Cástulo es uno de esos intelectuales comprometidos que esquivó la muerte tras la trágica represión franquista que eliminó a una generación prometedora. Las familias de los represaliados y los pocos supervivientes como Cástulo mantuvieron ese espíritu democrático y lucha por las libertades de una sociedad que todavía tendría que esperar cuarenta años más para llegar al objetivo que se habían marcado. El destierro al que fue sometido, afectó también a su identidad manchega, ya que pasó a ser reconocido como poeta y escritor extremeño. Un reconocimiento que se ganó con creces después de haber sido encarcelado, despojado de todos sus bienes materiales y tener que rehacer su vida.
Natural de Terrinches (Ciudad Real), nació el 26 de marzo de 1910 y era hijo de un vigilante de caminos que se trasladó con toda su familia a Ciudad Real. Allí Cástulo empezó a trabajar como escribiente y mecanógrafo. Formado en una familia con fuertes convicciones socialistas, empezó a desarrollar su actividad política muy joven, participando en la creación del Sindicato de Oficios Varios de la UGT y de las Juventudes Socialistas de Ciudad Real en 1929, siendo presidente de ambas organizaciones. Desde las juventudes su papel resultó ser esencial, ya que fue el primer referente de unos jóvenes que vieron en el socialismo la forma de cambiar una sociedad muy injusta. Es reseñable que bajo su dirección se produjeron numerosas incorporaciones de jóvenes humanistas procedentes de congregaciones religiosas y estudiantes del seminario, que junto al abogado, profesor y director de La Normal, Fernando Piñuela Romero, desarrollaron un fuerte compromiso para transformar la sociedad. La llegada de la República y su proclamación en Ciudad Real por Fernando Piñuela, impulsó su actividad. No solo la política, sino también la intelectual. En esos primeros años se despertó su creación literaria con poesías, obras de teatro, como la comedia “Como se consigue la fatalidad”, integrándose en la Asociación Española de Autores Noveles Teatrales. O también poniendo letra al pasodoble “¡Ay, qué risa!” bajo la composición musical de Francisco Baos Rodado. Su prestigio se extiende y empieza a publicar artículos, críticas teatrales, artísticas y poesías en El Pueblo Manchego y Orientación. Trabaja como reportero y poeta en Vida Manchega. En 1933 se incorporó a la Agrupación Socialista de Ciudad Real y era redactor del semanario socialista Clamor. Fue detenido el 2 de agosto de 1934, tras el llamado día rojo, como autor de unas hojas clandestinas y su condición de presidente de las Juventudes Socialistas. Y poco después, por su participación en la revolución de octubre de 1934 también sería detenido y condenado a 4 años de reclusión por “tenencia de explosivos”. Estuvo internado en el penal de Chichilla (Albacete) y El Puerto de Santa María (Cádiz) saliendo en libertad después del triunfo electoral del Frente Popular en febrero de ese año siendo concejal del ayuntamiento de Ciudad Real. Su paso por la cárcel no interrumpió su escritura, que en la mayoría de los casos se encontraba tras su pseudónimo “K’Rrasco”. Nada más salir de prisión, impulsa su colaboración en los periódicos y dirige la segunda época de la publicación de la Federación Universitaria Escolar (FUE) en Ciudad Real. Al producirse la unificación de JSE y Juventudes Comunistas fue miembro de la dirección de las Juventudes Socialistas Unificadas (JSU). En mayo de 1936 da un paso importante y se trasladó a Madrid para hacerse cargo como director de la segunda época de El Obrero de la Tierra, periódico de la Federación Nacional de Trabajadores de la Tierra de la UGT, hasta precisamente su último número el 18 de julio, por la sublevación militar. Su incorporación a nivel nacional vendría influida por el dirigente manchego Benigno Cardeñoso, que después de fraguarse en la lucha minera de San Quintín (Cabezarados) y Puertollano, se convirtió en un referente nacional de los trabajadores de la tierra. Cástulo también colaboró en El Socialista, Renovación y Claridad. Al iniciarse la guerra civil, marchó voluntario al frente, pero fue reclamado por la directiva de la FNTT-UGT con la que se desplazó a Valencia en febrero de 1937 para ser redactor del diario socialista Adelante. En esta publicación trabajó al lado del espléndido dibujante Carlos Gómez Carrera “Bluff”. Cástulo realizaba reportajes y entrevistas de personajes y dirigentes importantes, lo que le valió para ir siendo cada vez más conocido. A pesar de su compromiso militante y periodístico, seguía formándose culturalmente e, incluso, tenía una sección en el periódico dedicada a su gran pasión, el teatro. Está circunstancia le facilitó entrar en el círculo del filósofo, director teatral y escritor ruso, Nikolai Rajmétov (conocido en España con el sobrenombre de Óscar Blum). Era también un activista político