Enrique Solás Crespo en 1900, participante en la expedición científica a Hontanar (Toledo). Fotografía de Lucas Fraile.

Galería

Enrique Solás Crespo
La Habana (Cuba).
1839 -
Toledo.
1906.
Militar, publicista y político.

El establecimiento durante largo tiempo de centros de formación militar en Toledo dio ocasión a que buen número de mandos del Ejército aportaran una importante contribución al desarrollo social y cultural de la ciudad en campos muy diversos. La figura de Enrique Solás Crespo es especialmente significativa en ese sentido por haber ostentado un notorio protagonismo como impulsor de instituciones societarias, agente cultural y activista político. Nacido el 13 de abril de 1839 en La Habana (Cuba), era hijo del comandante de Infantería José María Solás Carvajal, natural de La Coruña, y de Agustina Crespo, natural de El Ferrol.

Al poco de cumplir catorce años, ingresó como cadete en el Colegio de Infantería de Toledo, donde permaneció hasta recibir el empleo de subteniente el 12 de abril de 1857. Fue trasladado entonces a Valladolid y a San Sebastián con su unidad, a la que no acompañará en 1859 a la campaña de África por cambiar de destino tras ascender a teniente. Pasó por distintas unidades a partir de entonces hasta ser encuadrado, en 1862, en el batallón de cazadores de Vergara número 15, al que seguirá durante los diez años siguientes en cuantas misiones le encomendaron. Tomará parte en 1863, de guarnición en Melilla, en operaciones derivadas de la guerra de África y estará presente en los acontecimientos madrileños de la revolución de 1868, así como, en enero de 1869, en la represión de la insurrección republicana de Málaga y, en 1870, en la de las revueltas catalanas contra las quintas.

Volverá a su isla natal en 1872 para combatir en la primera guerra de independencia cubana (1868-1878), por lo que será condecorado y recibirá la distinción de ‘benemérito de la patria’. Su destino le condujo asimismo a ocuparse de la formación militar como maestro de cadetes en Granada, a cuya escuela de alumnos quedó adscrito desde mediados de 1864 a principios de 1868 y, tras regresar enfermo de Cuba y ser ascendido a capitán, a su academia de distrito desde finales de 1872 a 1874.

En febrero de 1875, contrajo matrimonio en Ceuta con la granadina Trinidad Arenas Melgarejo. Pocos meses después, obtuvo traslado a Toledo como profesor de la de Academia de Infantería, si bien hubo de opositar para confirmar el puesto. Lo mantendría, ya establecido el matrimonio de manera definitiva en la ciudad, hasta terminar el curso 1880-1881, cuando fue promovido al empleo de comandante. Dos años antes, en 1879, sus Apuntes de castrametación habían sido establecidos como obra de texto en la Academia. En 1882, fue transferido como jefe de detall y profesor de matemáticas al Colegio de Huérfanos, de donde pasó, en 1886, a la escala de reserva. Obtuvo el retiro por motivos de salud en 1888, tras 35 años de servicio en gran parte dedicados a la formación de oficiales, actividad que mantuvo, tras pasar a la reserva, en la academia de preparación al ingreso en la Academia General Militar fundada y dirigida por él en competencia con otras preexistentes. Pensando en sus alumnos, publicaría un manual sobre Sistema métrico y números complejos.

No hay noticia de que se implicara en actividades civiles antes de su traslado a la Academia de Infantería. Por el contrario, una vez en Toledo, comenzó pronto a participar en la vida ciudadana. En marzo de 1878, organizó en el Casino, junto con el coronel José Gutiérrez Maturana, jefe de la Comisión de Reserva, los capitanes Eustasio Serres y Eugenio de Olavarría, también profesores de la Academia, el archivero Luis Rodríguez Miguel, el pintor Matías Moreno y los profesores del Instituto provincial Bartolomé Feliú y Saturnino Milego, entre otros, una asociación de conferencias científico-literarias y promovió la creación del periódico El Ateneo, órgano de la asociación, del que fue director. Su objetivo era “difundir la instrucción en todas las clases de la sociedad”. No olvidaban, empero, la actualidad nacional y militar, como evidencia el saludo entusiasta al final de la primera guerra de Cuba en el primer número de la publicación.

