Francisco Colás (Juventud Manchega, Ciudad Real, 31-7-1921).

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Francisco Paulo Petronilo Colás Ruiz de la Sierra
" Francisco Colás "
Valverde (Ciudad Real),.
1898 -
Ciudad Real.
1939.
Médico, periodista, político.

Francisco Paulo Petronilo Colás Ruiz de la Sierra, tal es el nombre que figura en el registro parroquial, nace en Ciudad Real. En sus biografías se da el año 1899 como el de nacimiento, pero en realidad llega al mundo el 31 de mayo de 1898, a las siete de la mañana, en el anejo de Valverde. Es hijo de Alejandro Colás, natural de La Solana, y Laura Ruiz de la Sierra, natural de Daimiel, ambos vecinos de Valverde. Los abuelos paternos son Francisco Colás, natural de Ardoz (provincia de Madrid) y Laura Rodríguez, natural de Poblete. Y los maternos, Agustín Ruiz de la Sierra, de Daimiel, y Carmen Ojeda, de la granadina población de Lanjarón (“España, registros parroquiales y diocesanos, 1307-1985”, FamilySearch (https://www.familysearch.org/).

La posición económica de la familia es próspera y desahogada. Colás es un buen estudiante en el Instituto de Ciudad Real. En junio de 1914 obtiene el título de Bachiller, con sobresaliente, tanto en el de Letras como en el de Ciencias (AHN, Universidades, 5441, exp. 8). Y en el curso 1914-1915 se examina de diversas asignaturas en la Facultad de Ciencias Exactas, Físicas, Químicas y Naturales, de la Universidad Central.

Pero finalmente se encamina hacia los estudios de Medicina y tiene actuaciones interesantes. Por ejemplo, participa en el Premio Llorente de Anatomía a propuesta de sus compañeros de tercer curso de Medicina en la Universidad Central (Vida Manchega, 25-7-1918), premio que obtiene (El Pueblo Manchego, 1-8-1921). En ese mismo año es nombrado jefe de puesto de desinfección durante la epidemia de gripe (El Pueblo Manchego, 23-10-1918). Sabido es que la gripe tiene en España tres oleadas. La primera, en la primavera de 1918. La segunda, más grave y con mayor número de muertes, desde agosto hasta noviembre de 1918, cuando Colás es nombrado. La tercera, a principios de 1919. En Ciudad Real capital, con 17.321 habitantes entonces, mueren por gripe durante 1918 un total de 113 personas, 6,52 por mil habitantes, más de un punto superior que en la provincia.

El médico.

Y en 1921 termina, por fin, los estudios de Medicina. El diario El Pueblo Manchego (1-8-1921) lleva a primera plana la noticia, incluida una fotografía, y se escribe que el “distinguido escritor regional, que obtuvo el Premio Llorente de Anatomía en la Universidad Central”, ha terminado este año con las “más lisonjeras calificaciones”.

Es el momento que marca la práctica desaparición de las colaboraciones periodísticas de Colás. Y el fin de sus estudios es motivo para que el entonces joven escultor Jerónimo López-Salazar Martínez (1899-1979), realice un busto del “nuevo licenciado en Medicina” (El Pueblo Manchego, 22-07-1921).

Su preocupación principal es el desarrollo de la Medicina. Precisamente, está presente en los actos de divulgación científica y sanitaria organizados por el Colegio de Médicos de Ciudad Real. El primero tiene lugar el 26 de abril de 1925, en el Teatro Cervantes de la capital (Boletín Oficial del Colegio de Médicos de la Provincia de Ciudad Real –BOCM-, julio de 1925) y participan, junto a Francisco Colás, Manuel Fernández Aldama (presidente de la Junta provincial de Inspectores Municipales de Sanidad, que trabaja en Minas de Almadén), Francisco Herencia Mohino (abogado y alcalde de Ciudad Real hasta unas semanas antes) y Antonio Piga Pascual (médico, publicista y profesor en la Universidad Central). Colás habla del tema de alcoholismo y de los innumerables trastornos que ocasiona.

