Nació en Toledo el 20 de abril de 1888, donde alcanzó el título de Maestra de Primera Enseñanza, con brillantes resultados. También estudió en el Conservatorio de Madrid, logrando el “Título de Honor” y el de Profesora de Solfeo y Piano. En 1913 intentó obtener plaza de profesora de Música en la Escuela Normal de Tarragona.
Entre 1919 y 1921 trabajó en la Escuela de Niñas de la Fábrica Nacional de Armas de Toledo, impartiendo Música y Francés, además de ganar la oposición como profesora ayudante en la Sección de Ciencias de las Escuela Normal de Maestras de Toledo. En enero de 1921 conseguía la plaza de profesora de Música en la Normal de Cuenca, donde trabajó hasta 1930. En este período inició su relación con la JAE, pues, en abril de 1920, solicitaba una pensión para mejorar su dominio del idioma francés y la práctica musical en París; no obstante, visitó por su cuenta en 1922 y 1925 varios países europeos para aprender idiomas. La ayuda llegaría en abril de 1927 para viajar a Francia y Suiza y profundizar en la pedagogía musical. Consiguió una ampliación de la pensión hasta 1929 que le llevó a Bélgica, pasando su última etapa en Roma, en el Real Liceo de Santa Cecilia y conociendo de cerca el método de María Montessori, lo que le llevó a solicitar una estancia de cuatro meses más para lograr un exclusivo diploma de esta escuela, petición que le fue denegada.
En 1930, Inés ya ejercía en la Normal de Toledo, logrando, como en Cuenca, que el alumnado viviese la música más allá de las obligadas clases. En su ciudad natal era requerida para ilustrar con sus interpretaciones veladas o actos solemnes, a veces, en la misma Catedral. Tras el verano sangriento de 1936, pasó sin mayores problemas su depuración profesional, regresando inmediatamente a su destino en la Escuela de Magisterio. En 1943 fallecía su hermana Pilar, también profesora de la misma Normal que, en 1926, había sido con Elvira Méndez de La Torre -otra pensionada por la JAE en 1907- una de las dos primeras ediles femeninas en el Ayuntamiento toledano.
A Inés Cutanda, hasta su jubilación, en mayo de 1958, se le identificó con su faceta docente musical en la Normal toledana, si bien desde 1946, también atendió las clases de Francés. En 1951 tuvo que compartir la vicesecretaría de la Escuela con sus clases a pesar de los problemas crecientes de salud. Hasta el final de su vida, el 28 de septiembre de 1967, mantuvo vivos unos principios aprendidos en su entorno familiar como era la entrega de su formación y bagaje intelectual a los demás.