Juan Francisco Correas Fernández nació en Sigüenza (Guadalajara) el 21 de agosto de 1880 y falleció en Madrid el 26 de septiembre de 1935. Tuvo dos hermanos: Dionisio (pensionista de la JAE) y Paulino.
Cursó sus estudios de sacerdote en el seminario conciliar de su ciudad natal, donde recibió clases de los canónigos Hilario Yaben Yaben y Raimundo Andrés Relaño, dos pioneros del catolicismo social que impulsaron en esa diócesis, que por entonces se extendía por distintas comarcas de las provincias de Guadalajara, Zaragoza, Soria y Segovia. Al recibir las órdenes sacerdotales fue destinado como párroco a la localidad madrileña de Fuentidueña de Tajo, donde permaneció por espacio de casi seis años, ejerciendo el sacerdocio con tanto acierto que fue nombrado hijo adoptivo del pueblo.
Aunque en octubre de 1914 ya manifestaba haber fundado “cientos de sindicatos agrícolas en distintas provincias españolas”, lo cierto es que su labor como propagandista del catolicismo social agrario comenzó a finales de ese año de la mano de los cardenales Francesco Ragonesi, nuncio apostólico en Madrid, y Victoriano Guisasola, que ocupaba por entonces la sede episcopal toledana.
En 1915 se constituyó en Toledo, a instancias del cardenal primado, el Secretariado Nacional Católico Agrario, en el que Juan Francisco Correas fue nombrado director de Propaganda, en una junta directiva en la que participaban el duque de Bailén, el duque de la Vega, el conde de Casal y el vizconde de Val de Erro, entre otros conocidos terratenientes. Dentro de la campaña propagandista de este Secretariado Nacional Católico Agrario, el padre Correas recorrió en 1916 las provincias de Madrid y Cuenca organizando Sindicatos Católicos Agrarios que constituyeron sendas Federaciones Provinciales. Ese mismo año viajó a Huelva en compañía de Antonio Monedero, propietario agrícola palentino y conocido divulgador del catolicismo social, fundando algunos pequeños sindicatos, gira que repitió en 1918.
Fruto de esta labor divulgativa fue la fundación, en el año 1917, de la Confederación Nacional Católico-Agraria, una entidad que nació entre agrias discusiones y sordos enfrentamientos, en los que Juan Francisco Correas tuvo un reconocido protagonismo; baste como prueba del encono de este enfrentamiento que los sindicatos de diócesis de Sigüenza, en cuya fundación tanto había tenido que ver el padre Correas, nunca se integraron en la citada Confederación.
Ese mismo año, en compañía de Conceso Alario con el que había coincidido en el seminario seguntino, recorrió algunas comarcas meridionales de Guadalajara y poco después, y por invitación expresa del marqués de Comillas, se desplazó a la provincia de Cáceres, a fin de desactivar la creciente influencia anarquista en esa zona. Eran tierras en las que la propiedad estaba concentrada en pocas manos y donde el sindicalismo católico encontraba muchas dificultades. A pesar de todo, el padre Correas constituyó sindicatos agrarios en un puñado de localidades, aunque, en la mayoría de los casos, se disolvían tras su marcha. A partir de 1918 recorrió otras provincias andaluzas, como Jaén o Sevilla, en las que prosiguió sus trabajos de organización. Finalmente, en 1922 fue nombrado canónigo de la catedral de Granada.
Estaba identificado con la orientación y tutela que el marqués de Comillas y los jesuitas imprimían al sindicalismo católico, y colaboró muy activamente con la Asociación Católica Nacional de Propagandistas (A.N.C. de P.). Sin embargo, su labor como propagandista fue tan plural como incansable y siempre acudió allí donde le reclamaban para extender el catolicismo social; tan pronto daba una charla en un círculo tradicionalista como colaboraba con el patronal Instituto Agrícola Catalán de San Isidro.