En marzo de 1926, se publica el primer número de la Revista Mensual de Ciencias Médicas de la Provincia de Ciudad Real, como suplemento al BOCM, de la que solo salen cinco números. En la experiencia está Francisco Colás, que forma parte del comité de redacción. Formado, además, por Manuel Fernández Aldama, Alfredo Badía Fos, Francisco Morayta Serrano, Arturo Urrero Marcos, Juan Ignacio Morales Sánchez-Cantalejo y Huberto Domínguez López. Este último da vida en Almagro, desde 1930 hasta 1935, a El Huracán Sanitario, publicación mensual de Sanidad, Higiene y Sociología.

En el ámbito personal, Francisco Colás contrae matrimonio con Natividad Torregrosa Lerma, parece que en 1927, aunque no he encontrado la fecha. Entre los regalos de boda recibidos destaca el de su amigo Alfredo Palmero de Gregorio (1901-1991), también colaborador de Vida Manchega. Se trata de un óleo en lienzo (117 x 104 cm.), que se encuentra actualmente en el Centro de Exposiciones (CEX), de la Diputación Provincial de Ciudad Real. Se conoce con el nombre de Mineros de Almodóvar, firmado por Palmero, fechado en 1927 y dedicado a Paco Colás.

Entre 1926 y 1932, al menos, es secretario del Colegio de Médicos de Ciudad Real (BOCM, 03-1926). Reelegido en los años siguientes con 32 votos (BOCM, 1-1928), 7 votos (BOCM, 1-1929) y 82 votos (BOCM, 1-1931). El 2 de febrero se constituye otra vez la Junta de Gobierno del Colegio de Médicos y Colás es secretario otra vez (BOCM, 2-1932). Además, es miembro de los tribunales de oposición para plazas de médicos titulares inspectores municipales de Sanidad para Ciudad Real, Alcázar de San Juan y Herencia (BOPCR, 1-6-1932; Gaceta de Madrid GM-, 26-6-1932 y GM, 27-6-1932).

Es médico forense interino en el juzgado de Ciudad Real. Toma posesión el 28 de agosto de 1928 y cesa el 7 de noviembre de 1934 (GM, 10-3-1935) Por haber desempeñado el cargo sin interrupción desde su nombramiento tiene derecho a concursar en las vacantes que se anuncien a turno de forenses interinos para su ingreso en el Cuerpo de Médicos forenses.

Es nombrado médico forense en propiedad en el juzgado de Olvera (Cádiz), pues desempeña como interino desde 1928. Por categoría y antigüedad resulta con derecho preferente al resto de concursantes (GM, 14-5-1935). En poco más de un mes pasa al Juzgado de Instrucción de la Roda (Albacete), con toma posesión el 22 de mayo de 1935 (GM, 29-06-1935, El Siglo Futuro, 29-06-1935 y El Sol, 30-6-1935). Finalmente, es nombrado médico forense del Juzgado de Instrucción de Almodóvar del Campo (GM, 12-10-1935).

En 1938 se produce la readmisión “con plenitud de derechos y garantías” en su plaza de Almodóvar del campo y se dice que se encuentra en comisión en Ciudad Real. Se hace a propuesta de la Sala de gobierno del Tribunal Supremo, previo estudio de la Comisión Judicial depuradora del personal de la Administración de justicia de la provincia de Ciudad Real (Gaceta de la República, 14-2-1938).

Y en 1942 se anuncia concurso de traslados entre médicos forenses en los juzgados de primera instancia e instrucción, con la publicación de una larga serie de vacantes (Boletín Oficial del Estado, 1-2-1942). Entre ellas está la de Almodóvar del Campo, vacante desde 5 de mayo de 1939. Como causa de la vacante se indica lo siguiente: “Defunción de don Francisco Colás Ruiz”.

