Manzaneque Sanchez, Fernando.

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Fernando Manzaneque Sánchez
Campo de Criptana (Ciudad Real).
1934 -
Alcázar de San Juan (Ciudad Real).
2004.
Ciclista.

■ Disputó 11 Vueltas a España y 8 Tours de Francia.
■ 33 victorias como profesional (3 etapas del Tour y 2 en la Vuelta a España).
■ 6º clasificado en el Tour de 1961.
■ 3º clasificado en la Vuelta a España de 1958.

Podemos definir a Fernando Manzaneque como uno de los ciclistas mejor dotados de la historia para realizar escapadas. No le gustaba el pelotón, ni tampoco ir en grupo, lo suyo eran las cabalgadas en solitario, de las que era un auténtico especialista. Y, además, prefería las etapas largas y duras donde poder mostrar sus grandes capacidades de rodador nato.

No había antecedentes ciclistas en la familia de Fernando, pero consiguió su sueño de ser ciclista cuando sus padres vendieron una mula en la feria de Tomelloso por sesenta duros y una vieja bicicleta. Fue así como comenzó a competir entre amigos, demostrando pronto su carácter recio y firme y una poderosa pedalada capaz de reventar a cualquier rival. Así ganó pronto la Vuelta a Valdepeñas, hasta en tres ocasiones, generando grandes ilusiones en su entorno. Fernando compitió cuatro largos años en la categoría de aficionados, logrando la victoria en una etapa de la Vuelta a Andalucía de 1955. Fue en ese mismo año cuando le ofrecieron correr la Vuelta a España en el equipo de la región centro, finalizando en el puesto 57.

Un año después, estuvo cerca de conquistar la gran ronda española. Acabó tercero en la clasificación general a tan solo tres minutos del vencedor, Jean Stablinski. Fernando no tuvo el apoyo de sus compañeros Bahamontes y Jesús Loroño cuando apareció la montaña, empeñados ambos en hacer la guerra por su cuenta y olvidándose de plantear una estrategia que favoreciera a Manzaneque que, aunque no ganó la carrera, es cierto que se dio a conocer entre el profesionalismo ciclista. De esta manera, debutó en el Tour de Francia con el equipo italiano Faema finalizando en vigésima posición. Ya entonces había ganado diferentes etapas en la Volta a Cataluña y la Vuelta al Sudeste.

En el Tour de 1959, Fernando ayudó sobremanera a Bahamontes para que se proclamara el primer español en coronarse rey de Francia. Federico lució el dorsal 81 y le acompañaron hasta la meta Juan Campillo, José Gómez del Moral, Fernando Manzaneque, Julio San Emeterio y Carmelo Morales. Aquel año, Fernando se enroló en el GC Licor 43 y amplió su palmarés con nuevas victorias, entre ellas la decimoséptima etapa de la Vuelta a España disputada entre Bilbao y Bilbao con 222 kilómetros, después de realizar una de sus famosas cabalgadas en solitario hasta la línea de meta, aventajando en 4 minutos y 45 segundos a Jesús Loroño. Fernando acabó en el puesto 25 en la clasificación general.

1960 fue el año de la gran explosión del ciclista manchego en la gran ronda gala, ganando la 18ª etapa entre Aix-Les Bains y Thonon en los Alpes sobre 215 kilómetros. Atacó al poco de salir, en el kilómetro 28, acompañado por dos franceses: Louis Bisilliat y Jean Milesi. Es una etapa dura, con los pasos montañosos de dos colosos como Arais y Colombiére, pero los fugados no cejan en su empaño y pronto logran una buena diferencia respecto a un pelotón tranquilo tras la caída de Riviére. Bisilliat fue el primer en ceder agotado y más tarde lo haría también Milesi. Fernando es el más fuerte, apodado “Manzaneque de La Mancha” por su ardor y coraje, alcanza la meta en solitario con una venta de 12’-57” sobre el gran pelotón, lo que le catapultó hacia el undécimo puesto en la general final y único español que acabó en el Parque de los Príncipes. Manzaneque ganó aquel año la Vuelta a Levante y la primera etapa de la Vuelta a España, una contrarreloj por equipos en Gijón, concluyendo sexto en la general final, después de colocarse líder tras la etapa Zamora-Madrid de 250 kilómetros, que concluyó en quinta posición delante de Bahamontes, y manteniendo el liderato durante tres etapas.

