“Judas José Romo, cardenal arzobispo de Sevilla”, en Vicente María Brusola (dir.), Biografías de los Obispos Contemporáneos, prelados y demás dignidades ilustres de la Iglesia Española, Madrid, Establecimiento Tipográfico Militar de los Sres. Mateo y Torrubia, 1852. Lleva las firmas de Q. Nessi litog. y lit. de Zaragozano.
Judas José Julián Romo y Gamboa
Cañizar (Guadalajara).
1779 -
Sevilla.
1855.
Eclesiástico, académico, bibliotecario y escritor.

Nació Judas José Romo y Gamboa en Cañizar (Guadalajara), el 7 de enero de 1779, hijo del matrimonio compuesto por don Francisco Romo y Gamboa, aquí nacido, y doña Ramona Fernández Manrique, natural de Condemios de Arriba (Guadalajara) perteneciente a hidalga familia serrana. El matrimonio engendraría nueve hijos, siendo Judas José Julián el sexto de ellos.

Don Francisco Romo, padre de nuestros hombres, murió en Francia, en Semur, con el grado de brigadier. Hasta aquella ciudad fue llevado por los franceses después de hacerlo prisionero en la batalla de Cardedeu, en Cataluña.

Junto a él llevaron a su hijo don Lorenzo Gamboa quien ostentaba entonces el cargo de capitán. Don Lorenzo abandonó la carrera militar al término de la guerra, regresando a España en 1814 para ocuparse de los negocios agrarios familiares, tanto en Cañizar como en la provincia de Guadalajara, en la que destacó la familia como una de las principales hacendadas, llevándola a ser una de las representantes políticas en todas las esferas.

Don Francisco Gamboa, hijo, aquí nació el 29 de enero de 1785, sirviendo igualmente en las milicias provinciales, batallando, como lo hiciera una parte de la familia en la intensa guerra que se libró contra los franceses; se encontraba en Valladolid, con el grado de teniente, al estallar la guerra, batallando al lado de los generales Lacy y Castaños. La inutilización de un brazo, en el transcurso de la batalla de Ocaña en el mes de noviembre de 1809 le impidió continuar la carrera militar, retirándose con el grado de capitán en 1815, año en el que regresó a Cañizar hasta ser llamado a Madrid en 1821, para integrarse en la secretaría del Despacho del ministro de la Guerra, a la sazón D. Estanislao Sánchez Salvador, siendo nombrado al año siguiente Gobernador, o jefe político, de la provincia de Teruel. Cargo en el que se mantuvo hasta el año siguiente en que fue depuesto, en medio de las revueltas del Trienio Liberal.

Sería nuevamente llamado a ocupar cargos políticos a la muerte de Fernando VII; llegando a ser Subdelegado de Fomento en Huesca; Gobernador en Madrid; director general de Montes y Plantíos y Diputado a Cortes y Senador por la provincia y partido de Brihuega, en el decenio de 1840; hasta que se retiró de la vida pública, falleciendo en Madrid el 11 de enero de 1849, dos días después de su jubilación oficial.

Igualmente destacaría, en este caso en la vida religiosa, don Judas José, bautizado en la iglesia parroquial de Cañizar dos días después de su nacimiento, el 9 de enero de 1779.

Poco se conoce en cuanto a su infancia, siendo preparado para seguir, como su padre y hermanos, la carrera militar; no obstante ingresar en el seminario encontrándose en los de Sigüenza primero y Alcalá después, ya en los inicios de la década de 1790, doctorándose finalmente en Cánones en Huesca, y obteniendo con posterioridad a sus licenciaturas y doctorados en teología, una canonjía en la catedral de Sigüenza en 1803, aprobación que le llegaría el 7 de agosto de ese año. Siendo profesor de matemáticas en este Seminario, así como Fiscal eclesiástico del Obispado.

En Sigüenza le tocó vivir el inicio de la Guerra de la Independencia, poniéndose a disposición de la Junta de Defensa Provincial, presidida por el Obispo diocesano, Pedro Inocencio Vejarano hasta que, saqueada Sigüenza y huida la Junta, Romo y Gamboa buscó el refugio de su localidad natal. Siendo obligado por el prefecto de Guadalajara, General Leopoldo Hugo, a pedir a los seguntinos que no se opusiesen al invasor francés, carta que llegaría al Cabildo seguntino el 7 de junio de 1810 cuando este ya había abandonado la ciudad.

Poco después de su término, y tras haber publicado algunos escritos de tema histórico, la Real Academia de la Historia lo nombró académico correspondiente el 21 de junio de 1816; encomendándosele en el transcurso del famoso trienio liberal la elaboración del índice o catálogo de la gran biblioteca de El Escorial.

Diez años más tarde sería propuesto para el obispado de las islas Canarias, nombramiento que llegaría el 20 de julio de 1833.

