Francisco del Campo Aguilar nació en Martos (Jaén) el 23 de agosto de 1899. Un año después su familia marchó a Ciudad Real. Allí empezó a escribir en la revista Vida Manchega. En 1915 Francisco del Campo Muñoz y Milagros Aguilar Lacombe llegaron a Albacete con sus hijos Francisca, Francisco, Valerio y Milagros. Les acompañó la abuela materna, Victorina.

El periodista Del Campo Aguilar firmó más de 20.000 artículos. Empezó a escribir en el diario madrileño El Debate y colaboró en los periódicos americanos La Nación, de Buenos Aires, y Diario de la Marina, de La Habana. Su labor se desarrolló en los más importantes periódicos de la ciudad: El Diario de Albacete (1915-1936), Albacete (1942-1953) y La Voz de Albacete (1953-1965). Colaboró en periódicos y revistas de Madrid, de otras capitales españolas y en multitud de revistas culturales. Fue fundador y director de la revista Albacete en Fiestas (1927-1931) y del semanario El Altozano (que empezó a publicarse en 1945 y duró unos diez meses).

En 1922 publicó su primer libro: Albacete: Guía sentimental. En 1925 obtuvo el premio ofrecido por la Cámara de Comercio de Albacete en los Juegos Florales celebrados por la Asamblea local de la Cruz Roja el día 20 de septiembre de ese año, con un trabajo titulado Evocaciones históricas de la provincia de Albacete.

Francisco del Campo Aguilar contrajo matrimonio con Visitación Franco Moreno en 1928. Tuvieron tres hijos: Luis, Francisco y Felipe. En 1931 fue uno de los socios fundadores de la Asociación de Prensa de Albacete, siendo elegido vocal primero. En 1935 fue nombrado corresponsal de la agencia Logos de Madrid. Ese mismo año inauguró la librería Cervantes, referente cultural de Albacete en aquella época.

En los años 1935 y 1936 se publican dos obras suyas: Notas y Luz y sombra de la navaja de Albacete. Su obra Notas (1935) es una recopilación de algunas de las publicadas en El Diario de Albacete. El propio Del Campo definía así sus “notas”: “Ni poemas en prosa, ni cuentos. Simplemente notas, tomadas sobre la marcha, un poco deprisa, como las horas quieren”. La obra vuelve a publicarse en Barcelona con otro título: El perro disecado y otras notas.

Del Campo Aguilar cultivó diversos géneros. Así, podemos hablar también de obras como El niño Pipe (1939), poemita para niños dedicado a su hijo Felipe, y de Jarro sin fondo (1942), libro de catorce sonetos autógrafos.

Nuestro autor publicó en 1944 Albacete: su Feria, una selección de doce notas sobre la Feria. Y en 1945 vio la luz Albacete: sus calles, a la que acuden con frecuencia autores locales. En 1955 publicó sus Medallones de la Ciudad. Algunos medallones son los dedicados a Abelardo Sánchez, Miguel Panadero, Camilo Gaude, Rafael Mateos, Cristóbal Valera, Julio Carrilero, etc.

En el año 1950 Valbuena Prat incluyó a Del Campo en su Historia de la Literatura Española: “Por sus temas de actualidad, agregamos aquí, ya que no pudimos hacer en el capítulo de su generación, a F. del Campo Aguilar, con sus agudas prosas El perro disecado y Albacete: su Feria y calles. Se trata de un fino y cuidado prosista” (vol. III, p. 823).

En 1958 se publicó Albacete contemporáneo (1925-1958). Es, quizás, la obra más citada del periodista Del Campo Aguilar. En ella hace una crónica de Albacete. Los temas que trata son el movimiento demográfico y urbano, política y cultura, diversiones y prensa, hombres ilustres y vocabulario. Para nuestro autor “Albacete merece una atención y un puesto, si no de privilegio, de estimación, en el concierto de las capitales españolas. Lo tiene ganado para los que vienen detrás”.

En 1961 publicó sus “Aportaciones bibliográficas a la historia de Albacete” y en 1962 ganó el Premio de Periodismo “Graciano Atienza” con el artículo “Tríptico de la Feria”.

El 14 de noviembre de 1962, la Comisión Permanente del Ayuntamiento, a propuesta de la Alcaldía, acordó por unanimidad nombrar a don Francisco del Campo Aguilar cronista oficial de Albacete.

Murió el 23 de mayo de 1965. El Ayuntamiento de Albacete, pocos días después, dio su nombre a una calle de la ciudad. Fuster escribió: “Era el mejor tributo que la ciudad podía rendir al que fuera su cronista inolvidable, el mejor testigo de sus trabajos y esfuerzos durante cincuenta años”.

En 1975, diez años después de su fallecimiento, el Colegio Oficial de Farmacéuticos de Albacete publicó sus Poemas de la Farmacia, con un prólogo a cargo de Francisco Fuster. El poeta conquense Federico Muelas escribió: “Hijo de auxiliar de Farmacia, aprendió casi jugando el arte de la dispensación y confiesa tener el alma como bellamente embalsamada en los olores penetrantes de la rebotica de aquel lugar manchego, donde el padre ejerciera”. La obra fue reeditada por la Diputación de Albacete en 2002.

Del Campo siempre tuvo presente este deseo: “Queremos que Albacete sea nuestro sueño. Y el sueño de todos” (Albacete: sus calles, 1945).

Referencias:

• Campo López, Llanos del Carmen del, Una mirada íntima a Francisco del Campo Aguilar, Albacete, 2002.
• Fuster Ruiz, Francisco, “Francisco del Campo Aguilar”, en Francisco del Campo Aguilar, Poemas de la Farmacia, Albacete, 1975, pp. 11-15.
• Gómez-Flores, Andrés, “Francisco del Campo, un cronista sentimental en su centenario”, Revista Feria de Albacete, 3 (septiembre 1999), pp. 91-95.
• Henares Martínez, Domingo, “Papeles de don Paco”, en Francisco del Campo Aguilar, Poemas de la Farmacia, Albacete, 1975, pp. 121-128.
• Muelas, Federico. “La musa en la rebotica”, en Francisco del Campo Aguilar, Poemas de la Farmacia, Albacete, 1975, pp. 113-116.