Al amanecer del día 7 de octubre del año 1909 nacía en Cuenca Federico Muelas Pérez, en la calle San Juan nº 6. Fueron sus padres Pablo Mario Muelas de profesión telegrafista y Milagros Pérez ambos conquenses.
Es frecuente que en las biografías del escritor Federico Muelas figure con el apellido añadido de Santa Coloma, era deseo suyo que perdurase el apellido de sus mayores (segundo de su madre) y muy especialmente por su tío-abuelo el general Federico Santa Coloma Olimpo que le profesaba especial cariño.
Desde muy pequeño su padre le inculcó el interés por la lectura y a los ocho años, según sus propias palabras, leía todo lo que encontraba a su alcance.
Sus estudios primarios los realizó en la escuela religiosa del padre Pedro (exmarista) que le dejó un recuerdo duradero por la enseñanza recibida. Realizó el bachillerato en el histórico Instituto de Cuenca, situado en el Edificio Palafox, muy próximo a la casa familiar. Estudios que finalizó el año 1925 y comienza a estudiar Medicina, que tuvo que dejar por una enfermedad de la vista agravada, a punto de perder la visión.
Posteriormente, estudia Farmacia con la valiosa ayuda de su padre que leía los textos en voz alta que él aprendía por su gran y privilegiada memoria. Obtuvo la licenciatura en Farmacia y después igualmente en Derecho.
Muy joven Muelas comenzó a escribir, cuando tenía diecinueve años aparece en el periódico La Voz de Cuenca (15-10-1928) el poema titulado “Mi tierra la que quiero”, que había obtenido el premio concedido por la Comunidad de Labradores.
Muy importante para el escritor, educado en un buen ambiente familiar, fue su anhelo e interés por aprender, saber y comunicar. Con una imaginación desbordante escribió gran cantidad de poemas, artículos en periódicos y revistas, teniendo permanente en su pensamiento y pluma a su ciudad, “Venero a la tierra donde nací: Cuenca, me siento… celtibérico”, escribiría.
En los años anteriores a la guerra civil española colabora en diversas revistas poéticas, entre otras, La Gaceta Literaria, importante revista cultural literaria, Hoja Literaria, subtitulada poesía y crítica, título sugerido por el poeta Juan Ramón Jiménez, donde colaboraron importantes poetas de la Generación del 36.
Participa en las Misiones Pedagógicas creadas por iniciativa del gobierno de la II República para “difundir la cultura general, la moderna orientación docente y la educación ciudadana”, recorriendo con su teatro guiñol “La Cometa” pequeños pueblos de la provincia conquense.
Con la guerra civil se interrumpen y mutilan deseos, anhelos, expectativas, acompañados por sucesos desgraciados y trágicos. Al comienzo se produce el asesinato del poeta Federico García Lorca y un mes después el semanario Heraldo de Cuenca publica un artículo firmado por Federico Muelas con el título, “En la torre amarilla de mi odio dobla una campana” donde refleja contristado su dolor, queja, lamento e irritación por el asesinato del poeta granadino. Este artículo, tiempo después, le ocasionaría reproches y disgustos.
Anteriormente, el periódico citado había publicado una nota donde se leía: “Así debemos advertir que el joven Federico Muelas siempre al servicio de los intereses de la cultura y de Cuenca como lo prueba el haber intervenido en la organización de las Misiones Pedagógicas, de creación republicana y en veladas literarias de la FUE no es ni ha sido nunca elemento de Falange Española, no es fascista y merece toda clase de respetos y consideraciones”.
Nota contraria al certificado expedido (2-3-1940) por el delegado provincial de Información e Investigación de Falange Española donde afirmaba que “políticamente es de absoluta adhesión al Glorioso Movimiento Nacional, figurando entre los componentes de Falange Española con anterioridad al 18 de julio de 1936” e “igualmente que en la actualidad desempeñaba la Jefatura Provincial de Prensa y Propaganda·.
Finalizada la guerra contrae matrimonio con Consolación Jiménez Corvera, tuvieron seis hijos. Después trasladaría su residencia a la capital de España, fijando su primera vivienda en la calle Gravina nº 13, antes llamada San Francisco. Allí regenta durante un periodo de cinco años una farmacia. Según el poeta ciudadrealeño Ángel Crespo, en su casa de Madrid tenía una nutridísima biblioteca colocada en habitaciones y pasillos con publicaciones de toda temática y gran cantidad de carpetas donde se guardaban principalmente poesías sin publicar.
En la rebotica se celebraba con frecuencia una interesante tertulia a la que él dio por nombre “El Ateneo”, con asistencia de escritores y artistas relevantes.
