Isidro Parra Molina fue un destacado pintor nacido en Alcázar de san Juan. Desde temprana edad mostró interés por la pintura, influenciado por su tío y por el paisaje de su tierra. A lo largo de su vida, desarrolló su propio estilo artístico, participando en exposiciones, certámenes y recibiendo reconocimientos por su obra. Además de la pintura, incursionó en el grabado y la escultura, dejando un legado artístico significativo. Su pasión por el arte lo llevó a explorar diferentes técnicas y temáticas, convirtiéndose en un referente en el mundo del arte. Su obra perdura como un testimonio de su talento y dedicación.
Años 1925-1935
Isidro Parra Molina nace el 14 de septiembre de 1925 en la calle Castellar de Alcázar de san Juan, en casa de su abuela Matilde. Es el mayor de seis hermanos, su padre Pedro, empleado de Renfe, y su madre María, que ayudaba a sus hermanos en la sombrerería familiar. Cuando se le pregunta por qué es pintor, se remonta a los cuatro años, cuando entraba en el taller de pintura decorativa de su tío Jesús Molina, sentía que los pinceles y los botes le eran ya conocidos, y al mismo tiempo intuía que le acompañarían durante toda la vida. Más tarde trabajó con éste tío, y pudo aprender lo más elemental y lo más hermoso “del oficio”: el manejo de las herramientas y el conocimiento de los materiales, el empleo de los pigmentos.
La sensación artística se produce más tarde de una forma autodidacta ( le gusta hacer inventos con diversos materiales: barro, temple y una cierta manera de enfondar con óleo cabezas imaginarias, fundiendo los colores en una especie de niebla….”. También influyó de manera definitiva los libros de arte ( un pequeño libro de Gabriel García Maroto “España 1930”), junto a revistas minoritarias y críticas de D. José Francés, Eugenio D´Ors, Ortega, Camón Aznar y Manuel Abril), que conoció en casa de su tío Basilio Molina, un intelectual que regentaba el cine Alcázar en el antiguo Casino Principal, al que ayudaba a rotular los anuncios de las películas en la pizarra de la entra al local, con blanco nevin y tizas de colores, y de donde quizás le vino su afición a las fiestas y el disfraz . Al aumentar la familia se traslada a un segundo domicilio, desde cuyo balcón, en la plaza de Alcázar, vio festejar la llegada de la República en 1931. El tercer domicilio fue en la calle Canalejas, 1934. Allí pasó los años de la guerra civil.
También recuerda que en el colegio -las Escuelas Ferroviarias de Alcázar- la clase que más le gustaba era dibujo, con su profesor don José, que quería que la clase de dibujo fuera en completo silencio. Silencio que acabó cuando al estallar la guerra cayó una bomba en la Campsa.
Años 1935-1945
Después de la Guerra Civil, ya no puede seguir estudiando, ni pensar en la Academia de Bellas Artes, ni las becas de la Diputación Provincial…. En 1939 pinta lo que él considera su primer cuadro, él mismo hizo el bastidor y la preparación de la tela, “El Torreón de don Juan de Austria”, nocturno del barrio de Santa María, -“visión idealizada que será premonición de lo que creo constituye la esencia de mi pintura”-. En estos momentos hay en él una vocación hacia el cubismo empírico, influencia de Zurbarán. Aunque su verdadera influencia la recibe del propio paisaje de su tierra, las paredes de cal, el añil de los zócalos de las casa manchegas y de las luces del crepúsculo. Su vida y su obra se mezclan, Su mundo es un mundo intimista, cargado de sentimiento, el amor, la amistad….
Su primera visita al Museo del Prado sería hacia 1940, donde comenzó a sentir el embrujo del arte y sus preferencias. En Tiziano, en Goya, Zurbarán…entonces empieza pintar de forma consciente. “El paisaje, las luces, los colores, que hasta entonces eran algo exterior, comienzo a interiorizarlos y convertirlos en parte de mi lenguaje plástico.