revolucionario que residía en España desde 1935, teniendo un papel importante durante la guerra, formando a periodistas y grupos de teatro. Gracias a él y sus artículos de teatro, sabemos que Cástulo escribió una obra que quedó inédita en 1938 “La noche del dictador”. En la redacción de Adelante permaneció hasta que se incorporó al ejército republicano siendo destinado al frente de Extremadura donde fue comisario político y director del periódico El Frente, órgano del Comisario General del Ejército de Extremadura. En este periódico tenía como colaborador y protegido al poeta Juan Alcaide. En 1939 sería elegido vocal de la Comisión Ejecutiva de Juventudes Socialistas de España en una reunión de Federaciones Provinciales de Juventudes que declararon finalizada la unidad juvenil y crearon de nuevo la Federación Nacional de Juventudes Socialistas de España. Finalizada la guerra fue detenido a los 29 años, siendo condenado a muerte en Consejo de Guerra. A los once días se suspendió el Consejo y fue trasladado a la prisión de Cáceres donde en un segundo Consejo de Guerra celebrado el 24 de noviembre de 1942 fue condenado a 30 años de reclusión. A excepción de su madre, toda su familia fue represaliada. Su padre falleció en prisión, su hermano Octavio fue fusilado, su otro hermano Clinio pasó varias veces por prisión hasta que pudo exiliarse en Brasil en 1960, y a sus hermanas Tarsila y Leocrina también se les abrieron procesos sumarísimos. Al salir de la cárcel se estableció en Cáceres, donde empezó a ganarse la vida como traductor de libros y escritor para la Editorial Aguilar. Aunque publicaba en varias revistas de Madrid como Ágora, su principal actividad estuvo relacionada con el ámbito cultural de Cáceres. Fue el alma de las primitivas tertulias de cine, teatro y sobre todo poesía conocidas como “Tertulias literarias Alcántara”, siendo uno de los impulsores y director de los Cuadernos Alcántara a partir de 1955. Formó parte de las redacciones de los periódicos Extremadura y Hoy. Y divulgó el conocimiento de la provincia de Cáceres en las publicaciones El Mundo Ilustrado y Ferias y Fiestas de Cáceres. En los años 60 se trasladó a Madrid y se incorporó a la UGT y al PSOE en Madrid. Fue redactor de El Trabajador del Campo de la FNTT-UGT y del Boletín UGT Jubilados y Pensionistas de dicha Federación. Falleció en Madrid el 22 de agosto de 1985.
Un periodista, dramaturgo y escritor muy culto que nunca olvidó sus orígenes y estuvo en contacto con los pocos amigos que le quedaron de sus años en Ciudad Real. Interesantes son sus cartas con el poeta Juan Alcaide, donde ambos repasan esos años y las dificultades y contradicciones a las que se enfrentaron. Cástulo, lector empedernido, recordaba en uno de sus libros que había sido poeta, periodista, conferenciante, escritor de ensayos, crítico, comentarista de radio, escritor de novelas, historiador, incluso había confeccionado un diccionario de medicina, pero realmente se sentía escritor por su vocación de autor teatral.
Pseudónimos utilizados: C.C., Donald, El Moro Muza y K’Rrasco.
Traducciones:
- Novelas de Maigret (Editorial Aguilar, 1958).
- San Francisco de Asís y el Espíritu Franciscano de Ian Gobry (Editorial Aguilar, 1959).
- David y los Salmos de Jean Paul Bonnes (Editorial Aguilar, 1960).
- Mahoma y la tradición islámica de Jean Paul Bonnes (Editorial Aguilar, 1963).
Obras:
- Obra de teatro “Como se consigue la fatalidad” (Inédita, 1933).
- Obra de teatro “La noche del dictador” (Inédita, 1938).
- Ensayo Tres españoles y algunos más: Divagaciones de un autor con sueño (Cáceres: Imprenta Moderna, 1949).
- Ensayo Por los blancos caminos del margen (Cuadernos Alcántara, 1952).
- Correspondencia con Juan Alcaide Sánchez (Cuadernos Alcántara. Cáceres: Imprenta Moderna, 1955).
- Obra de teatro “Película de Aventuras” (Cuadernos Alcántara, 1955).
- Ensayo Algunas consideraciones en torno a la crítica (Cuadernos Alcántara, 1955).
- Dos cuentos de profesores (Cuadernos Alcántara. Cáceres: Imprenta Moderna, 1955).
- El inútil crimen de Jaime García (Se anunció en Cuadernos Alcántara pero no se llegó a publicar, 1955).
- Edición y prólogo de las Novelas escogidas del premio Nobel de 1939 Frans Emil Sillampaa (Editorial Aguilar, 1956).
- ¿Y el último crimen? (Colección Nova Navis de Editorial Aguilar, 1957. Publicado en Budapest por la Editorial Europa konyvkiado).
- A bordo de un teléfono (Madrid: Taurus, 1958).
- Ensayo El teatro de Miguel de Unamuno (Congreso por la Libertad de la Cultura. Comité Uruguayo. Montevideo, 1960).
- Lucha de corazones (Castro, 1960).
- Ensayo El delirante mundo de Strindberg (Yatros, 1968).
- Crimen en el museo (Madrid: Aguilar, 1975).
- Diccionario de medicina, farmacia, veterinaria y química (Madrid: Garsi, 1978).
- La Federación de Trabajadores de la Tierra. Así hablan nuestros campesinos (Sin publicar, 1980).