Nació en Ujados (Guadalajara), el 6 de enero de 1867, en el seno de una familia de agricultores. No está comprobado, pero debió de ser el segundo o tercer hijo de un matrimonio que tuvo al menos siete, tres varones y cuatro mujeres. De los hombres, Gaspar y Miguel marcharían a Madrid; el tercero, Domingo, quedaría en Ujados a cargo de las propiedades familiares llegando a ser a finales del siglo XIX y comienzos del XX, por algunos periodos, alcalde de la localidad y posteriormente Juez Municipal.
El padre, dedicado a la ganadería y la agricultura no tuvo más remedio que emplear a los hijos en el oficio; así, desde la temprana edad de diez años, Gaspar de la Cruz comenzó a ejercer de pastor con los rebaños del padre, y a demostrar su afición por la escultura, entreteniendo sus ocios con el trabajo de la madera, ejecutando con la navaja pequeños trabajos a modo de esculturas que llamaron la atención de la entonces maestra del pueblo, así como del párroco, D. Fernando Torrubiano.
No queda la menor duda de que, como se reconoce en las distintas actas de la Diputación de Guadalajara, al ser pensionado para la ampliación de sus estudios en Madrid, fue el diputado Antonio Cabellos quien intercedió por él y lo apadrinó, tanto ante la Diputación, como facilitando su desplazamiento a Madrid, gesto en el que igualmente colaboró el párroco D. Fernando. Por mediación de D. Antonio Cabellos Asenjo, originario de Atienza y diputado de la zona serrana a la que pertenece Ujados, la Diputación le facilitó una pensión que se inició en 1887, con una asignación diaria de 3,50 pesetas, lo que hacía un total de 1.281 pesetas anuales a fin de costearle los estudios en la escuela de Escultura, compartiendo pensionado con los pintores provinciales Alejandro Hernando (de Hiendelaencina) y Genaro Leal Conde (de Fuencemillán).
El semanario provincial Renovación, escribirá sobre De la Cruz Martín con fecha 10 de agosto de 1928: “Por mediación de su paisano de Atienza, el diputado provincial D. Antonio Cabellos, fue pensionado por la Diputación de Guadalajara”.
No solo en la escuela de Escultura aprendería el arte al que se dedicaría, puesto que, al poco de su llegada a Madrid, y con anterioridad a la pensión facilitada por la Diputación, entraría como aprendiz en el taller del escultor Ramón Subirat Codorniu, quien trabajó en Madrid, y en Madrid falleció, en 1890. De Ramón Subirat aprenderá nuestro hombre la técnica escultórica de la modelación del barro, la madera y, sobre todo, la piedra.
Con estas ayudas se dedicó a estudiar, ingresando en la escuela de Pintura, Escultura y Grabado, en la que hizo tales progresos que obtuvo numerosos premios, medallas y diplomas a lo largo del tiempo que en ella permaneció, entre los que se contaron la medalla de oro en 1890; la primera medalla en dibujo y modelado del natural, en el curso de 1889, obteniendo además el premio especial de 500 pesetas instituido al efecto; un año antes, en el curso de 1888, destacó por su trabajo de final de curso, elaborando un busto del rey Alfonso XIII niño que, de su mano, llegaría personalmente a la Reina Regente, quien recibiría al escultor en Palacio el 3 de marzo de 1888, escribiéndose al respecto: “Un joven artista, llamado Gaspar Cruz, que hace unos tres años era pastor, ha modelado en barro el retrato del Rey. Actualmente, está pensionado por la Diputación de Guadalajara, y dicen que el busto es notable como parecido. Hoy ha sido recibido el modesto artista por la Reina, la cual ha alabado mucho su trabajo”.
Suprimida la pensión por disposición ministerial, siguió estudiando y haciendo trabajos de gran importancia, tales como una Virgen de la Asunción para la iglesia de Torrelavega (1900) que es admirada por los inteligentes. Después fue nombrado escultor de la Facultad de Medicina de la Universidad Central de Madrid.
Al respecto de la escultura religiosa, al conocerse la obra destinada a la iglesia de Torrelavega en 1900, se escribirá: “reúne en escultura religiosa las dos principales condiciones que Lessing recomienda para el triunfo completo del arte, perfección e idealización de la obra artística”.
Se dice que no quiso concurrir a oposiciones, y que parte de su obra pasó a otros artistas, para los que trabajó por necesidades económicas familiares, cediendo glorias y trabajos.
Murió tempranamente en Madrid, a los cuarenta años de edad, el 21 de mayo de 1909, cuando su nombre comenzaba a ser de referencia, después de dejar a su hermano Miguel de la Cruz Martín (Ujados, (Guadalajara), 9.VII.1872 – San Clemente (Cuenca), 8.VI.1937), en el camino del éxito iniciado por él.
A su hermano Miguel sucedería en el mundo de la escultura su hijo, Antonio de la Cruz Collado (Madrid, 17.03.1905-Pozuelo de Alarcón (Madrid), 9.08.1962).
Obra principal:
- Bajorrelieves para el comedor del palacio de los marqueses de Bellechasse.
- La venta del asno por los gitanos, y el Rapto de la hija de Pedro Crespo, para el palacio de los Príncipes de Baviera.
- La Asunción de la Virgen, Iglesia de Torrelavega (Santander), por encargo del diputado santanderino Sr. Fernández Hontoria.
Bibliografía:
- “Gaspar Cruz”, en Revista Popular, Guadalajara (1-3-1891), p. 5.
- García Prieto, “Escultura Religiosa de Gaspar de la Cruz”, en (entre otros medios), La Opinión, Guadalajara (5-10-1900).
- “Hombres de Mérito”, en Renovación, Guadalajara (10-8-1928).
- Gismera Velasco,“Gaspar de la Cruz Martín”, en la revista digital Atienza de los Juglares(octubre 2013).
- Gismera Velasco, Ujados y su entorno, Independently Published, 2018.
- Antonio Cruz González, “Miguel de la Cruz Martín”; en el Diccionario Biográfico de la Real Academia de la Historia.