En realidad, es fusilado por un pelotón de ejecución, su muerte es un acto más dentro de la maquinaria represiva del franquismo. La noticia es rápidamente silenciada, y su memoria se pierde en el “olvido impuesto por el régimen”. García Zapata escribe en su biografía de Colás que es uno de los ingenuos que creen en la monserga de los sublevados en el sentido de que quienes no tienen las manos manchadas de sangre nada deben temer. Pero en los consejos de guerra se extiende una consigna clara: reprimir y condenar a muerte a cuanta más gente mejor.

El escritor.

Además del médico Francisco Colás hay que recordar al escritor. Muy joven empieza a colaborar en la prensa. La primera aportación que he encontrado aparece en la revista Vida Manchega el 28 de mayo de 1914. Se trata de un poema titulado “A la belleza manchega” en el que presenta, según escribe, una mala lira y un inepto pulsador. Pero indica que un canto en honor de la mujer de La Mancha “siempre tendrá valor”. Es poesía juvenil, pero sirve como referencia de la que se parte para conocer la evolución del escritor.

Continúa con sus colaboraciones periodísticas. Sobre todo en Vida Manchega, que simultanea con sus estudios de Medicina, ya sean cuentos, artículos sobre temas diversos o reportajes. Y en menor medida en La Ilustración Española y Americana. Y está atento a la actualidad del país, que pasa por momentos delicados.

Tiene unos años en los que se preocupa por el tema del regionalismo. El decreto de Mancomunidades (1914) tiene en las provincias que hoy forman Castilla-La Mancha un efecto: se inicia la polémica entre partidarios de una posible mancomunidad castellana u otra manchega. La Juventud Central Manchega pide en 1919 a las diputaciones de Ciudad Real, Cuenca y Toledo el acuerdo con la de Albacete para crear una región. Pero no se constituye ninguna.

La prensa es el medio para desarrollar el debate. En Ciudad Real, el diario El Pueblo Manchego o la revista semanal Vida Manchega exaltan a la región manchega. La de Albacete también, sobre todo el diario Defensor de Albacete. En Toledo está más próxima a la idea de Castilla, como se manifiesta en el diario El Castellano. Igual que en Cuenca y Guadalajara, con los semanarios El Centro y La Crónica, respectivamente.

La publicación que mejor representa los ideales manchegos es Vida Manchega, revista ilustrada, propiedad del impresor Enrique Pérez, editada entre 1912 y 1920, año en que se convierte en diario. Sale en Ciudad Real y tiene corresponsales en Albacete, Cuenca y Toledo, para cubrir la vida informativa de las cuatro provincias manchegas.

Colás colabora, sobre todo, en Vida Manchega, aunque también lo hace en la revista Castilla, que se publica en Ciudad Real durante algunos meses de 1917 y 1918. Y, cómo no, la situación en Cataluña llama su atención. Publica un interesante artículo titulado ¿Regionalismo o catalanismo? (Vida Manchega, 15-12-1918).

Contra un documento de la campaña autonomista se manifiesta Colás en el artículo citado. Indica en el comienzo que la cuestión de la autonomía catalana se esperaba por todos: “sabíamos que tarde o temprano se llegaría a plantar el problema a la luz del día y ese día ha llegado al fin”. En España todos somos hoy, afirma, un poco regionalistas y, sin embargo, el documento catalán despierta el recelo. ¿Se trata de regionalismo o catalanismo? A juzgar, por las bases del documento de autonomía entregado al gobierno, “podemos decir categóricamente que se trata única y exclusivamente de catalanismo, de un movimiento odioso de disgregación nacional, que tiene vergüenza de salir a la calle con su cara verdadera y se viste de máscara para presentarse al resto de los españoles”.

