gil-febrel
María Cruz Gil Febrel
Soria.
1896 -
Soria.
1943.
Maestra, Inspectora de Enseñanza y Política.

Nació en Soria el 28 de febrero de 1896. Hija de Pedro Gil Lorenzo, contratista de obras, y Raimunda Febrel, tuvo dos hermanas, Julia y Mª Antonia. Estudió con gran aprovechamiento en el Instituto General y Técnico de la ciudad castellana donde, en su primer curso, 1911-1912, fue alumna de Antonio Machado, quien firmó el acta en 25 de mayo de 1912 con la calificación de “Sobresaliente con derecho a Matrícula”. En junio de 1916 ingresó por oposición con el número 1 en la sección de Letras de la Escuela Superior de Magisterio de Madrid y, junto a su hermana Mª Antonia, residió en la Residencia de Señoritas fundada por María de Maeztu. Su expediente académico, tal como figuraría después en sus hojas de servicio, fue de sobresaliente con matrículas de honor y, durante su formación, trabajó con el profesor Luis de Hoyos Sainz, director del Seminario de Etnografía, Arte popular y Folklore de la Escuela Superior de Magisterio. Mª Cruz Gil Febrel presentó su Memoria Fin de Carrera en la promoción 1916-1919 con el título Numancia, que contó con la dirección de Luis de Hoyos y Ángel Vegué y Goldoni.

Durante el curso 1919-1920, y por recomendación de la JAE, fue profesora en el Instituto Escuela de Madrid. Tras esta experiencia docente, el claustro de profesores de la Escuela realizó la propuesta y, el 19 de julio de 1920, a la edad de 24 años, fue nombrada Inspectora de Enseñanza Primaria de Soria, ciudad donde trabajo en colaboración con Gervasio Manrique Hernández (1917-1931), a quien sucedió en la Jefatura de Inspección en mayo de 1934. En su ciudad realizaría una importantísima labor a favor de la educación que fue oficialmente premiada por Real Orden el 7 de junio de 1925 por su cultura, celo, actividad y trabajo que se ha impuesto en bien de la enseñanza…y que contribuyó a que el año 1933 (28 de junio) pasara a formar parte de la Junta directiva de la Asociación de Inspectores. 

Su trabajo dentro de este campo le llevó a promover gran cantidad de escuelas en los pueblos de la provincia e, incluso, en la capital. Como dato podemos decir que en el año 1926 estaban en construcción en la provincia 31 edificios escolares. El 8 de agosto de 1928 fue nombrada Vocal de la representación de la ciudadana en la Comisión de construcciones escolares de la provincia. Es muy destacable no sólo su trabajo como impulsora de la enseñanza, sino también las avanzadas ideas que manifestaba sobre la educación –en las que se ponen de manifiesto los principios renovadores del Instituto-Escuela- y recogidas, entre otros lugares, en los innumerables discursos que se publicaron en la prensa con motivo de la inauguración de grupos escolares.

Pero no sólo centró su vida durante estos años en su vocación por la enseñanza, sino que también participó activamente en la política ciudadana, sobre todo en la época de la Dictadura de Primo de Rivera. En octubre de 1927 y, por primera vez, fueron nombradas dos mujeres concejales en el Ayuntamiento soriano: ella y Victoria Asenjo. Con motivo de su nombramiento, el periódico la Voz de Soria saludaba a “las dos representantes del sexo femenino cuya presencia en la Corporación Municipal vemos con complacencia”. 

En 17 de marzo de 1927 se fecha la primera carta que envió al Presidente de la JAE solicitando una pensión para visitar escuelas de Francia, Suiza y Bélgica. En la misma afirmaba haber sido profesora del Instituto-Escuela y declaraba su conocimiento del francés. Misivas muy parecidas se repitieron el 26 de febrero de 1929, el 22 de febrero de 1931 (expone en la misma que, en caso de no organizar la Junta ese año viajes en grupo de inspectores, le fuese concedida la posibilidad de estudiar individualmente en Francia, durante dos meses, las escuelas maternales y hace constar que nunca ha residido en el extranjero y conoce el francés y el inglés). Volvería a repetir petición el 5 de febrero de 1933 y el 3 de febrero del año siguiente. En todas estas solicitudes se presentaba como Inspectora de Primera Enseñanza de la provincia de Soria. Su trabajo como Inspectora Jefe de Soria y los problemas que había entonces en la provincia la obligaron a que, cuando por fin le fue concedida la beca, tuviera que solicitar un aplazamiento de la misma en carta de 21 de junio de 1934. Su petición fue atendida pero no pudo disfrutar de la beca, puesto que el Ministerio de Instrucción Pública no había autorizado ese curso escolar la ausencia de Inspectores. Tras todas estas vicisitudes María Cruz partió para el extranjero en abril del año 1935. Pese a todo, su estancia fue muy fructífera, según se desprende de la relación de lugares visitados que refiere en cartas del 11 de junio y 11 y 20 de julio en las que, de nuevo, deja entrever su gran capacidad de trabajo y su inmensa curiosidad. Regresó a Soria en julio de 1935, tal y como se hicieron eco los periódicos locales Labor y Noticiero.

Su fructífera carrera se vería truncada con la llegada de la Guerra Civil. En julio del 36 de encontraba en Santander en un curso de la Universidad Menéndez Pelayo y, con motivo del Alzamiento Nacional, no pudo regresar a Soria, siendo trasladada a zona republicana por un barco del gobierno junto a sus compañeros del curso de verano. En el año 1937 debía tomar posesión del puesto de Inspectora de Primera Enseñanza en Cuenca, pero el 29 de marzo se le abre expediente por no haberse incorporado a tiempo. El problema se subsanó en junio, cuando se produjo el sobreseimiento del mismo al presentar la interesada justificación de su retraso, y ejerció su trabajo en Cuenca durante la contienda. Hubo de vivir malos tiempos, incluso en su ciudad natal se vio encartada por el juzgado de Soria en virtud de la relación hecha por la Comisión de Incautación de Bienes junto con otras personas “hoy en ignorado paradero”

En junio de 1937 es apartada de servicio, debiendo ser dada de baja en su escalafón, según aparece en el B.O.E., ya expedido Burgos. Se le abrió expediente de depuración que se resolvió por Orden de 22 de julio de 1940 (B.O.E. de 26 de agosto) por el que se le imponía la sanción de suspensión de empleo y sueldo por un año e inhabilitación para el ejercicio de cargos directivos y de confianza. 

Tras esta resolución, Mª Cruz Gil Febrel regresó a su Soria natal donde siguió trabajando hasta su muerte el 13 de enero de 1943. No había cumplido los 47 años.

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