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Galería

Gustavo Piñuela Martínez
Madrid.
1894 -
Tánger (Marruecos).
1936.
Ingeniero de caminos.

Gustavo Piñuela Martínez era hijo de Emilio Piñuela Echeandía y de Concepción Martínez, y había nacido en Madrid en 1894. Emilio Piñuela tuvo dos hijos, Gustavo, el único varón, y Angelita, que era menor que él. Estudió en la Universidad Central, en la Escuela de Ingenieros de Caminos, Canales y Puertos y fue uno de los mejores alumnos de su promoción.

Desde joven cosechó notables éxitos en esa profesión. Por ello, el semanario almagreño Renovación decía lo siguiente del ingeniero almagreño en 1930: «Sin estridencias ni comentarios apasionados, dedicamos hoy estas líneas en honor de un ingeniero joven que en su vida profesional lleva por antorcha el saber. (…)

Este hombre que dedica todas sus ilusiones a su profesión no necesita de reclamos ni propagandas, pues su personalidad es sobradamente conocida en España, y principalmente en la Región Manchega» (Renovación, 30-10-1930).

No sabemos con exactitud el camino que recorrió el joven ingeniero almagreño a lo largo de su vida profesional, aunque en 1918 tenía despacho abierto en Madrid, en la calle Princesa nº 41 (Arquitectura y construcción, 1918, p. 564), lo que es indicativo de que había concluido su carrera. En esta etapa debió contraer matrimonio con Salvadora Muñoz, natural de Calzada de Calatrava, con quien tendría cinco hijos: María Concepción, Federico, Ana, Ángela y Salvadora.

Gustavo Piñuela estaba muy integrado en Almagro, en 1924 participó en la pedida de mano de Carmen Condés Serrano, acompañando al maestro Alberto López Crespo, al sacerdote Santos Naranjo, y a Laureano López.  En febrero de este mismo año realizó una excursión en automóvil, seguido de Adolfo Julio Pérez Camacho y Martínez Prado, a la aldea de la Alameda, donde fue recibido por Honorio Sánchez, administrador del marqués de la Concepción (1). Durante la primavera y el verano, al igual que otras familias almagreñas (Beneytez, David Rayo, Carmelo Madrid) y de la zona, solía pasar su tiempo de ocio en el paraje de Venta de Cárdenas (La Tierra Hidalga, 17-5-1924). 

 Posteriormente, seguramente en 1921 (2),  opositó a la Administración y logró su primer destino en 1922 como ingeniero en la jefatura de la división hidráulica del Guadiana en Ciudad Real, lugar en el que permaneció hasta 1924, ya que mediante instancia al departamento del Ministerio de Fomento pidió su traslado a la división hidráulica del Guadiana en Huelva. Allí desempeñó el puesto de subalterno dependiente de la jefatura de Obras Públicas de Huelva (Madrid Científico, año 31, nº 1.126,  1924, p. 852).  En 1926, el Ministerio de Fomento, del que dependía la dirección general de Obras Públicas, nombró a Gustavo Piñuela ingeniero director de la comisión administrativa del puerto de San Esteban de Pravia, quedando como supernumerario (3), cesando en el anterior destino, el de Huelva (Madrid Científico, año 33, nº 1.164,  1926, p. 195). Este año había ascendido a ingeniero segundo, en los últimos movimientos de la plantilla del Ministerio de Fomento (Madrid Científico, año 33, nº 1.202,  1926, p. 243). 

Fue nombrado en 1928 director técnico de la Confederación Hidrográfica del Segura, sustituyendo a Francisco García de Sola,  uno de los ingenieros más brillantes de España de la primera mitad del siglo XX. Era la segunda Confederación Hidrográfica que empezó a funcionar en España, después de la del Ebro. Piñuela estuvo en ese cargo cerca de tres años: 1928 y parte del año siguiente, 1930 y los primeros meses de 1931 (4). 

El 13 de marzo de 1929 fue designado ingeniero–director de la Junta de Obras del puerto de Ceuta (La Vanguardia, 14-3-1929), pero a los tres meses retornó de nuevo como director técnico de la Confederación Hidrográfica del Segura, según real orden de 21 de mayo de 1929 (Madrid Científico, nº 1.231, 1929, p. 111. La Construcción Moderna, 20-4-1929. La Verdad, 26-6-1929), en calidad de delegado de Fomento. En los dos primeros destinos que tuvo en 1929 cesó para pasar de nuevo a Murcia, seguramente reclamado por su valía y por influencia de la familia La Cierva, verdaderos prebostes en esa región.

