sus representaciones del drama en dos actos Zaragüeta, basada en el libro de Miguel Ramos Carrión y de Vital Aza, publicado en 1901. También elaboró para el grupo teatral ateneísta los decorados de La casa de los milagros, pieza cómica compuesta en un acto por Enrique Paradas y Joaquín Jiménez y publicada en 1919.
De igual manera, realizó trabajos de ornamentación escenográfica para espectáculos y actividades como el baile de máscaras celebrado en el Salón Castelló en 1918, organizado por Linares Rivas; otras actividades decorativas para espacios y actos escénicos en el Teatro Principal (1925), para la Asociación de la Prensa y para el Teatro Casino (1926 y 1927); y el encargo que de un “patio árabe” realizó para la Peña Taurina Alcarreña en el Teatro Principal (1927).
A estos proyectos y realizaciones se sumaron otros muchos trabajos y creaciones de diversa índole como el diseño de carteles de Ferias y Fiestas de Guadalajara (años 1925 y 1928); para las fiestas de San Fernando en el Fuerte de San Francisco (1926); para el baile de la Asociación de la Prensa (1927); o la celebración de El Día de Guadalajara (1928).
Paralelamente a estos trabajos fueron surgiendo de su creación dibujos, caricaturas e ilustraciones destinadas a ser difundidas en los periódicos y publicaciones, tanto locales como de difusión nacional. De los primeros, de Guadalajara, citamos los aparecidos en La Crónica, medio en el que en 1914 ejerció como redactor gráfico; para el Flores y Abejas inició su colaboración en 1926 y elaboró la viñeta que daba inicio a la columna “Floreros y Aguijonazos”. También aparecieron dibujos de su autoría en Renovación destinados a sus secciones “Alcarria”, “Serranía” y “Deportes”. Asimismo, el semanario independiente guadalajareño La Palanca, aparecido a partir de 1910 en sus ediciones de 1922, muestra dibujos sobre actores de la época y recreaciones de obras teatrales.
Del mismo modo, algunas publicaciones de ámbito nacional como la revista ilustrada de información general Nuevo Mundo, fundada en 1894 por José del Perojo y clausurada en 1933, o el periódico liberal El Imparcial, fundado por Eduardo Gasset y Artime en 1867 y clausurado en 1933, y también Orbi, revista semanal ilustrada, editada en Barcelona desde 1906, reproducían en sus secciones semanales y páginas ilustraciones y dibujos caricaturescos de Santiesteban. Igualmente, surgieron de su mano diversas postales mostrando escenas caricaturescas cuyos protagonistas eran personajes burlescos. Sin embargo, su oficio como pintor de cuadros, por las pocas obras que se conservan, la apreciamos muy reducida. Sabemos de la existencia de obras recreadas en asuntos de tauromaquia y de algún retrato.
Del matrimonio de Carlos Santiesteban Valls y de su esposa Francisca Montero, nació su único hijo, el popular pintor guadalajareño Carlos Santiesteban Montero (Guadalajara 1927-2015). Este último, también artista, antes de su fallecimiento, legó al Ayuntamiento de Guadalajara su casa y mobiliario, además de un conjunto de obras suyas y de su padre con fines de que la institución local instalase en sus espacios un museo que muestre en el futuro la creación de ambos artistas y perpetúe su obra y nombre. Obras algunas, que en la actualidad pueden verse en las salas del palacio de La Cotilla de Guadalajara.
Como ya mencionamos al comienzo de este texto, Carlos Santiesteban Valls falleció a la edad de 38 años en un fatídico accidente de tráfico sucedido en carreteras guadalajareñas de la Campiña del Henares el día 29 de noviembre de 1932.
Antes de concluir este texto, hemos de señalar que, gracias a la iniciativa de Pedro Pradillo, técnico de Patrimonio Cultural del Ayuntamiento de Guadalajara, entre los meses de julio y septiembre de 2024, ha tenido lugar una exposición sobre la figura y obra de Carlos Santiesteban Valls, exhibida en el Espacio Medarde del Mercado Municipal de Abastos de esta capital. Con ella se ha dado a conocer la creación de este artista guadalajareño injustamente desconocido y durante tantos años olvidado.
Fuentes y bibliografía:
- Biblioteca Virtual de Prensa Histórica. BVPH. Ministerio de Cultura y Deporte. Madrid.
- Hemeroteca Digital. Secc. Revistas Información General e Ilustradas. Biblioteca Nacional de España. Madrid.
- Folleto de la Exposición Carlos Santiesteban Valls. Ilustrador, pintor y escenógrafo. 1894-1932. Texto y comisariado de Pedro José Pradillo, Guadalajara, Concejalía de Cultura y Patrimonio Histórico del Ayuntamiento de Guadalajara, 2024.