Años 1945-1955
Es en Madrid durante el largo servicio militar (1946-49), donde comienza a visitar galerías de arte y sobre todo el Prado y asistir durante las tardes a una escuela de Artes y Oficios próxima al cuartel. En 1950 vuelve a Alcázar, instala su primer estudio, en la calle el Tinte, dedicándose de lleno a su profesión, donde pinta los cuadros de sus primeras exposiciones y los retratos de personajes populares “Milagros”, “Cucala”,”Muchacha con el vestido rojo” con el que obtuvo en Valdepeñas el primer molino de Bronce, también entre otros los premiados en Alcázar en las primera exposiciones locales y provinciales después. De allí salieron los cuadros de las bienales y las Nacionales. 1953 su primera exposición individual, Jaén.
Años 1955-1965
Se traslada definitivamente a Madrid, donde es acogido por el escultor, poeta, don Rosendo Navarro en su estudio de la plaza de la Paja, en la mismísima iglesia de San Andrés. Durante dos años hizo murales con Navarro y participó en talleres de escenografías de López Sevilla y ayuda a decorar el tablao flamenco Zambra a Víctor María Cortezo (Vitín). Realiza también sus primeras pinturas “madrileñas”, una de ellas un retrato, primer premio en la exposición de Puertollano, entre otras, su primer mosaico, para el poblado de Villanueva de Franco (Ciudad Real), un segundo mosaico de teselas de mármol para un poblado de colonización en Vega de Mesilla, (Cáceres), un tercer mural de mosaicos para la capilla de Horcajo de los Montes en Ciudad Real; seguiría el encargo de pintar tres murales para el pabellón de España en Casablanca-Marruecos, y al finalizar estos trabajos, vuelve a Alcázar, pero por poco tiempo, pues entra en la más avanzada agencia de publicidad de esos años- Clarín-, trabaja durante nueve años como director de arte de los proyectos de Stands y espacios de comunicación, donde aprendió la síntesis obligada del grafismo, y llevo la creatividad de las campañas de H Muebles, perforaciones Vegarada, Coca Cola, Mundus y Osborne, para quien también realizó stands para ferias y por tanto sus inicios con el grafismo y la decoración comercial. En estos años participa en el Grupo 13 con el que realiza alguna acción, y pertenece al Club de Publicidad de Madrid. Alterna este trabajo con exposiciones en modestas galerías: en una librería “Gog” y en “Arteluz” -que realiza ahora en un su estudio de la calle Villalar-.
En 1962 se casa con Manuela Sanz. Nuevo estudio en la calle Fray Bernardino Sahagún, donde desarrolla plenamente el concepto de una pintura que con el pretexto del paisaje de su tierra se manifiesta en grandes planos de color y cierta abstracción, “Los Anchos”, lugar preferido a la hora de encontrarse con el paisaje, los planos se van sucediendo, superponiéndose, ondulándose, se van haciendo pintura. Pero sobre todo, la luz: “La luz crepuscular que lentamente va cambiando y encendiendo los colores de la tierra”.
Años 1965-1975
1965 restauración y conservación de un antiguo caserón en “La venta del Quijote”, en Puerto Lápice, (en este trabajo “resucita” el color añil que había desaparecido en la decoración popular). Abandona el trabajo en Clarín, para poderse dedicar a la pintura en su totalidad. Pinta en Alcázar un mural “El reparto de Correos” con motivo de la inauguración de la nueva oficina de la Caja Postal, el primero de los que esa entidad le encargaría D. Eduardo Olasagasti, excelente arquitecto y pintor, con quien trabaja durante una época en su faceta muralística. Isidro Parra como miembro del colegio de arquitectos de interior, colabora con los arquitectos Olasagasti, Julián Laguna, formando parte del equipo SEDI con el arquitecto Carlos de Miguel.
Los años 1967 y 1973 obtiene el premio Molino de oro en la exposición de Valdepeñas.