Gustavo Piñuela, en esta segunda estancia en Murcia, proyectó la explotación integral de la cuenca del Segura, que  incluía el desarrollo hidroeléctrico, que inicialmente se había usado para abastecer los pueblos de Almadenes y Cañaverosa. El ingeniero almagreño estimaba que en 1929 se podrían producir 28.428 H. P., de los que solo se estaban usando 15.732 (5).

En la Exposición Universal de 1929 también se dedicaron unos pabellones a explicar el funcionamiento de las confederaciones hidrográficas, en estas fechas reducidas a las del Ebro, Duero y Segura. En noviembre de ese año, Alfonso XIII, acompañado del ministro de Fomento, visitó los citados pabellones, en los que se interesó por los problemas que tenían planteadas las confederaciones hidrográficas, especialmente le llamó la atención la regulación del Segura, así como la política de repoblación forestal, regadíos, o los aprovechamientos industriales, entre otros. El marqués de Rafal entregó al rey un folleto editado por la Confederación Hidrográfica del Segura, cuyo autor era Gustavo Piñuela, donde se daban contestación a todas las preguntas del monarca (El Liberal de Murcia, 3-11-1929).

En mayo de 1930 se produjo la inauguración de la presa de la Condomina, a dicho evento asistieron el marqués de Rafal, el conde del Valle San Juan, Francisco García de Sola y Gustavo Piñuela, como parte de las obras de mejora de la cuenca del Segura. Los ingenieros proyectaron para el abastecimiento de Lorca un nuevo embalse, aprovechando las aguas de los ríos Castril y Guardal (El Liberal de Murcia, 29-5-1929), que finalmente no se construiría.

La etapa murciana fue la más feliz del ingeniero almagreño, ya que se le reconoció socialmente su papel al frente de esa institución pública. Durante este periodo se va a implicar de lleno en la vida social murciana. En abril de 1930 se le nombró mayordomo de la cofradía de Jesús Nazareno, junto con el gobernador civil de la provincia, el marqués de la Ensenada y otras personalidades de la vida pública murciana (La Verdad, 16-4-1930). En la Navidad de ese año colaboró en la campaña del árbol que organizaba una entidad privada, aportando un donativo (La Verdad, 31-12-1930). En 1930 se presentó, con un compañero arquitecto, como candidato para revisar el plan de obras municipales del Consistorio de Murcia, pero no fue seleccionado (El Liberal de Murcia, 5-7-1930).

En 1930, los ingenieros de toda la provincia decidieron organizar un homenaje al inventor del autogiro, Juan de la Cierva Cordoníu. El responsable del evento fue Gustavo Piñuela, ya que había sido compañero de estudios en la Escuela de Ingenieros y uno de sus mejores amigos. El banquete se celebró en el casino de Murcia el 4 de septiembre de ese año, asistiendo más de setenta personas, entre ellos, como era lógico, Gustavo Piñuela. En los postres intervino el ingeniero almagreño, quien destacó la figura del inventor murciano y los éxitos profesionales que este había logrado para España (6).

En noviembre de 1930, el homenajeado fue Gustavo Piñuela. El marqués de Rafal, presidente de la Confederación y delegado de Fomento, pidió un voto de gracias y una recompensa por su valía: «(…) el marqués de Rafal pronunció un discurso en elogio de la Memoria del director técnico, Sr. Piñuela, dirigiendo grandes alabanzas a este ingeniero, para el que pidió un voto de gracias y solicitó que se demande de la superioridad una recompensa. Fue aprobado por unanimidad» (El Sol, 27-11-1930. ABC, 28-11-1930). Después la Junta de gobierno de la Confederación y el personal técnico le organizaron un banquete en el casino de Murcia el 29 de noviembre, al que asistieron representaciones de toda la cuenca hidrográfica del Segura. Isidoro de la Cierva, hermano del que fuera ministro, Juan de la Cierva Peñafiel, exaltó la figura del ingeniero y su labor en la Confederación. El homenajeado agradeció las palabras pronunciadas y se ofreció para continuar trabajando en las obras que se le habían encomendado (ABC, 5-9-1930).