Sigue con el tema del regionalismo, aunque en menor medida. No obstante, a comienzos de 1920 hace una visita al centro regional en Madrid, que da lugar al reportaje que se publica con el título siguiente: “Del Centro Regional Manchego en Madrid. Una visita de nuestro compañero de Redacción Don Francisco Colás” (Vida Manchega, 10-3-1920). Comienza con su declaración de escepticismo hacia la labor realizada en Madrid por todos los centros regionales. Del Manchego indica que sabe lo que de tantos otros: superficialidad de algunos bailes o veladas, existencia de sala recóndita y misteriosa –se refiere a un lugar de juego–, lo bullanguero o el motivo de reunión frívola, distraída a veces o, incluso, perjudicial. Pero la visita y las explicaciones recibidas tienen la virtud de convencer a Colás de lo injusto de su “pasado desprecio”.

Escribe que hay en Madrid sesenta mil manchegos y el Centro solo tiene 500 socios, así que hay que considerar héroes al puñado de hombres que, a pesar de las dificultades de todo tipo, crean y sostienen un centro así. Allí reciben clase diariamente, en aulas instaladas en la planta baja del edificio de la calle del Príncipe, un gran número de jóvenes de ambos sexos; tienen lugar conferencias sobre temáticas diferentes, dadas por personas de prestigio; se celebran veladas literarias diversas; y hay una juventud que trabaja con entusiasmo en una obra cultural y de desarrollo industrial de nuestra región. Y argumenta así: “No es solamente el circulo de reunión, la atmósfera enervante del café, el chocar de las bolas de billar, el lugar que vive a expensas de los misteriosos ingresos de aquella sala… Es algo más noble y sobre todo algo más útil: existe allí un ideal, conciencia de una misión y energía para llevarla a cabo”.

Pero Colás prácticamente deja de tratar el tema del regionalismo en sus escritos, para ocuparse de otras cuestiones. No obstante, escribe el Himno a La Mancha, que se publica en 1925.

Compromiso social y político.

Entre sus colaboraciones periodísticas quiero hacer especial mención al artículo “Las tierras llanas” (La Ilustración Española y Americana, 22-12-1919). Aprecio con claridad el giro ideológico de Colás y su compromiso social. El marco lo ponen las tierras llanas, La Mancha, que ya trata con frecuencia su amigo Arturo Gómez-Lobo. Primero presenta tierras, animales y hombres, con una patética y desgarradora visión, que le hacen pensar en el llamado problema social. Pues, escribe, “no se debe obligar a una raza a que viva esclava de todo: de una agricultura mísera que hace a los hombres siervos de la usura, de unos impuestos que se llevan con el usurero el pobre resto de unos afanes de dos años por conquistar un pedazo de pan, de unos infames medios de comunicación que encarecen los productos que vienen y reducen a cero el valor de los que se van y, sobre todo, de una absoluta falta de educación, que han de hacer reclamar a estos hombres su derecho a la vida con toda la barbarie de sus egoísmos”.

Por otra parte, esos hombres no saben que en el voto que la ley les concede, que ellos venden en ocasiones por un vaso de vino, está el remedio de muchos de sus males. No obstante, los hombres de las tierras llanas tienen mansedumbre, muestra de que el odio no ha germinado todavía en sus almas, que la ola roja está contenida por la innata bondad. Pero si se les deja abandonados puede llegar la barbarie y entonces no habrá ni fuerza moral ni derecho a levantar su voz contra la ella: “Acontecerá que unos hombres crearon una raza de lobos, y crecieron los lobos y se comieron a los hombres”.

Periodista y político.

Durante los años 1927 y 1928 colabora en el periódico de Ciudad Real titulado La Raza, que empieza como semanario de información y se transforma el 1 de enero de 1928 en publicación decenal literaria e ilustrada, dirigida por José Mur Escolá, profesor de Dibujo de las Escuelas Normales de Ciudad Real. Además de Francisco Colás Ruiz de la Sierra, colaboran Carmelo Cepeda Heredia, Ramón López Villodre o Vicente Martín. Las ilustraciones son del propio Mur y del pintor Vicente Martín, las fotografías de G, Novillo y las caricaturas de Mozo (El Pueblo

Manchego, 23-1-1928). No he podido ver ejemplares de esta publicación periódica.

