Nació en Carranque (Toledo), cuando corría el año 1888. El 1 de julio de 1910, tras sus estudios, tomaba posesión de su cargo de maestra auxiliar en la Escuela Superior, puesto en el que cesó el 31 de marzo del año siguiente. El 1 de abril de 1911 se posesionaba de su plaza de maestra en propiedad en las escuelas nacionales de Madrid con 2.000 pesetas de sueldo. El 1 de abril de 1913 pasaba a 2.500, el 1 de septiembre de 1918 a 3.500 y el 1 de abril de 1920 a 5.000. En ese año tenía ya diez años de servicio en la Escuela Práctica Graduada aneja a la Normal Central de Maestras. Son datos de la hoja de servicios presentada en enero de 1921 para solicitar la pensión y que se encuentra en su expediente de la JAE.
Hasta ese momento aportaba otros méritos, que pueden servir como muestra de la actividad de una maestra de la época: dominio del idioma francés y conocimiento del alemán; título de institutriz; medalla de bronce por labores de flores en la Exposición de Industrias de Madrid (1907); profesora de Ciencias en las escuelas primarias, elemental y superior, de la Asociación para la Enseñanza de la Mujer (en conexión con el espíritu de la ILE); desde el 15 de febrero de 1909 al 30 de junio de 1910, auxiliar de la clase de Química durante los cursos 1907-08 y 1908-09 en la Escuela de Institutices de la Asociación para la Enseñanza de la Mujer; profesora de física durante los cursos 1908-09 y 1909-10 en la Escuela de Segunda Enseñanza de la Asociación para la Enseñanza de la Mujer.
En 1914 había pedido pensión para realizar estudios sobre “organización de escuelas e instituciones complementarias”, como las escuelas maternales de anormales, en Francia, Bélgica y Suiza. En caso de no ser concedida, solicitaba ser incluida en los viajes en grupo formados para la ampliación de estudios pedagógicos. No tuvo suerte y tuvo que volver a la carga años depués. Disfrutó de pensión en grupo, por orden de 18 de mayo de 1921, para maestras e inspectoras de primera enseñanza y viajó por Francia y Bélgica. En este caso el grupo de la JAE estuvo dirigido por Matilde García del Real, inspectora de las Escuelas de Madrid, y Gabriela Bueno y Pérez, profesora de la Escuela de Estudios superiores del Magisterio. Las inspectoras eran Manuela Aznar Satorras, de Ciudad Real; Luisa Bécares Mas, de Madrid; Rosa García Tapia, de Cuenca; Elena Sánchez Tamayo, de Oviedo; y Amelia Asensi Bevia, de Toledo. Las maestras, todas de Madrid, Guadalupe Fernández Ortega, Justa Freire Méndez, Remedios Pilar Angulo y Puente, Elisa López Velasco, Josefa Mengual y María Herrera Jiménez. Publicó, como resultado de su viaje, La educación de los adolescentes (JAE, 1927).
En octubre la prensa daba cuenta de la formación de una nueva asociación de maestros. Se trataba de la Unión de Jóvenes Maestros, destinada a funcionar como “importante factor” de la Asociación Nacional del Magisterio, que planeaba una “labor evolucionista dentro del recinto pedagógico español; labor de poda y de injerto, según los casos” (La Correspondencia de España, 22-10-1922). Pues bien, su comité ejecutivo, con presencia de nuestra maestra, estaba formado así: Benita Asas (presidenta), Dionisio Prieto (vicepresidente), Emilio Gazapo (secretario), Enriqueta Lucas (vicesecretaria), Justa Freire (tesorera), y los vocales Guadalupe Fernández Ortega, Herminia García, Purificación López, Raimundo Torroja y Manuel Iglesias.
En noviembre de 1923 terminó estudios del grado normal de la Escuela Superior del Magisterio y tras la guerra civil sufrió la correspondiente depuración, según el expediente de depuración de maestros nacionales conservado en el AGA (signatura 32/13103).