El padre, Celestino Gamero Bejerano, era secretario de este ayuntamiento. El resto de la familia se dedicaba a labores del campo. A los siete años, a causa de un nuevo destino del padre en su ayuntamiento, la familia se traslada a Toledo. Los primeros maestros de Moisés en esta ciudad son Modesto Cambronero, Constantino Rodríguez, Manuel Daza, Ismael del Pan, Miguel Lliso y José Jiménez de Osuna, siendo también discípulo de Julián Besteiro tanto en Toledo como en Madrid.
Fue compañero de estudios del que sería destacado historiador Javier Malagón Barceló y miembro del Sindicato de Maestros que dirigió Rodolfo Llopis y al que también pertenecía Salustiano de la Fuente, pariente de Moisés. Gemelo de otro hermano que murió al año de nacer, la madre para distin-guirlos ponía a cada uno una faja de distinto color.
Otro de sus hermanos, aviador, murió en la defensa de Madrid durante la Guerra civil. En el curso 1925-26 Moisés decide ir a Madrid para estudiar la carrera de Derecho en su universidad. En 1931 se licencia, doctorándose con un tribunal formado por Julián Besteiro, Luis Recasens Siches y Antonio Ballesteros. Mientras estudia la carrera en Madrid, la familia retorna a Talave-ra, ya que el padre fue nombrado Interventor de Fondos del ayuntamiento. Una vez en esta ciudad intenta, en vano, ejercer su profesión.
Con 18 años ingresa en las Juventudes Socialistas, siendo miembro destacado de la Agrupación de Talavera y redactor del periódico La Juventud, órgano de expresión de esa formación política. Perteneció también a la FUE (Federación de Estudiantes Universitarios). Entre 1934 y 1936 estuvo en la cárcel, siendo puesto en libertad tras el triunfo del Frente Popular. Fue defendido por el diputado socialista Rufilanchas Salcedo, que murió fusilado en La Coruña unos días después de la sublevación fascista. Una vez puesto en libertad regresa a Talavera. A la edad de 24 años, que era la requerida para ostentar un cargo público, fue candidato a las elecciones del Frente Popular, saliendo elegido compromisario para la elección del presidente de la República. En esa época era alcalde de Talavera D. Emilio Cancho.
Aunque debido a una queratitis en un ojo no hizo el servicio militar, paradójicamente tuvo durante la guerra civil una destacada participación. Empezó como miliciano en un batallón de Talavera, siendo nombrado sucesivamente después, comandante de milicias, delegado carabinero de la 15ª brigada mixta en Guadalajara, delegado inspector en el sector de Levante con sede en Valencia y, por fin, delegado general de carabineros de Cataluña, con rango de general. Luchó en los frentes de Teruel, Guadalajara, Brihuega, Gandesa y Ebro. Acerca de su participación militar hay constancia de un informe relativo a las operaciones realizadas en el río Segre, sector sur de Balaguer, durante los días 9 y sucesivos en el mes de agosto de 1938.
Al final de la guerra civil, desprovisto de todo tipo de enseres y dinero, sale de España por Barcelona. Es recluído en el campo de concentración de Saint-Cyprien junto a Luis García Galiano quien años más tarde sería su socio en la fábrica de mazapanes Toledo que ambos pusieron en marcha en México; Nazario Domínguez, que había sido alcalde del pueblo toledano de Los Navalmorales; Jesús Dopico, profesor y violinista gallego, y Santiago Muñoz, compañero de estudios. Todos menos García Galiano consiguieron salir, poniendo rumbo a París. Sus padres y una hermana también estaban en Francia por esas fechas. El SERE, organismo del gobierno de la República encargado de la evacuación, consigue que sea admitido en el Ipanema, segundo barco en partir hacia el exilio mexicano. En este barco viajó también el famoso periodista Roberto Castrovido. El 7 de julio de 1939 el Ipanema arriba a Veracruz.
Tras arduos esfuerzos consiguieron sacar del campo de concentración a Luis García Galiano, persona que como veremos, fue decisiva en la vida de Moisés Gamero en México. Un familiar del primero había tenido una fábrica de mazapán en Sonseca (Toledo), por lo que decidieron probar fortuna levantando otra similar, nada menos que en el distrito federal mexicano. Allí se emplearon desde el primer año de su exilio las dos familias más una decena de empleados nativos. Incluso el padre de Gamero llevó durante algún tiempo la contabilidad. Aparte de la actividad comercial, que hasta la fecha sigue en pie, esta empresa llevó a cabo una intensa labor de difusión cultural con la publicación de más de cuarenta calendarios que cada año ilustraba un artista emigrado. Ramón Gaya fue quien inició la serie y Remedios Varo quien la finalizó. La catedral de Toledo, la Giralda de Sevilla, algún pueblo español, referencias a sus gentes o reproducciones de obras de arte españolas y mexicanas, fueron algunos de sus motivos artísticos.
Moisés Gamero fue también presidente del Instituto Superior de Intérpretes y Traductores y del Ateneo Español de México entre 1980 y 1984, sustituyendo en el cargo a Eulalio Ferrer.