El día 2 de marzo de 1930 sale en Ciudad Real el primer número del semanario Libertad, publicación periódica costeada, editada y dirigida por el médico socialista Francisco Colás Ruiz de la Sierra, como recuerda Francisco García Zapata. Se proclama de “opinión libre” y su programa se resume con cuatro palabras: “antimonarquismo, anticlericalismo, antimilitarismo y anticapitalismo” (El Defensor, Puertollano, 9-3-1930). También Vida Manchega (8-3-1930) da noticia de su aparición y proporciona los nombres de algunos colaboradores: José L. Benito, León Lloy, Julián Arredondo y Óscar Corral. Deja de publicarse a mediados de 1931, según el número extraordinario de Vida Manchega que sale el 1 de enero de 1932. Por supuesto, no he podido encontrar ejemplares y solo las noticias de prensa permiten la reconstrucción mínima del periódico.

Desde luego, José Maestro San José apoya la publicación y su presencia causa cierta conmoción en la provincia, si nos atenemos a algunas informaciones. Por ejemplo, La Región (18-7-1930), semanario monárquico de Alcázar de San Juan, recoge un comentario del periódico y lo interpreta a su forma: “Libertad, de Ciudad Real, en su sección detonadora correspondiente al 28 de junio del actual, dice textualmente: de la biblioteca del Casino sigue desapareciendo apenas colocado en la mesa de lectura nuestro semanario. Lo mismo sucede en esta localidad y es probable que ocurra en otros sitios. Fácil es adivinar el empleo que dan en la sociedad al enclenque y grotesco semanario…”

El año 1931 es muy importante para Francisco Colás, tanto en el ámbito político como en el personal. Francisco Romero y él mismo acuden al Congreso Extraordinario del PSOE en representación de Ciudad Real (El Socialista, Madrid, 12-7-1931). En su portada se anuncia que se acuerda por unanimidad la continuación de los ministros socialistas en el Gobierno. Además, “por 10.607 votos contra 8.362 quedan facultadas la fracción parlamentaria y la Comisión ejecutiva para resolver, si fuere preciso, en materia de participación ministerial. Por otra parte, se desecha el voto particular relativo a la creación de una segunda Cámara y, atendiendo a los argumentos de Fernando de los Ríos Urruti (1879-1949) y otros asistentes, se rechaza la propuesta a favor de una República federal presentada por los delegados de Valladolid y apoyada por los de Cataluña. En el plano personal, es el año del nacimiento de su hijo, Alejandro Colás Torregrosa, concretamente el 25 de diciembre.

Tampoco he podido ver ejemplares de Clamor (1932-1934), otro periódico dirigido por Colás, órgano semanal de la Agrupación Socialista de Ciudad Real, en él que utiliza el seudónimo de  Asmodeo. Aparece por vez primera el 15 de mayo de 1932, según Vida Manchega (14-5-1932 y 16-5-1932) y trata de defender actuaciones y logros del alcalde socialista José Maestro San José. Tiene su sede en la Casa del Pueblo y son redactores las siguientes personas: Antonio Cano Murillo, Tomás Cano Murillo, Cástulo Carrasco Martínez, José Serrano, Ramón López-Pintor Angulo y Francisco Pérez Fernández.

Recuerda este último, asiduo colaborador de Lanza, en un artículo publicado en Hoja del Lunes de Ciudad Real (16-11-1981), Las dificultades para su edición. E indica la falta de financiación por publicidad, pues de ella mejor no hablar: “casi nadie se atrevía a anunciarse en Clamor”, aparte de la Confitería de Gutiérrez, el procurador Jacinto Rolán, los almacenes de los Reyes, la Agencia Ford y el taller mecánico de Adrián Pérez.