Obtiene el título de periodista en la Escuela Oficial y escribe de forma constante en revistas: Medina, dedicada a la mujer desde la perspectiva del Régimen, Haz (fue redactor jefe), Mástil, Vértice, Garcilaso. Juventud creadora, importante publicación en la posguerra donde escriben poetas con métrica tradicional, en especial sonetos que realizaba con arte Federico. Su colaboración en La Gaceta Literaria, fundada y dirigida por Giménez Caballero supone para Muelas un buen impulso como poeta.
Sus artículos aparecen en periódicos: Arriba, ABC, Pueblo. La Vanguardia, Ofensiva, Diario de Cuenca… Todo unido, también, a su actividad de conferenciante, creador de letras para canciones, pregonero, mantenedor de encuentros literarios, editorialista de Radio Nacional de España, guionista cinematográfico e incluso funcionario del Ministerio de Información y Turismo.
Hasta los 50 años no publicó Federico Muelas ningún libro (no tenía interés), siendo el primero el año 1959, titulado Apenas esto, premio Larragoiti de poesía concedido por la Sociedad Cervantina de Madrid y mención especial del Nacional de Literatura. En él se incluyen poemas de catorce libros inéditos desde 1934 a 1959. Dos años después obtuvo el Premio Nacional de Guiones Cinematográficos.
Un tiempo de interés en la línea descrita a lo largo de su vida literaria es la creación y publicación de la revista poética El Pájaro de Paja, cofundada por Ángel Crespo, Gabino Alejandro Carriedo y Federico Muelas. Se publicaron once números, desde diciembre de 1950 a mayo de 1956. Años después (1998) se hizo una edición facsímil por la Editorial Archeles y la Junta de Castilla- La Mancha. Un deseo que perseguían los cofundadores, en palabras del poeta palentino Carriedo, era que los mitos poéticos de la posguerra desapareciesen y se hiciera una clarificación y definición por los poetas existentes de su propia obra, algo que solo unos pocos habían hecho.
Dirigida por Ángel Crespo se edita Deucalión, a iniciativa de la Diputación de Ciudad Real en la que Federico colabora desde el principio. Crespo opinaba sobre Muelas “que su inspiración se repartía entre un pulcro estilo tradicional y un original vanguardismo, entre surrealista y creacionista”
Su primera obra en prosa aparece en julio de 1962, Sorpresa de España, con cubierta y dirección artística del acreditado pintor Luis Roibal, fotografías Kindel y Enrique Aguado, editor. El contenido son relatos de viajes por España con un buen grado de originalidad donde en su comienzo ya anticipa que “los ojos han ido más lejos que la pisada”. En el mismo año publica en edición para bibliófilos Tesorillo del pobre (poesía).
También en 1962 obtiene el premio Jauja de cuentos por El niño que tenía un vidrio verde, que edita Doncel al año siguiente con prólogo de Pedro de Lorenzo que rebautizaría a su amigo con el nombre de Federico de Cuenca.
Con Bertolín, una, dos… ¡tres!, consigue el Premio Doncel de Novela y el Premio Nacional de Poesía con Rodando en tu silencio.
La obra literaria de Federico Muelas, en sus diversas formas de expresión, estuvo permanentemente y con pasión relacionada con Cuenca, siempre estuvo allí con su palabra y actos, aunque se encontrase a gran distancia geográfica de la ciudad de Júcar y Huécar, brotando con facilidad su afecto intenso sin dejar su espíritu crítico ante aquello que considerase un error o desprecio a su tierra.
La Diputación de Cuenca editó Los Villancicos de mi catedral (1967) con ilustraciones de Lorenzo Goñi dibujante y pintor de gran prestigio.
Es conocido el sentimiento y cariño de Muelas por los villancicos, composiciones de naturaleza popular. Sirva como ejemplo uno más que merece señalar. En el año 1945 Ediciones Sagitario imprimió en los talleres de Madrid una tirada limitada de Villancicos olvidados, que el autor Federico Muelas envió y regaló a familiares y amigos como felicitación navideña. Este título no se menciona, por desconocido, en artículos y libros dedicados al escritor, hasta fecha reciente, aunque fue citado por su amigo de juventud Esteban Torrijos Hortelano en un artículo aparecido en Diario de Cuenca (19-4-1975) con el título “Federico Muelas y su firma en clave de sol”, reproducido en la revista Cuenca nº 7, suplemento extraordinario en homenaje y recuerdo al escritor conquense.
El libro más representativo de Federico Muelas en relación con su ciudad natal es, sin duda, Cuenca en volandas, financiado por la institución provincial el año 1968 con prólogo de Gerardo Diego e ilustraciones de importantes artistas en el que derrama con cuidado empleo de la palabra su profundo y cordial afecto a “Cuenca, cierta y soñada en cielo y río”, en un canto a sus rincones, rocas, edificios álamos y chopos, ríos patrona de la ciudad, gentes importantes y sencillas….
Al comienzo de la primavera del año 2010 se presentó una edición facsímil de Cuenca en volandas, edición e introducción del periodista y escritor José Luis Muñoz.