No muy de acuerdo a su personalidad y que, quizá por la distancia, trató de rechazar, sin conseguir que le fuesen admitidas sus razones; siendo finalmente consagrado el primero de mayo de 1834 en la iglesia de San Felipe Neri de Madrid. Llegando a Las Palmas el 20 de septiembre de aquel año, celebrándose su entrada en el obispado con repique de campanas, luminarias y vigilias. Interesándose, algo que a lo largo de su vida fue una constante, por la enseñanza.

Durante su estancia en Canarias daría a la imprenta el opúsculo titulado: Incompetencia de las Cortes para el arreglo del clero y necesidad de un nuevo concordato, lo que junto a algunos desacuerdos más con el gobierno, entonces presidido por Baldomero Espartero, harían que fuese procesado en 1842, siendo condenado a dos años de confinamiento en la Isla de San Fernando, desde donde regresó al obispado en 1844.

Dos años más tarde, en 1846, sería nombrado, por correspondencia del cargo, senador vitalicio, mientras se encontraba en su localidad natal de Cañizar, antes de que un nuevo cambio en el gobierno del reino, con la elección de un nuevo Papa, Pío IX, lo hiciesen primero arzobispo de Sevilla y Cardenal de la Iglesia de Roma el 27 de abril de 1850.

El nombramiento para ocupar la sede de Sevilla le llegó en 1848, llevándose a cabo la toma de posesión el 4 de abril a las 12 de la mañana.

Su paso por la diócesis sevillana estuvo acompañado de innumerables acciones que le dieron nombradía de hombre justo y benévolo; creando escuelas, tanto en aquella diócesis como en la de Sigüenza o su localidad natal, en la que comenzó a levantarse la casa palacio que finalmente no llegaría a ocupar, puesto que falleció con anterioridad a la conclusión de las obras. Fallecimiento que tuvo lugar en medio de la gran epidemia de cólera que asoló España, y particularmente Andalucía y Sevilla en aquel tiempo.

Don Judas José falleció el día 11 de enero de 1855 a las diez de la mañana, en la residencia arzobispal de Umbrete, siendo posteriormente trasladados sus restos a la catedral donde recibió sepultura en el panteón de la entonces llamada capilla del Sagrario.

Funeral presidido, en nombre de la reina, por su hermana, la infanta Luisa Fernanda y su marido, el Duque de Montpensier. Destacándose, en los oficios, sus dotes: Virtud, ciencia, celo, fervor, piedad, desprendimiento, prudencia, amor y caridad… A su fallecimiento se encontraba en posesión de la Gran Cruz de Carlos III, y era, además, comendador de la de Isabel la Católica.

Entre sus obras escritas, destacan:

  • Observaciones sobre la dificultad de la ortografía castellana y método de simplificarla, Madrid, 1814.
  • Arte de leer castellano y latín, Madrid, 1814.
  • Libia o la conjuración contra Viriato, tragedia, Madrid, 1816.
  • Plan ejecutivo para el establecimiento de las escuelas de primeras letras en todas las feligresías : acompañado de un discurso filosófico a S. M. el Señor D. Fernando VII escrito en el año 1816 y publicado en 1820, Madrid, 1835.
  • Exposición hecha a la Real Junta de Primera Educación por el Ilmo. señor obispo de Canaria, con una censura crítica de la Teoría de la lectura del Sr. D. José Mariano Vallejo, Madrid, 1835.
  • Independencia constante de la Iglesia Hispana y necesidad de un nuevo concordato, Madrid, 1843.
  • Ensayo sobre la influencia del Luteranismo y Galicanismo en la política de la Corte de España, Madrid, 1844, 2 vols.
  • Discurso canónico acerca de la cóngrua del clero y de las fábricas, Madrid, 1846.
  • Cartas del Obispo de Canarias al censor de su libro «Independencia de la Iglesia Hispana», Madrid, 1847.
  • Discurso sobre la Inmaculada Concepción de María, Madrid, 1850.

La Academia de Ciencias Sociales y Humanidades de Castilla-La Mancha se enorgullece de presentar el Diccionario Biográfico de CLM, una iniciativa destinada a honrar y difundir la vida y obra de figuras destacadas de nuestra región en diversos ámbitos.

Nuestra misión es preservar el legado cultural, científico y humanístico de Castilla-La Mancha, proporcionando un recurso accesible y riguroso para investigadores, estudiantes y cualquier persona interesada en nuestra rica historia. A través de este esfuerzo colaborativo, buscamos fomentar el conocimiento, la inspiración y el orgullo en las contribuciones de nuestra comunidad a la sociedad global.

Buscador de biografías

Puedes realizar búsquedas por uno o varios campos.

Fecha de nacimiento
Fecha de nacimiento
Fecha de fallecimiento
Fecha de fallecimiento
Sexo