En la explicación de la Memoria de 1930, en una reunión de la Confederación,  Piñuela expuso las futuras obras a realizar en la misma con cargo al presupuesto de 1931 y añadió que de seguir así los trabajos, podrían concluir un año antes de la fecha señalada (Renovación, 27-11-1930). 

En 1930, Gustavo Piñuela, seguramente por todos los proyectos llevados a cabo, fue ascendido por el Ministerio de Fomento a ingeniero de primera, junto con otros siete compañeros del departamento (Madrid Científico, nº 1.273, enero 1931, p. 15).

En 1931 todavía estaba destinado en Murcia, por lo que emprendió en el mes de febrero, como persona activa e incansable que era, una campaña de divulgación de las funciones de la Confederación Hidrográfica del Segura, para lo cual organizó múltiples conferencias en las ciudades más importantes de Murcia y Albacete. La primera de ellas se celebró en Hellín, la segunda en Calasparra, la tercera en Cieza y la última en Cartagena (El Tiempo, 14, 17 y 19-2-1930. La Verdad, 15-2-1930).

Unos días más tarde, el 9 de marzo, dio una conferencia en el Teatro Principal de Cartagena sobre el problema de los riegos en esa cuenca. Explicó, al numeroso auditorio que asistía a la conferencia, que se podía aprovechar parte de la cuenca del río Segura, cuyo caudal se perdía en el mar para poder regar 40.000 hectáreas, de acuerdo con la pretensión del Sindicato Agrícola de Cartagena. El proyecto estaba tasado en dieciséis millones de pesetas y lo presentaría a la Dirección General de Obras Públicas en fechas próximas, calculando su ejecución en tres años. Los regantes pagarían, en estimaciones del ingeniero almagreño, el metro cúbico de agua a cuatro céntimos. El alcalde de Cartagena felicitó y abrazó al ingeniero entre aplausos de los asistentes (El Siglo Futuro, 10-3-1931).

En 1929 se le nombró director de la Junta de Obras del puerto de San Esteban de Pravia, en Asturias (7). Piñuela había estado en Asturias tres años, 1926, 1927 y 1929, con el paréntesis de Murcia. Los ingenieros y entidades económicas de Asturias también le organizaron el 24 de febrero de 1929 un banquete–homenaje en Oviedo en el hotel Covadonga. Gustavo Piñuela era además director de las de Cudillero, Luarca y Pravia. El acto estuvo presidido por el gobernador civil de la provincia y el alcalde de Oviedo, junto con representantes de otras poblaciones. Acudieron al banquete unas doscientas personas y recibió telegramas de adhesión del Ayuntamiento de Calzada de Calatrava, Granátula y Almagro. Al término del convite intervinieron el secretario de la Junta de Obras de San Esteban del Puerto, Luis Die, el sacerdote del gremio de Mareantes, el médico gijonés Arturo Toral, el ingeniero-jefe de la provincia, Hipólito Méndez Vigo, y el gobernador civil.  Todos ellos ensalzaron la figura del ingeniero manchego, a quien debía mucho Asturias por su labor durante esos años y manifestaban que la localidad de San Esteban de Pravia le estaría siempre agradecida. Al finalizar todas las intervenciones habló el homenajeado, quien afirmó que los méritos eran del ministro de Fomento, el conde de Guadalhorce, y que él era el último eslabón de una larga cadena. Agradeció la colaboración que le había prestado la Junta de Obras del Puerto de San Esteban de Pravia y recordó a los asistentes que el primer puesto que ocupó en la zona fue el de la Junta de Obras del Puerto de Gijón, evocando las figuras de Manuel Becerra y Eduardo Castro, que le ayudaron significativamente en esa etapa. Terminó su discurso dando las gracias a los asturianos por su apoyo incondicional.