Un nuevo premio (diploma) es concedido a Muelas en 1972 por la Comisión Católica Española de la Infancia al año siguiente de haber sido publicado Ángeles albriciadores, libro de villancicos, que había sido presentado por la Editorial Doncel que recibió una medalla de plata y diploma a Pepi Sánchez por sus ilustraciones. La Real Academia Conquense de Artes y Letras realizó (2010), con introducción del académico Pedro Cerrillo Torremocha una edición, facsímil de Ángeles albriciadores
Federico Muelas, sin que sea completa la relación, también escribió teatro, La reina loca: drama de amor y celos en dos partes y cinco actos en colaboración con el periodista salmantino Jesús Vasallo; guía turística, Cuenca (tierra de sorpresas y encantamientos) editado por Everest, traducción y prólogo de Las florecillas de San Francisco, nº 39 de la Biblioteca Básica Salvat.
Después de su fallecimiento se editaron en verso: Poesía”, en la editorial El Toro de Barro, edición a cargo del sacerdote poeta Carlos de la Rica, Poemas de Federico de Cuenca, Cancionerillo de Altea y Mito. En prosa: Goñi, Los Cuentos de Contrebia, Prosa, Cuentos de Navidad y Prosas Conquenses.
A su obra dedicó el periodista y escritor Florencio Martínez Ruiz excelentes artículos, durante años cuyo juicio y opinión, sin duda, es digno de ser valorado y apreciado.
El 25 de noviembre del año 1974 fallecía el escritor conquense, a los 65 años de edad, en Madrid a causa de una hemorragia cerebral. Llegó la muerte que él había definido como una leve mariposilla que entra y se filtra por cualquier lado y rendija.
No pudo ver cumplidos sus deseos de refugiarse en su hocino de la Hoz del Huécar y acabar su libro, Hilván dorado al aire del lamento, sobre la Semana Santa que tantas páginas le había dedicado y a corto plazo colaborar con los promotores de la continuación del Monumento al Sagrado Corazón de Jesús en el Cerro del Socorro especialmente por su amistad con el escultor Ávalos, cuyos consejos eran deseados por los impulsores.
Sus restos fueron llevados al día siguiente, en su último viaje, a la ciudad donde nació y dedicó páginas apasionadas y emotivas de afecto intenso. Fue enterrado en el Cementerio Municipal Santísimo Cristo del Perdón y seis años más tarde en el camposanto de Personajes junto a la ermita-cementerio de San Isidro situada en lo alto de la espectacular Hoz del Júcar.
Supo corresponder Cuenca al escritor fallecido y junto a distinciones que tuvo en vida, Cronista Oficial de Cuenca (1949) e Hijo Predilecto (1965), hay que añadir otros reconocimientos:
- Medalla de Oro de la Provincia de Cuenca, a título póstumo.
- Un Colegio de Educación Infantil y Primaria de la capital lleva su nombre. En la entrada al centro está grabado en una lápida su famoso Soneto a Cuenca y en su interior hay un busto suyo, obra de Emilio Morales.
- Estatua, obra de Javier Barrios, inaugurada en el décimo aniversario de su muerte en la Plaza Cecilio Albendea, actualmente en las ruinas de la antigua iglesia de San Pantaleón al inicio de la histórica calle San Pedro.
- En el pequeño jardincillo de entrada a la Biblioteca Pública del Estado- Fermín Caballero hay un libro esculpido en piedra, recuerdo de sus amigos.
- Muy próximo al lugar donde nació una calle lleva su nombre desde el año 1992.
- En el primer aniversario del fallecimiento se descubrió un monolito en el pueblo de Carboneras de Guadazaón, situado en la Serranía Baja con esta dedicatoria: “El pueblo de Carboneras a Federico Muelas poeta de las tierras de Cuenca”.
- La Concejalía de Cultura del Ayuntamiento de Cuenca convoca un premio de poesía con su nombre.
- Homenaje en la Feria del Libro 2024 “Cuenca Lee” en el cincuentenario de su fallecimiento.
Bibliografía:
- Cuenca, revista editada por la Diputación de Cuenca, nº 7 (1975). Suplemento extraordinario dedicado a Federico Muelas´
- Carlos de la Rica, Enrique Domínguez Millán, 70 años de poesía de Cuenca, Ed. El Toro de Barro, 1972.
- Alfredo Muela Calero, Estudio de la poesía de Federico Muelas. Diputación de Cuenca (Serie: Creación Literaria), 2010.
- José Luis Muñoz, El articulista de periódicos. Cuenca, realidad y fantasía en la visión de Federico Muelas (2 volúmenes). Diputación de Cuenca. 2011.
- Florencio Martínez Ruiz (también con el nombre de Eduardo Alcalá), Artículos de EL Cultural de El Día de Cuenca (1993-2003).