Nació en Pereña de la Ribera (Salamanca) el 28 de diciembre de 1913, tercero de los cinco hijos del matrimonio formado por Marcelino Miranda y María Vicente. Poco después la familia se trasladó a Salamanca, al paseo del Rollo, donde establecieron una panadería. Realizó sus primeros estudios en el colegio de San Benito que los PP. Salesianos habían abierto en la calle Compañía en 1898. Al comenzar el curso 1925-26 ingresó en el seminario diocesano de Salamanca donde estudió, sucesivamente, Humanidades, Filosofía y Teología, concluyendo los estudios al finalizar el curso 1935-36, a lo largo del cual recibió las órdenes menores. Ese año murió su padre; su madre lo haría en 1940.
Acabados los estudios hubo de esperar para poder ser ordenado a cumplir la edad mínima canónica; cuando la alcanzó recibió el subdiaconado (20 de febrero de 1937), el diaconado (22 de mayo de 1937) y el presbiterado (12 de marzo de 1938). Tras esta última, el obispo Pla y Deniel le tomó como capellán y secretario particular, función que ya venía desempeñando desde antes de su ordenación.
El 25 de septiembre de 1940 Pío XII erigía la Universidad Pontificia de Salamanca, una iniciativa del obispo Pla y Deniel, que será su primer Canciller, respaldada por el episcopado español. Se establecían dos Facultades, la de Teología y la de Derecho Canónico. Francisco Miranda, que fue uno de los primeros alumnos, se inclinaba por los estudios de Teología, pero el obispo Pla le aconsejó que realizara los de Derecho Canónico, como hizo. Durante los tres cursos, Miranda obtuvo siempre las máximas calificaciones y se licenció en julio de 1943. Al año siguiente hizo los cursos de doctorado, pero por su traslado a Toledo no llegó nunca a realizar la tesis sobre la que trabajó en los años posteriores y para la que reunió una amplia documentación en el archivo de la Comisaría de la Bula de la Cruzada. Solamente publicó un artículo sobre los manuscritos del Decreto de Graciano en la Biblioteca Capitular de Toledo.
Muerto el cardenal Gomá, en 1942 le sucedió en la archidiócesis primada el obispo de Salamanca, Pla y Deniel, y con él se trasladó a Toledo Francisco Miranda.
Aquí fue nombrado Capellán de Reyes (31 de marzo de 1947) y luego ganó por oposición la canonjía de Prefecto de Ceremonias de la catedral (31 de enero de 1950). Como Prefecto le correspondió la organización del Concilio Provincial celebrado en Toledo en 1951 para el que publicó un Ceremonial, en latín. Antes de su celebración, el entonces obispo auxiliar de Toledo, Eduardo Martínez González, había sido nombrado obispo de Zamora y los prelados asistentes al Concilio vieron en Miranda el sucesor idóneo como auxiliar del cardenal Pla.
El 21 de julio de 1951 Pío XII lo nombró obispo titular de Cidramo y auxiliar de Toledo. Tenía 37 años y medio y era el obispo más joven de España. La consagración episcopal tuvo lugar en la catedral de Salamanca el domingo 7 de octubre de 1951, apadrinado por la Universidad Pontificia ya que era el primero de sus alumnos que alcanzaba el episcopado.
El 17 de octubre, el cardenal arzobispo de Toledo le nombraba Vicario General. Comenzó de inmediato la visita pastoral a la extensa diócesis, en nombre del arzobispo, y la recorrió tres veces. Al obispo Miranda se debe la celebración en la archidiócesis del Año Mariano de 1954 que culminó en Toledo con la concentración de 164 imágenes de la Virgen que participaron en una magna procesión, el 31 de octubre. También fue obra suya la preparación, durante todo el año 1959, del Congreso Eucarístico Diocesano de 1960. A él se debe la fundación en Toledo de una casa sacerdotal en 1952, en el que fuera monasterio de monjas jerónimas de La Reina, cuya comunidad se unió con el de Santa Marta de Córdoba en 1951.
En 1954 participó en Bilbao en el primer coloquio de pastoral litúrgica y cuando la Conferencia de Metropolitanos decidió, el 15 de abril de 1956, la creación de la Junta Nacional de Apostolado Litúrgico nombró al obispo Miranda como presidente y al sacerdote toledano Casimiro Sánchez Aliseda como secretario. Vinieron luego otros encuentros, como el de Asís-Roma en octubre de 1956, cuyas actas fueron traducidas y publicadas en Toledo por iniciativa de Miranda y Sánchez Aliseda en 1957, y el de Montserrat, en 1958, sobre el Ritual.
El día 12 de marzo de 1960 viajaban los dos de Toledo a Madrid para unas reuniones; a pocos kilómetros de la capital el vehículo del obispo colisionó con un tractor, muriendo en el acto don Casimiro y quedando malherido monseñor Miranda, que ya no recuperó la consciencia y falleció horas después en un hospital en Madrid. Trasladado su cadáver a Toledo, el funeral -presidido por el cardenal Pla- fue una enorme manifestación de duelo. Fue enterrado en la iglesia de San Bartolomé, capilla de la Casa Sacerdotal que él había fundado. Allí permanecieron sus restos hasta que en 2015 fueron llevados a la catedral en cuya capilla del Cristo de la Columna reposan hoy.
Fuentes y Bibliografía
- Archivo Capitular de Toledo, Libro de Actas Capitulares, v. 124, pp. 440-441 y 703-704.
- Boletín Oficial del Obispado de Salamanca. 1936 (n.1, enero), 1937 (n. 2, febrero, y n. 6, junio), 1938 (n. 4, abril), 1943 (n. 8, julio), 1960 (n. 3, marzo).
- Boletín Oficial del Arzobispado de Toledo. 1950 (n. 3, marzo), 1951 (n. 10, octubre, y n. 11, noviembre),1960 (n. 3, marzo).
- Crónica del Año Mariano en la Archidiócesis de Toledo, Primada de España, con motivo del Centenario de la Definición del Dogma de la Inmaculada. Toledo, Editorial Católica Toledana, 1954.
- El Adelanto. Diario de Salamanca (6 de octubre de 1951).
- Incunable. Periódico sacerdotal (abril 1960).
- ARELLANO GARCÍA, Mario y COLOMINA TORNER, Jaime, Catálogo del Fondo de las Capillas Reales del Archivo de la Catedral de Toledo. Toledo, Cabildo Primado de la Catedral de Toledo, 2015, p. 576.
- MIRANDA VICENTE, Francisco, “Manuscritos del Decreto de Graciano en la Biblioteca de la Catedral de Toledo”, Revista Española de Derecho Canónico, 20 (1952), pp. 391-415.