La Junta de Obras del Puerto de San Esteban de Pravia en su reunión de ese mismo domingo agradeció a Gustavo Piñuela su labor, por lo que le entregaron un pergamino expresivo de su tarea, al tiempo que propusieron a los ayuntamientos de Cudillero, Luarca, Vega y Muros que distinguieran al ingeniero almagreño con el título de Hijo Adoptivo. Por ello, el Ayuntamiento de Luarca, en sesión extraordinaria, celebrada en 10 de abril de ese año, ratificó un acuerdo de la Comisión Municipal Permanente de fecha 25 de febrero, mediante la que le nombraba Hijo Adoptivo (8), no sabemos si el resto de municipios aprobaron la petición, presuponemos que así fue (La prensa deportiva, 26-2-1929). Por su lado, el gremio de mareantes de Cudillero, le premió con el título honorífico de Presidente de Honor de la organización con fecha 1 de febrero de 1929, y que conserva en su colección particular su hija Dorita Piñuela (9).

Gustavo Piñuela publicó algunos estudios de ingeniería en revistas especializadas de la época, entre los artículos editados hay que destacar el que lleva por título: «El empleo de grandes monolitos en la construcción de diques rompeolas», publicado en septiembre de 1927, en la Revista de Obras Públicas, número 2.485 y 2.486.

En 1931, tras la proclamación de la República, Gustavo Piñuela fue destinado a Madrid, justo en el momento en que desaparecía el Ministerio de Fomento y se creaba el de Obras Públicas (decreto 16 diciembre 1931), con tres direcciones generales y una subsecretaría. Las direcciones generales eran: Ferrocarriles, Tranvías y Transportes Mecánicos por Carretera; dirección general de Caminos; dirección general de Obras Hidráulicas. Servicio Central de Puertos y Señales Marítimas (que, en 1933, alcanzaría la categoría de dirección general).  Piñuela fue adscrito a Obras Públicas. En septiembre de ese año, envió un telegrama a la corporación almagreña, comunicándoles que en el plan extraordinario de Obras Públicas se había incluido el arreglo de la carretera de Almagro a Bolaños.

 En 1933 fue ascendido por los nuevos responsables políticos del Ministerio de Obras Públicas, pasando de ingeniero 1º del negociado de Puertos Comerciales interino a ingeniero subalterno de la misma sección, como resultado de la remodelación del citado departamento (Madrid Científico, año 40, nº 1.340,  1933, p. 320. Gaceta de Madrid, 14-10-1933).  Este mismo año fue destinado de nuevo a África, en este caso a la Junta de Obras del puerto de Melilla y Chafarinas,  precediendo en el cargo al ingeniero Pascual de Luxán Zabay (10). Cuando comenzó la Guerra era responsable de las obras del puerto de Ceuta.

Le cogió de lleno el inicio de la Guerra Civil en Ceuta, al empezar en Melilla y extenderse a Tetuán y Ceuta, las principales ciudades del protectorado donde estaban los efectivos militares más importantes del país. El 17 de julio por la tarde, el coronel Juan Seguí detuvo al general Romerales, declararon el estado de guerra, ocuparon los edificios públicos y detuvieron a todos los dirigentes de izquierdas y a los que se habían identificado con el Frente Popular, siendo fusilados sumariamente los días siguientes. El levantamiento militar de Melilla fue secundado por los coroneles Eduardo Sáenz de Buruaga y Juan Yagüe, encargados de la organización de la conspiración en Tetuán y Ceuta, respectivamente. Ambos militares improvisaron todo lo previsto para el 18, el día anterior. Gustavo Piñuela, como otros muchos españoles en el protectorado, puso tierra de por medio y huyó a Tánger, ciudad que se regía por un estatuto internacional aprobado en París en 1923, modificado luego en 1928 y que le permitió recibir miles de refugiados españoles. Según el hispanista marroquí Driss Jebrouni había unos 45.000 (11). Allí enfermó gravemente de linfogranulomatosis (un tipo de leucemia), por lo que falleció en Tánger el 29 de octubre de 1936, donde fue enterrado en el cementerio católico de la ciudad. Desaparecía uno de los ingenieros más importantes del primer cuarto del siglo XX, junto con García de Sola, La Cierva, conde Guadalhorce, Machimbarrena, Sánchez Cuervo, Víctor Pradera, Lorenzo Pardo, Usabiaga Lasquibar, Morenés o Elorrieta.  Contaba solo 45 años de edad (Consulado general de España en Tánger. Registro Civil. 1936).