La intención de evitar “herir en lo más mínimo las creencias” y su renuncia a defender bandera política alguna de poco sirvió para la permanencia del periódico. Clausurado en enero de 1879 por decisión gubernativa, fue continuado por El Nuevo Ateneo, que dirigieron Federico Latorre y Saturnino Milego y de cuya redacción formó parte Solás, que adoptó el seudónimo de ‘Fakir’. Siempre con el propósito de contribuir al progreso urbano, no renunciaban a cuestionar el funcionamiento tanto de las instituciones municipales como militares, lo cual dio excusa al subdirector de la Academia para apercibir a Solás, en mayo de ese año, por haber criticado a la dirección del centro en un acto de la asociación.

Por otra parte, la inauguración del Teatro de Rojas en 1878 le permitió dar curso a sus aficiones escénicas. Ese mismo año, impulsará la creación de la Sociedad lírico-dramática de Toledo, en cuyas funciones intervino, con frecuencia junto a su esposa, como actor y cantante. Representarán sobre todo comedias y zarzuelas en un acto, de carácter cómico o costumbrista, escritas por autores que triunfaban en la cartelera madrileña. Promovió asimismo la formación de un grupo de teatro en el Colegio de Huérfanos de Infantería en 1884, ejerció funciones de director escénico del grupo de teatro lírico del Casino entre 1905 y 1906 y, en el mismo período, organizó y presidió la Sociedad filarmónica de Toledo. Escribió incluso varias obras teatrales, como el ensayo dramático La redimida, estrenado con éxito en 1886, y el juguete cómico Huyendo de un acreedor, representado en 1901.

Su inquietud le conducirá igualmente a ser elegido secretario del Centro de Artistas e Industriales, de cuya junta directiva formó parte de 1885 a 1888. Más adelante, acompañará la expedición organizada por Luis de Hoyos (1868-1951) para observar el eclipse de sol de mayo de 1900 y será miembro del grupo esperantista presidido por quien luego será director del Instituto Provincial Ventura Reyes Prósper (1863-1922), constituido en 1904 por treinta personas, en su mayoría militares.

Con todo, su actividad quedó centrada a partir de 1890 en la política, si bien el periódico La Idea, del que fue administrador y redactor, señalaba en su obituario, en 1906, que desde antiguo fue miembro del Partido Republicano Federal liderado por Pi y Margall. En aras de la unificación organizativa de los partidarios de la República, promoverá en 1890 la publicación del periódico El Gorro Frigio, órgano de la coalición republicana formada ese año, de la que fue designado presidente, y tres años después, la formación de una primera candidatura unitaria para las elecciones al Congreso. Fue también presidente del Casino Republicano inaugurado en 1899 (donde dio clases de francés, matemáticas y geometría), candidato en las elecciones municipales del mismo año, vicepresidente de las juntas municipal y provincial de Unión Republicana de 1900 a 1903, miembro de la asamblea provincial del Partido Federal, concejal entre 1901 y 1905 y teniente alcalde de 1904 a 1905, cuando se ocupó sobre todo de teatro y espectáculos. Es posible, asimismo, que se acercase a la masonería, de la que funcionó en Toledo una logia al menos entre 1889 y 1896, y con la que tanto El Nuevo Ateneo como La Idea mantenían conexiones.

Falleció en Toledo el 15 de febrero de 1906. El Ayuntamiento, en reconocimiento a su figura, daría su nombre, en 1931, a la calle hasta entonces y más tarde conocida como Cuesta de la Mona.

Fuentes y bibliografía:

  • Archivo General Militar (Segovia), 1ª sección. Expediente personal de Enrique Solás Crespo.
  • CASTILLO, José Luis del. “Militares y ciudadanos: Enrique Solás Crespo”. En ABC Castilla-La Mancha. Toledo: 11 de mayo de 2021.

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