Francisco de Paula Fermín Antonio Laso y Salido, político y propietario agrario. Hijo por vía paterna de Juan José Laso de la Vega y Santa Cruz, de linaje hidalgo que entroncaba directamente con el insigne poeta y militar del siglo de Oro español, Garcilaso de la Vega-, y por la materna de Manuela Salido y Estrada -hermana de Agustín Salido y Estrada, y, por ende, sobrino del distinguido personaje político ciudadrealeño-. Su abuelo paterno fue un célebre capitán que combatió en la Guerra de Independencia (1808-1814), de origen hidalgo; su abuela, perteneciente a una acaudala familia de origen granadino. Francisco Laso y Salido nació en Almodóvar del Campo, el 11 de octubre de 1846.
Acaudalado terrateniente, señor de numerosos bienes inmuebles rústicos y urbanos en su haber. Las dehesas de los Bonales y Ventosillas sobresaldrían de entre los latifundios detentados por el hacendado almodovareño. Francisco Laso fue el mayor contribuyente del impuesto de la contribución de su tiempo en el municipio, así constaba en el registro de los amillaramientos de Almodóvar del Campo, aportando el señor Laso en el ejercicio fiscal correspondiente a los años 1885-1886 la suma de 35.501,70 pesetas. Así lo hizo constar mediante certificado expedido por el consistorio, de fecha de 1 de mayo de 1886.
En lo referente a su vida personal, Francisco contrajo matrimonio en un total de tres ocasiones. No obstante, sus cónyuges más conocidas fueron las siguientes: su prima, Josefina Salido Echalecu -única hija de Agustín Salido y Estrada, y de Josefina Echalecu- en 1869. En 1886, fecha en la que adquirió la dignidad de senador del reino, ya se encontraba viudo; en últimas nupcias se unió en matrimonio a Ester Luisa Boada Delgado, natural de Almodóvar del Campo, y con la que consiguió descendencia, mas resultó efímera -el pequeño vivió, tan solo, 22 días-.
Las vidas de Francisco Laso y de Agustín Salido discurren paralelas, y de su estudio comparado se extraen ciertas semejanzas: la actividad política desempeñada, el liberalismo conservador agrario y la filantropía. Aunados los tres elementos, resultan las biografías de sobrino y tío, respectivamente.
Francisco, análogo a Agustín, mostró singular predilección por las cuestiones políticas durante el período de la Restauración borbónica española: diputado provincial de Ciudad Real electo durante el periodo comprendido entre 1879-1883. Postulado como senador por la provincia de Ciudad Real, por vez primera, el 20 de abril de 1886. Obtuvo el aval de ochenta y cuatro de los ciento treinta y cinco compromisarios que concurrieron a los comicios. Su mandato resultó renovado, ininterrumpidamente, hasta 1896.
Laso y Salido gozaron de una afinidad inmejorable. Muestra de ello fue que el segundo figuró como valedor del primero, al acreditar la solvencia y capacidad económica de su sobrino ante el Senado. Asimismo, Laso fue beneficiario de parte de la herencia de Salido, habiendo recibido en juro de heredad dos dehesas a la muerte de su primera esposa, Josefina.
Francisco fue miembro y presidente -cargo que ostentó hasta su fallecimiento- de la Sociedad Compradora del Término de Almodóvar del Campo, mercantil que poseyó como objeto social «la compra de los bienes que el Estado vendió en el término municipal de la ciudad». Adquirió gran cantidad de propiedades rústicas, así como la titularidad de la carga del Derecho Maestral del municipio.
El ánimo benefactor del benemérito de la institución es atestiguado, por cuanto, en su testamento dispuso que dos de las dehesas de su propiedad, la Vega y Navalromo -adquiridas por él mediante pública subasta del Estado- fuesen asignadas al pueblo de Almodóvar del Campo. La razón, haber pertenecido al municipio desde tiempos inmemoriales. Esta disposición generó multitud de problemas por parte de su heredera, la Sociedad Compradora. Impidió, en la medida de lo posible, la consecución de los anhelos vecinales de conseguir las dos fincas legadas por Laso, de una parte, y de otra, el ánimo benefactor del senador almodovareño para con sus convecinos. Finalmente, los obstáculos fueron removidos, y se pudo practicar la división de ambas fincas y su adjudicación en suertes entre los jornaleros y labradores más desfavorecidos del municipio. La intención filantrópica del senador resultó confirmada, a su vez, por la donación para el municipio de Almodóvar de la Huerta Cuéllar -huerta de regadío cercana al paraje de la laguna del municipio-, así como de su jardín personal -hoy, jardín municipal-. El huerto situado enfrente de su casa, su vivienda -sita en la calle Corredera, nº 5 del municipio almodovareño-, y los terrenos donde se encontraba el antiguo convento carmelita, serían donados por su viuda, Luisa Boada, a su muerte en 1926, al Ayuntamiento, y a una Hermandad religiosa para la creación de un Asilo-Hospital, respectivamente.
Finalmente, Francisco Laso y Salido exhaló su último aliento en el solar que lo vio nacer, en el año 1900.
Hoy, dichos bienes se encuentran integrados enteramente en el patrimonio municipal, a excepción de su vivienda principal donde se encuentra instalado el monasterio de Nuestra Señora de los Mercedes, a cargo de las Monjas Jerónimas. Dichas obras de caridad para con el municipio, resultan de grata memoria, y no resultan olvidadas a pesar del tiempo transcurrido. Dichos gestos han quedado conservados, de manera indeleble, en la memoria colectiva. Los habitantes de mayor edad narraban que el día de su entierro, prácticamente, todo el pueblo de Almodóvar quiso despedirse de él. Los almodovareños acompañaron al cortejo fúnebre del senador desde el sepelio en el templo parroquial hasta el cementerio municipal de la localidad, donde reposan sus restos. Prueba inequívoca de la devoción profesada por sus convecinos. Hogaño, su efigie preside, en un emplazamiento preclaro, el jardín municipal de Almodóvar del Campo.