Martínez Martínez, Juan

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Juan Martínez Martínez
Albacete.
1937 -
Albacete.
2022.
Empresario.

La tradición de arrieros y carreteros ha sido en La Mancha actividad de raigambre dadas las posibilidades que ofrecía la tierra, a medio camino entre la costa y la Corte. La historia de Juan Martínez Martínez es la de aquellos hombres que supieron transformar esta circunstancia en una importante ventaja.

La actividad vino transmitida a través de su padre y de su abuelo. Éste último ya desempeñaba labores de arriería con viajes que le llevaban a Valencia y Alicante,  donde adquirían frutas, hortalizas y arroz, y otros a Andalucía, fundamentalmente a Úbeda, para la compra de aceite. Su padre optó por el comercio en la ciudad con carretas y caballerías. Aprovechó las ventajas que le brindaba el ferrocarril, conexión básica entre la zona centro y levante desde 1857, centrándose en distribuir las producciones que llegaban por este medio para la lonja y aprovisionar aquellas mercancías, fundamentalmente harinas, que la ciudad enviaba a otras localidades. Ya la empresa contaba con catorce empleados que el padre de Juan Martínez organizaba de forma eficiente. Este fue el aprendizaje de Juan Martínez, los años junto a su padre, con quien trabajó desde que cumplió los doce, y que supusieron su instrucción en el oficio, que después no haría más que demostrar.

La mayoría de edad hizo que pusiera en práctica el aprendizaje adquirido de sus padres. En una sociedad poco orientada a la inversión empresarial, Juan Martínez no dudó en adquirir un primer vehículo, que le permitió continuar la labor paterna adaptada a los nuevos tiempos. En 1955, cuando sólo contaba con 18 años, emprendió esta aventura. El conocimiento del sector, junto al hecho de ser una persona muy dinámica, le llevó a tomar decisiones que le traerían un contacto más profundo con quienes trabajaban ya en el sector. En los años del desarrollo, 1967, Juan Martínez impulsó, junto a sus hermanos, la creación de una nueva empresa: Automasa (Auto Martínez S. A.), dedicada a la venta de recambios de vehículos industriales. Este sería el paso definitivo para establecer relaciones con quienes se dedicaban a la distribución y transporte, aquellos que después serían su propia clientela. El crecimiento de la empresa dedicada a la automoción fue continuo y la incorporación de zonas de mercado fue consolidado con la ampliación de la red de negocios en las provincias limítrofes. Años más tarde, la sociedad incorporó, además, la concesión de vehículos Mitsubishi para Albacete y provincia en 1994 y de otra marca japonesa, Honda, en 2005.

Insistiendo en el sector, con una experiencia notable, Juan Martínez fundó Provehima en el año 1973. Se trataba de una empresa, dedicada también a la automoción, y que incluía la concesión para la provincia de Albacete de la marca Volvo (tanto de vehículos industriales como de turismos). Desde el comienzo, esta empresa fue fuente de satisfacciones. El prestigio de la marca Volvo, así como las facilidades otorgadas por nuestro empresario, hizo que numerosas empresas de logística adquiriesen sus flotas en Provehima. Así, les fueron otorgados numerosos reconocimientos a su labor como empresario, galardones como su designación como el mejor concesionario Volvo de España.

El éxito fue, sin duda, un estímulo para ampliar esta actividad a las provincias de Murcia en el año 1980 y ya en el año 2000 a Alicante y a Cuenca. Su importancia en el sector se corroboró con elección de Juan Martínez como presidente de Ancovo, la Asociación Nacional de Concesionarios Volvo, cargo que mantuvo durante diez años. En 2011, el grupo tiene con Volvo el 10% de la cuota de mercado en vehículos industriales en España.

La buena marcha de los negocios relacionados con la automoción permitió a Juan Martínez acometer diferentes inversiones encaminadas a la diversificación. En 1992 fundó Enco, propietaria de la finca Puñonrostro, una finca rústica que destinó a la agricultura, combinando en su explotación el cultivo las tierras y la actividad ganadera, especializada en la cría de caballos de pura sangre. La propiedad tiene 500 hectáreas de regadío, en las que se cultivan cereales y hortalizas, y acoge instalaciones para la ganadería de caballos de raza española. Sería el inicio de una nueva línea donde realizar inversiones.