Como ciudadano, forma parte, en calidad de suplente vocal de sociedades -Colegio de Médicos-, de la Junta Electoral del Censo de Ciudad Real (Boletín Oficial de la Provincia de Ciudad Real – BOPCR-, 6-1-1932). También es nombrado vocal del Jurado Mixto del Trabajo Rural de Ciudad Real (BOPCR, 9-12-1932).

Y como actor político, se pueden recordar algunos actos en los que está presente. Participa como representante de la Agrupación Socialista en el acto de propaganda electoral del 6 de abril de 1931, organizado por el bloque republicano-socialista (El Socialista, 8-4-1931). Le acompañan Clodoaldo Barrios, por el Partido Republicano; Rafael de Caños, por Acción Republicana; Regina García, por el PSOE; y dos estudiantes de la FUE por la Juventud al Servicio de la República.

Unos meses después se celebra el congreso para constituir la Federación Provincial Socialista (El Socialista, 7-11-1931). Un total de 180 delegados, en representación de 38.000 afiliados, eligen el Comité provincial. Colás es presidente; Pedro Gallego, vicepresidente; Benigno Cardeñoso, Secretario general; Francisco de Mora, vicesecretario; y Antonio Cano Murillo, tesorero. Los vocales son elegidos después por cada uno de los partidos judiciales. Cierra el acto, con un discurso, Wenceslao Carrillo Alonso-Forjador​ (1889-1963).

Interviene el 18 de noviembre de 1933 -un día antes de la primera vuelta de las segundas elecciones generales de la Segunda República- en un acto socialista en el Teatro Cervantes, de Ciudad Real, junto a Constantino Calzada, José Antonio Blanco. Exponen el ideario del Partido Socialista y defienden la labor de los ministros socialistas en el Gobierno de Manuel Azaña (El Socialista y El Sol, Madrid, 19-11-1933).

El 1 de mayo de 1934 interviene en un mitin en la Casa del Pueblo, de Ciudad Real. Junto al alcalde, José Maestro, y al teniente de alcalde, Manuel Novés (El Sol y Luz, Madrid, 2-5-1934). Se produce un enfrentamiento, tras el acto entra asistentes al mismo y partidarios de Lerroux. Y en

1935 toma parte, en representación de UGT, en el mitin antifascista de Ciudad Real (Heraldo de Madrid, 27-08-1935).

La guerra y el final.

El diario católico El Pueblo Manchego es incautado a la Editorial Calatrava e inicia una nueva etapa en julio de 1936, como diario republicano y del Frente Popular. No obstante, continúa su numeración y se publica hasta julio de 1937 bajo la dirección de Francisco Colás. En publicidad insertada en sus páginas se presenta como el periódico de Ciudad Real y hace el siguiente llamamiento: “Proletarios, republicanos, demócratas, hombres libres, antifascistas leed y suscribíos a El Pueblo Manchego”. En los primeros meses, tiene una sección titulada “Con el puño en alto”, firmada por Roger de Flor, seudónimo del maestro Jesús Menchén Manzanares, además de “nota editorial”, marcha del conflicto bélico, información local y provincial, información nacional e internacional y folletín.

También está ligado Colás al diario Avance, en el que publica artículos como “Sección médica. Guerra, muerte, locura” (Avance, 22-6-1937). Aparece por vez primera en Ciudad Real el 1 de marzo de 1937 y mantiene la edición hasta fines de marzo de 1939. Primero sale con el subtítulo de “Diario marxista” y después, desde el número 91 (13-6-1937), con el de “Órgano de la Federación Socialista provincial”. Es decir, deja de ser periódico de la unificación de los Partidos Socialista y Comunista para convertirse en órgano socialista y portavoz de la Unión General de Trabajadores. Se tira en la imprenta incautada de la Editorial Calatrava, convive durante varios meses con El Pueblo Manchego, lo dirige el ferroviario Francisco Gil Pozo y es administrador el maestro Buenaventura Pintor Marín. Pero en septiembre de 1938 ambos marchan a “cumplir sus deberes militares” (El Socialista, 6-9-1938) y son sustituidos por Francisco Colás y Carlos García Benito, empleado de Hacienda, en concreto del Catastro.

