Nació en Madrid el día 30 de enero de 1881 y en septiembre de 1899 hizo la reválida de maestra superior en la Escuela Normal Central de Maestras de Madrid. Fue maestra en la escuela pública elemental de niñas de Horcajo de Santiago (Cuenca), cuya plaza obtuvo con el número 2 de su oposición, y de la que tomó posesión en febrero de 1905. Era una Escuela catalogada como de 825 pesetas de sueldo.
Fue profesora numeraria en la Escuela Normal de Maestras de Vizcaya (sección de Ciencias) en una oposición que aprobó ese mismo año de 1905. Esta escuela era de un nivel superior a la anterior, pertenecía a la categoría de 2.000 pesetas de sueldo. En dicho centro impartía las asignaturas de Física, Química e Historia Natural.
Entre 1906 y 1911 impartió Aritmética y Geometría en la Escuela Normal de Maestras de Vizcaya, ya con la categoría de profesora numeraria, por lo que percibía un sueldo de 2.500 pesetas anuales. En esa Normal estuvo hasta la Segunda República.
En 1908 fue nombrada vocal de la Junta de Protección a la Infancia de Vizcaya, cargo que desempeñó hasta 1911. En octubre de este año se trasladó a Madrid para continuar sus estudios de Química.
En septiembre de 1911 obtuvo una beca de la JAE (de 200 pesetas mensuales, más 105 para el desplazamiento) que le permitió trabajar en el laboratorio que dirigía el doctor José Casares, en Madrid. Se dedicó a profundizar en análisis cuantitativo y cualitativo. En junio de 1912 la JAE volvió a concederle otra beca (en esta ocasión de 350 pesetas mensuales, más 500 para desplazamientos y 300 para el pago de las matrículas), para continuar sus estudios de Química en Alemania, concretamente en la Universidad de Leipzig, durante un año. En la instancia en que solicitaba esta beca a la JAE se decía literalmente: “Dedicada durante cinco años al cultivo de las Ciencias, … noto cada día más la necesidad de ampliar mis horizontes y de adquirir un mayor número de conocimientos que me permitan completar la obra por mí empezada en esta Normal de sacar de la rutina en que se encuentran encerradas estas asignaturas para darles un verdadero carácter de eminentemente prácticas”. Esta beca le sería renovada en 1913. Y continuaría sus trabajos en la Universidad de Berlín. Posteriormente sería nombrada vocal del tribunal de oposiciones a Escuelas Nacionales del distrito universitario de Valladolid.
Publicó al menos dos libros: Experimentos de Física, y La enseñanza de las ciencias (1913). Entre 1923 y 1931 (al menos) estuvo encargada de la Estación Meteorológica de Bilbao.
Es la primera mujer que aparece como miembro de la Sociedad Española de Física y Química (SEFQ), en Madrid en 1912 y en Bilbao en 1913, a la que había sido presentada por los doctores Casares y Piña. También fue socia de la Asociación del Profesorado de Escuelas Normales.
En la segunda petición de beca a la JAE encontramos una frase que refleja muy bien el carácter de esta mujer, decidida y consciente de las grandes deficiencias del sistema científico y pedagógico en España: “En España producimos más hombres de letras que de ciencias y la vida de una nación no es posible sostenerla de esta forma. No tenemos laboratorios porque no hay dinero y sería preciso añadir a veces, lo poco que hay no saben en qué emplearlo, y aquí resulta un círculo vicioso del que no saldremos tan fácilmente: sin laboratorios no habrá científicos y sin científicos no habrá laboratorios”.
Tras la depuración correspondiente, se jubiló por orden de 31 de enero de 1951, al cumplir la edad reglamentaria, como profesora numeraria de la Escuela de Magisterio de Cádiz (BOE, 18-2-1951).