En 1961, año de su matrimonio, ganó una etapa de la Dauphiné y acabó sexto en la general del Tour de Francia, a 16 minutos y 12 segundos del ganador, el francés Jacques Anquetil. Es famoso lo sucedido en la séptima etapa, cuando se formó un grupo de escapados entre los que se encontraba Fernando Manzaneque, que en el kilómetro 158 aventajaban en 13-36 al pelotón, lo que situaba al ciclista manchego como líder virtual. Tuvo que ser el mismo Anquetil y sus gregarios los que tiraran a muerte para reducir la desventaja en meta a 6-33. Fernando se puso segundo en la general y recibió el premio a la combatividad, con una aportación de 10.000 pesetas.

En 1962 gana la Vuelta a Levante, aunque, en líneas generales, es un año de transición. En 1963 consigue ganar etapas en Las Rutas del Sol, de nuevo Vuelta a Levante, en el Midi-Libre (incluida la general final) y la Volta a Cataluña, pero es en el Tour donde realizó una nueva hazaña. Fue en la 16ª etapa entre Grenoble y Val-D’Isere sobre 202 kilómetros, en plenos Alpes franceses, y con tres colosos montañosos como la Croix de Fer y la llegada a Val-D’Isere, todos por encima de los 2.700 metros. En el primero de ellos Manzaneque estuvo agazapado en el pelotón, que se agrupó en el descenso. Aprovechando la calma tensa en el gran grupo, el ciclista manchego, ahora corriendo para Ferrys, saltó y pronto alcanzó a la fuga de dos corredores que iban por delante, a los que pasó y soltó a ritmo. Muy pocos apostaban que ganaría la etapa, sobre todo porque detrás apretaban los grandes: Anquetil y Bahamontes. Sin embargo, supo mantener un ritmo constante ascendiendo el segundo puerto entre paredes de hielo que rozaba con las manos para refrescarse. Poco a poco fue aumentando la ventaja, que supo mantener en la meta de Val-D’Isere, ganando la etapa en 6h20´48”, aventajando al segundo, Fontana, en cinco minutos y al grupo de los ilustres en algo más de siete. Ese día Bahamontes se enfundó el maillot de líder, con un segundo de ventaja sobre Anquetil, que acabaría ganando la carrera con Manzaneque en el puesto 12.Anquetil ganó también la Vuelta a España, con Fernando Manzaneque en el puesto 13. Un año más tarde, el Ferrys apareció como el equipo gran favorito para ganar la ronda española teniendo en sus filas a tres de los grandes: Pérez Francés, Fernando Manzaneque y Luis Otaño, pero no supieron, o no quisieron, correr bajo el bien general y se enzarzaron en una guerra particular que puso la victoria en bandeja en manos del francés Raymond Poulidor. Manzaneque fue sexto en la general y 12º en el Tour, donde, por cierto, protagonizó una curiosa anécdota cuando se enzarzó con el italiano Vito Taccone, al que apartó con el brazo cuando ambos tiraban del pelotón, recibiendo un empujón del contrario y cayendo por la cuneta dando una vuelta de campana. Manzaneque se montó raudo en la bicicleta, alcanzó al italiano y ambos se liaron a golpes en una especie de combate de boxeo que acabó con el italiano en el suelo.

En 1965 volvió a levantar los brazos en señal de victoria en una etapa de la gran ronda española. En concreto en la quinta etapa entre Palencia y Madrid sobre 238 kilómetros. Fue cuarto en la general final y 25º en el Tour de Francia.

Su día más famoso sucedió en 1967. El Tour se corrió ese año por equipos nacionales. España envió dos, el A con Julio Jiménez como líder y el B, conocido como el de la esperanza, al mando de Fernando Manzaneque. El acuerdo era trabajar todos en conjunto para que Jiménez ganara la carrera. En la 17ª etapa entre Tolouse y Luchon se subían grandes puertos pirenaicos y el pacto era que Manzaneque se escapara y que luego esperara a Julio para intentar desbancar del liderato al francés Roger Pingeon. Y así se hizo. Manzaneque saltó del grupo con un ritmo vertiginoso y pronto alcanzó una ventaja de casi 17 minutos; en el Por D’Aspet lo hizo Julio Jiménez. Fernando debía esperarle para ascender Mente y luego el Portillón, pero no bajó el ritmo. El director de equipo, José Serra, se le acercó y le dijo que aflojara, que Julio venía por detrás, y éste le contestó que ¡leches!. No le esperó ni hubo manera de que Julio Jiménez le alcanzara. Manzaneque ganó la etapa con algo más de un minuto de ventaja sobre su compañero y más de cuatro sobre Pingeón, pero insuficientes para que Julio Jiménez se vistiera de líder. Fernando Manzaneque, que entonces tenía ya 33 años, acabó décimo en la general con Julio Jiménez segundo.

Su despedida se produjo en 1968 con el maillot del Karpy y acabando en el puesto 22 en la Vuelta a España.

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