Por otra parte, Francisco Colás interviene en el mitin celebrado en el Teatro Cervantes de Ciudad Real el 15 de marzo de 1937, organizado por UGT, con un interesante discurso que muestra parte de su pensamiento. Dice que la sublevación militar le sorprende cuando escribe un libro de crítica marxista, que no termina. Como a tantas otras cosas, la subversión le hace fracasar. Se ocupa en él del “movimiento ascensional” de la revolución española desde 1917, cuya culminación tiene lugar en febrero de 1936. El gobierno que nace de ella es un gobierno democrático que significa un dique a la revolución proletaria, pero que trata de colmar las ansias de los trabajadores. Y las derechas españolas, “con esa mentalidad que les hace negarse a perder el más mínimo privilegio”, no se dan cuenta de que dicho triunfo significa el alejamiento del peligro revolucionario (Avance, 16-3-1937).

Unas semanas más tarde es confirmado en su cargo de la Delegación de Asistencia Social de Ciudad Libre, denominación de la ciudad durante algún tiempo de guerra. Junto a Joaquín Lamano Fernández, Francisco Moral Blanco, Ignacio Gall, Buenaventura Pintor Marín, Antonio Bachiller Cádenas, Domingo Cepeda, Anselmo García Ruiz, Francisco Serrano Pacheco y Juan Morales Sánchez-Cantalejo (Gaceta de la República, 19-05-1937 y BOPCR, 24-05-1937).

El 6 de enero de 1938 se reúne el Comité Provincial de Enlace Socialista y Comunista y allí está Colás: Antonio Cano Murillo, presidente, socialista; Cosme Gómez, secretario, comunista; por designar el vicesecretario, que es socialista; Carlos García Benito, tesorero, socialista; Francisco Colás, vocal, socialista; Domingo Cepeda, vocal, comunista; y Ángeles Agulló de Guillerma, vocal, comunista (Unión, Ciudad Real, 8-1-1938; Verdad, Valencia, 13-1-1938; y Mundo Obrero, 13-1-1938).

Y a fines de 1938 participa en un acto en el Teatro Cervantes, de Ciudad Leal, retransmitido al Cinema Proyecciones (El Diluvio, Barcelona, 14-12-1938). Organizado por la Federación Socialista provincial para conmemorar el XIII aniversario de la muerte de Pablo Iglesias. Preside Carlos García Benito, secretario general de la Federación Socialista de Ciudad Leal. Intervienen Mariano Bartolomé (JSU), Antonio Navas (Federación Socialista de Badajoz), Francisco Colás (Federación Socialista de Ciudad Leal) y Carlos Rubiera (diputado a Cortes y presidente del Consejo Provincial de Madrid).

El 5 de mayo de 1939 Francisco Paulo Petronilo Colás Ruiz de la Sierra, que llega al mundo el 31 de mayo de 1898, es fusilado en el patio del colegio de los Marianistas de Ciudad Real.

Bibliografía:

  • Buitrago Oliver, Juan Carlos, De la A a la Z. Los protagonistas de una larga Guerra Civil. Ciudad Real 1936-1944, Ciudad Real, Serendipia, 2023, p. 223-224.
  • Cañigral, Luis de, “El himno de La Mancha”, Montesinos, Ciudad Real, nº 7-8 (1988), pp. 30-31.
  • Garcia Zapata, Francisco, “Francisco Colás Ruiz de la Sierra (Ciudad Real)”, en Julián López García; María García Alonso; Jorge Moreno Andrés; Alfonso Villalta Luna; Tomás Ballesteros Escudero; Luis Francisco Pizarro Ruiz, Para hacerte saber mil cosas nuevas, Ciudad Real 1939, Madrid, UNED, 2018.

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