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[1] Lo más curioso de todo es que Honorio Sánchez sería, dos meses más tarde, el cerebro del asalto al expreso Madrid–Andalucía, que tantos ríos de tinta haría verter a la prensa española. Honorio Sánchez era el administrador de los bienes del marqués de la Concepción, tenía casa abierta en Almagro y era el propietario de la empresa «Panificadora Almagreña». La Tierra Hidalga, 12 enero y 16 febrero 1924.

[2]  Deducimos que fue en 1921 cuando opositó al Ministerio de Fomento, porque los tres años anteriores se anunció en la revista del sector Arquitectura y construcción, pero desde esa fecha ya no lo vuelve a hacer, lo que significaba que había logrado acceder al funcionariado y ya no necesitaba ejercer más como profesional liberal.

[3]El supernumerario era un funcionario que ocupaba durante algún tiempo el cargo en aquellos lugares  donde no había ingeniero titular.

[4] Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente. Confederación Hidrográfica del Segura, URL:http://www.chsegura.es/chs/informaciongeneral/elorganismo/unpocodehistoria/fomento_tecnico.html [consultado 5 diciembre 2102].

[5] Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente. Confederación Hidrográfica del Segura,URL: http://www.chsegura.es/export/descargas/planificacionydma/plandecuenca/documentoscompletos/docsdescarga/MEMORIA_COMPLETA.pdf,  2010 [consultado 10 octubre 2012].

[6] El Liberal de Murcia, 3 y 5 septiembre 1930. En el acto dijo: «(…) a Juanito de la Cierva, con el que muchos de nosotros hemos convivido. Cierva se hizo ingeniero –añade–, quiso volar y se dedicó a la aviación, inventando una máquina voladora, con la que recorrió parte del mundo en carrera triunfal y con ella descendió en Murcia, trayendo para España la corona del triunfo alcanzado en el extranjero». La Verdad, 5 septiembre 1930.

[7] Madrid Científico, nº 1.228, 1929, p. 63–64. El puerto de San Esteban de Pravia era fundamental, ya que era el único carbonero de España. Las minas asturianas tenían dificultad para sacar el carbón con destino a las empresas siderúrgicas vascas, tanto por lo malo de las carreteras, como por las pésimas condiciones del puerto de Gijón, por ello San Esteban de Pravia fue una solución magnífica. En 1902 se instalaron los dos primeros cargaderos y en 1904 se puso en marcha una línea férrea que unía la zona minera con el puerto. Desde este momento, el puerto de San Esteban de Pravia fue esencial para la minería del carbón y para el Ministerio de Fomento, que se encargó de mejorar las infraestructuras portuarias del mismo.

[8]  Colección documental de Ana Barrajón Piñuela. Certificación del Ayuntamiento de Luarca. 1929.

[9] Colección particular de Dorita Piñuela Martínez. El pergamino dice literalmente: «El Gremio de mareantes de Cudillero, Asturias. Al Señor D. Gustavo Piñuela. Ingeniero Director de la Junta de Obras del puerto de San Esteban de Pravia.

                  En atención a los relevantes servicios en favor de los humildes pescadores de Cudillero: por su admirable proyecto del Dique del Oeste: eficaz apoyo para la aprobación definitiva y subasta del mismo: con otros importantes beneficios y mejoras de este Puerto: La Sociedad de mareantes. El Gremio en sesión solemne hoy celebrada acordó por aclamación nombre Presidente de Honor al ilustre Ingeniero D. Gustavo Piñuela y dedicarle este humilde recuerdo de gratitud. Cudillero 1 febrero 1929

                  El Presidente                                                                                El Secretario».

[10] F. J. Álvarez Laita, S. Domínguez Llosa, «El espejo del Mar. Cuando España dirigió su mirada al norte de África/1 La accidentada historia de la Mar Chica»,  Marina Civil, nº 87, Madrid, Ministerio de Fomento,  marzo 1988, pp. 101–109.

[11] M. Aziza, «Los exiliados españoles en Marruecos (1939–1975). Entre la lucha política y la marginación social», Españoles en Marruecos 1900–2007, Rabat (Maruecos), Ministerio de Cultura Español, 2008,  pp. 127–153. J. L. Hidalgo, «Tánger 1936-1945», Isla de Arriarán: revista cultural y científica, nº 6, Málaga, 1995, pp. 63–74.

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