También se pudo permitir afrontar una nueva aventura: la adquisición, en 1997, de una fábrica de elaboración de productos en conserva y congelados, un sector nada vinculado con sus conocimientos y experiencias previas. Guiado únicamente por la intuición, confió en que sería capaz de levantar una empresa, Horticoalba, que se hundía por el fallecimiento de su anterior propietario. Además, la inversión completaba de alguna forma su adquisición previa relacionada con la actividad agraria.

En el año 2009 Horticoalba ya era considerada la empresa líder en la elaboración de productos como maíz dulce, guisantes, cebolla congelada, brócoli y pimiento. Sus productos se comercializaron tan sólo cinco años después, suministrando a empresas nacionales de prestigio en el sector de la alimentación como son El Corte Inglés, Carrefour o Alcampo. Horticoalba consta de líneas para elaboración y envasado de alimentos, cámaras de congelación y oficinas. En conjunto son más de 36.000 metros cuadrados de instalaciones en el Polígono Industrial de Campollano en Albacete.

El reconocimiento internacional de Horticoalba les llegó tras la introducción de un innovador envase, denominado Tetra Recart, envase de cartón, esterilizable, ligero y cómodo, que invadió los mercados, tal y como declaró el gerente de la empresa, y en cuya utilización la empresa fue pionera a nivel mundial. Es indudable su labor de líder a nivel nacional, a donde se destina el 60 por ciento de su producción. Pero es muy significativo el incremento en la exportación de sus principales productos –maíz y guisantes- que ha experimentado un auge los últimos años, tratando de conquistar mercados nuevos como el de la India. Lo más relevante de esta actividad es el claro interés por invertir, por mejorar y ampliar el negocio, incorporando los medios tecnológicos a su alcance, pese a las dificultades crecientes.

En el año 1998 Juan Martínez agrupó sus empresas bajo el nombre de Grupo Marmo, S. A., sociedad en la que participa él mismo con su mujer y sus seis hijos. La empresa tiene un capital social de 25 millones de euros, desembolsado al 100 por ciento. El objeto social de la empresa es hoy la venta de vehículos industriales pesados y ligeros y turismos, venta  de recambios y talleres, explotación de fincas agrícolas e industrias agroalimentarias, ganadería de caballos de pura raza española y arrendamiento de muebles inmuebles. El grupo factura 85 millones de euros anuales.

El grupo Marmo, cuya presidencia del consejo de administración ostenta en la actualidad Juan Martínez, evoluciona y se amplía de forma constante. La posibilidad de superar las fronteras nacionales ha sido un nuevo reto para los directivos de la empresa, encabezados por Juan Martínez. Según información de la empresa, se calcula que la exportación alcanza el 30 por ciento de la facturación total del grupo. Provehima se dirige al mercado nacional de vehículo industrial y turismo, pero también exporta a otros continentes. Aumasa se dedica al mercado nacional e internacional de recambios de vehículos industriales, siendo Sudamérica el ámbito de exportación preferente. Horticoalba se dirige, además de al mercado nacional, al mercado europeo y norte de África. Por su parte, la empresa Enco se dirige al mercado nacional.

Es destacable, por otra parte, el haber sido pioneros en innovación al incorporar los medios tecnológicos más modernos adaptados a sus necesidades. Asimismo han sido innovadores en la informatización de los procesos de trabajo. En el sector de automoción fueron la primera empresa de Castilla-La Mancha en obtener el certificado de la calidad ISO-9002. En el de alimentación, como ya se ha comentado, fueron la primera empresa a nivel mundial en incorporar el envase de Tetra-Recart a los procesos de producción. Los importantes esfuerzos de reinversión de beneficios sostienen el carácter innovador de las empresas del grupo, tanto en los procesos, como en la certificación de la calidad, los servicios y la sostenibilidad medioambiental.