En diciembre de 1922 le encontramos entre los promotores del Partido Social Popular, un pequeño grupo que es considerado el embrión de la democracia cristiana en España pero que tuvo una vida muy breve, pues la Dictadura del general Miguel Primo de Rivera fracturó al PSP entre los que se oponían al nuevo régimen, como su secretario general Ángel Ossorio y Gallardo, y los que lo apoyaban con entusiasmo, entre los que estaba el padre Correas.
Durante el período primorriverista Juan Francisco Correas se implicó en la política del régimen dictatorial. Así, por ejemplo, participó como conferenciante en los gubernamentales cursos de ciudadanía y recibió diversos encargos: delegado especial de la emigración española a Argentina, país que visitó en 1926, presidente de la comisión encargada de resolver los litigios de propiedad pública de los montes de la Sierra de Segura… En 1926 el dictador Primo de Rivera le nombró miembro de la Asamblea Nacional, un simulacro de parlamento corporativo y en 1929 era vocal de la Junta Central del Crédito Agrícola.
Desde que se proclamó la Segunda República el padre Correas se mostró como un activo opositor del nuevo régimen democrático. En septiembre de 1931 se celebraron algunas reuniones de sacerdotes, organizadas por el partido derechista Acción Nacional, con el propósito de formar distintas comisiones encargadas de asesorar y cooperar con los diputados de este partido en las Cortes Constituyentes, figurando Juan Francisco Correas entre los elegidos para la comisión de Economía, Prensa y Gestión, encargada de “trabajos oficiales y extraoficiales y de índole reservada”.
Fue autor de varios libros destinados a fomentar la teoría y la práctica de la doctrina social de la Iglesia, entre los que destaca Para fundar y dirigir los Sindicatos Agrícolas y, sobre todo, La Reconstitución Nacional por los Sindicatos Agrícolas. Su fundación y dirección. Escribió innumerables artículos en la prensa católica de su época, llegando a dirigir en Jaén el periódico Tierra Andaluza.
El 16 de octubre de 1914 se dirigió a la JAE para ser incluido en la relación de aspirantes a ocupar una plaza, destinada a sacerdotes, en la Escuelas de la Fundación González Allende en la localidad zamorana de Toro, una entidad de fundación privada pero, desde el año 1911, bajo el patronato y protectorado del Ministerio de Instrucción Pública, que había establecido una escuela unitaria para niños pobres y un centro para el aprendizaje de distintos oficios.
A pesar de los numerosos méritos que presentó en su solicitud el padre Correas, entre los que destacaba la fundación de Escuelas de Experimentación Agrícola, no obtuvo la plaza en el citado concurso, y no volvió a tener más relación con la JAE. Mantuvo, sin embargo, sus lazos con el ámbito pedagógico e impartió clase en el Colegio Goya, establecido en un hotelito del número 39 de la madrileña calle de Castelló, del que fue director.
Obras
- Para fundar y dirigir los Sindicatos Agrícolas. Prólogo de Severino Aznar. Madrid, Imp. Católica, 1913.
- ¿Cómo debemos laborar nuestras tierras? Campos de experimentación o modo de fertilizarlas, Madrid, Imp. Gráfica Excelsior, 1917.
- Como se funda una caja rural. Su fundación y dirección, Madrid, 1918.
- El Bolchevismo en España. Texto íntegro de la Constitución Rusa, Madrid, 1918.
- La Reconstitución Nacional por los Sindicatos Agrícolas. Su fundación y dirección, Madrid, Imp. Gráfica Excelsior, 1918.
- PEMARTÍN, J.; E. PÉREZ AGUDO; J. CALVO SOTELO; J. YANGUAS MESSÍA; J. F. CORREAS; y otros. Curso de ciudadanía: conferencias pronunciadas en el Alcázar de Toledo: marzo 1929, Prólogo del General Primo de Rivera, Madrid, Depósito Geográfico e Histórico del Ejército, 1929.