Años 1975-1985
A partir de 1975 comienza a interesarse por la acuarela, al conocer las obras de Turner, Fortuny, Nolde…encontró en el paisaje de La Mancha un fondo ideal para experimentar, en ella podía reflejar los cambiantes tonos de la luz, la sutileza de los cambios de color de la tierra, y esto influyó en los óleos que a partir de entonces fueron más abstractos. Exposiciones en las galerías Columera, Rayuela… primer premio Nacional en la exposición de Valdepeñas- Pámpana de Oro-1977, y un viaje a Italia, para estudiar la técnica del mosaico bizantino en el taller Mazzega (Venecia). Exposición en Caracas-1981 (Venezuela), en Almagro-1982 (galería Fúcares)… “La Baraja recuperada” con dibujos y cuadros influidos por la ambigüedad de los personajes teatrales, es la primera vez que Isidro toca la figura firmemente.(Esta baraja recuperada coincide con otras muchas recuperaciones: su restablecimiento físico, la alegría de volver a pintar, la liberación de aquellas criaturas que habían permanecido en carpetas tantos años y que desde entonces recuperadas, incorpora a su arte. Los primeros grabados reproducen obras guardadas en el estudio, experimentando con ellas la técnica calcográfica.
La Fundación Cultural de La Mancha le invita a impartir unos cursos de pintura en su sede de Almagro en el verano del 1983 y 1984, coincidiendo con el festival de Teatro, formando equipo con Luis Gª Ochoa, Antonio López García y Joaquín García Donaire, entre otros.
Años 1985-1995
Empezó a grabar en 1985 animado por el escultor Amadeo Gabino tras asistir al taller de Fernando Bellver, “el grabado es algo que te coge y te ata de manera que cuando has empezado no hay forma de dejarlo”. Su obra de grabado tuvo desde el principio una gran consideración, se le recompensaría inmediatamente con el primer premio de litografía “Carmen Arozena”-1987.
Continua haciendo grabados, ahora en el taller de Teo Dietrich Mann, donde conoce a Antonio Ortega, creador de la editorial Archeles de Ciudad Real, le encarga seis capítulos “Don Quijote de la Mancha”. José Corredor Matheos, presenta la exposición de la carpeta, donde se muestra junto a los grabados todos los trabajos preparatorios, exponiéndose esta obra en la Calcografía Nacional. También le encarga, 21 grabados para libro “La vida de Lazarillo de Tormes y de sus fortunas y adversidades”, por el que fue distinguido con el segundo premio a los mejores editados de 1991 por el Instituto Nacional del libro, contando con un prólogo de Ángel Crespo y ha sido expuesto 1995-96 junto a los trabajos preparatorios en varias ciudades de Castilla-León. Después vendrán los trabajos “Los animales vivos” con poemas de Gabino Alejandro Carriedo, mejor libro editado en 1998, “La Guerra de la Independencia” con textos de Jesús de Haro (2000), Y “Plata y Oro en el Recuerdo”, 2002.
También hace grabados para la colección Arte y Trabajo del Ministerio de Trabajo y participa en las exposiciones de Arte gráfico en Madrid, Calcografía Nacional, Gijón, Baran-Baleau (India).
En los últimos años se ocupa de la serie Imágenes y Semejanzas, proyecto que comenzó en Aranda de Duero y se continuó en Madrid. En 2005 se inaugura la exposición en Almansa, y continuaría itinerante por Villena, Ibi, Alzira, Albacete y Requena hasta el 2005.
En el 2002 recibe la medalla de oro BMW, y en el 2006 realiza la escultura “Camino de las estrellas” situada en la autovía de los Viñedos. Entre sus últimas obras se encuentra la escultura en homenaje a Pablo Iglesias, situada en la ciudad de Alcázar de San Juan, inaugurada en el 2010. Y entre sus últimos proyectos, una colección de macroveletas, con el Título “El viento de Don Quijote”, concebido para constituir un homenaje a Cervantes en el IV Centenario de la publicación de su obra.
Diseña su casa, que ahora es sede de la Fundación que lleva su nombre en Alcázar de san Juan. Muere en mayo de del 2007, a los 82 años.