No era manchega pero estuvo cual si lo fuera en todo el centro de la gestación de la Universidad castellanomanchega. Ella era catalana de nacimiento, realizó su doctorado en Madrid, en la Universidad Autónoma, una estancia postdoctoral en Estados Unidos pero fue manchega de adopción.
Se incorporó al Colegio Universitario de Ciudad Real hacia 1983, cuando se estaba fraguando la posibilidad de una universidad regional. Montó el laboratorio de Bioquímica de la que sería luego Facultad de Químicas, creando uno de los primeros grupos de investigación de la Universidad de Castilla-La Mancha. Fue la primera profesora de Bioquímica del campus de Ciudad Real. Era una apasionada por la investigación. Como investigadora responsable consiguió liderar el primer proyecto de investigación del plan nacional que llegó a la universidad regional (UCLM).
Fue pionera en caracterizar la presencia de algunos receptores de neurotransmisores en cerebro. Publicó un buen número de artículos en revistas internacionales de reconocido prestigio, sus resultados han sido citados por muchos investigadores a nivel internacional.
Dirigió tesis doctorales y formó a investigadores que aún siguen trabajando en la línea de investigación que ella inició. No solo fue profesora e investigadora sino que también se implicó, de forma muy activa, en la gestión universitaria y fue vicedecana de la Facultad de Químicas. Tenía una carrera muy prometedora que se truncó cuando apenas había cumplido 40 años pero su entusiasmo, espíritu de trabajo y dedicación a la investigación que transmitió a los que trabajaron con ella se mantiene en la actualidad en el laboratorio de la Facultad de Ciencias Químicas que lleva su nombre.