La importancia de Juan Martínez Martínez en la historia de sus empresas radica en cómo ha cuidado y defendido sus empresas. Este empuje ha transcendido fuera de las mismas y ha contribuido a la modernización de la ciudad de Albacete y, por tanto, de la comunidad de Castilla-La Mancha. Su participación en la creación del polígono Campollano fue clave. Una importante lucha junto a otros empresarios sirvió para transformar un entorno desfavorable. Albacete era aun una ciudad con una base agraria primordial y eran los mismos terratenientes quienes se oponían a la constitución de un polígono industrial que les restase mano de obra para las tareas agrícolas, como efectivamente ocurrió. No obstante, la perseverancia de este grupo de empresarios les llevó a obtener licencia para su construcción a principios de los años 60. Le acompañaron en su empeño otros importantes industriales y empresarios entre los que estaban Amos Núñez, Francisco Sánchez, Fernando García Massó, Eloy Fuentes o José Pesquer.

Juan Martínez perteneció al comité Ejecutivo de la Federación de Empresarios de Albacete como vicepresidente durante 18 años y fue fundador de la Asociación de Empresarios del Polígono Industrial de Campollano (ADECA), en la que desempeñó asimismo el cargo de tesorero durante ocho años. Nuevos premios reconocieron su labor en la fundación del Polígono Industrial de Campollano: en 2003 como socio fundador de ADECA y en 2011 por 30 años de actividad empresarial en el polígono. Juan Martínez Martínez fue especialmente reivindicativo en la organización y gestión del polígono; y fue una de las voces que exigió, por ejemplo, el pavimento e iluminación del mismo, así como otros avances permitieron el funcionamiento de un polígono en crecimiento. Fue también vicepresidente de la Cámara de Comercio ocho años más. Otros premios a nivel regional y local ensalzaron su trabajo como empresario: premio San Juan 2004, otorgado por la Confederación de Empresarios FEDA a su trayectoria empresarial, o el Premio Empresarial CECAM un año después.

Los principios que han regido la vida de Juan Martínez han sido los de la calidad y servicio a disposición del cliente, aspectos que él mismo ha subrayado desde el comienzo de su andadura como claves de su éxito. Pero también quisiera destacar otros como admira y defiende a sus trabajadores, con independencia de los niveles y puestos de trabajo que ocupen. Es firme defensor de la formación de sus empleados, a quienes gusta mantener en aprendizaje continuo. Muchos de ellos se iniciaron tempranamente en su actividad junto a él. Juan Martínez presume de que los empleados obtienen un aprendizaje continuo, muchas veces conseguido en sus propias instalaciones, en lo que él llama «sus aulas». Los valores que tratan de inculcar son los mismos que Juan Martínez busca en sus trabajadores, y en ello reside gran parte de su éxito. Personas formadas, altamente preparadas y cualificadas, con afán de superación, capacidad para trabajar en equipo, capacidad de liderazgo. En sus declaraciones siempre se muestra orgulloso del equipo de personas que trabajan y han trabajado junto a él.

Juan Martínez se ha mostrado siempre como defensor de su tierra y de todos aquellos avances que pudieran traer prosperidad a ella. No importa si estos están vinculados al sector que él desarrolla, o a aquellos que él estima como propios por ser de la tierra en que vive. De esta forma, Juan Martínez no dudó en defender la cuchillería cuando se cuestionó su legalidad, no dudo en defender la construcción de las infraestructuras ferroviarias de la alta velocidad cuando su existencia era sólo un sueño. Quizá los sueños, y su trabajo, constancia, formalidad y cumplimiento de su palabra, así como una claridad en las decisiones que debía tomar, sean lo que le ha permitido triunfar en sus proyectos.

Bibliografía:

  • Artículo publicado en 2011. Mar López Pérez, “Juan Martínez Martínez (1937)”, en María del Carmen Angulo Teja y Tomás García-Cuenca Ariati (coords.), Grandes Empresarios de Castilla-La Mancha, Madrid, LID Editorial Empresarial, 2011, pp. 219-223.

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