Nació en Valencia (1887) y falleció en Madrid (1967). Fue profesor en el colegio San Vicente de Paúl de Limpias (Santander) y después del colegio de las Cruces, en Daimiel (Ciudad Real). Doctor en Filosofía y Letras, obtuvo la cátedra de Lengua y Literatura del Instituto de Huesca en 1917. De allí pasó al de Castellón, desde donde solicitó su primera beca a la JAE (febrero de 1919) con el objeto de pasar tres meses en Argentina para estudiar la “Influencia de los provincialismos españoles en el habla vulgar argentina” (Expediente JAE), pero no le fue concedida. En enero de 1929, cuando estaba en Castellón, fue nombrado comisario regio del Instituto local de Baeza.
En el curso 1930-1931 obtuvo el traslado al Instituto de Toledo, seguramente con la mira puesta en Madrid, ocupando la cátedra de Lengua y Literatura hasta 1939. Ganó pronto la aceptación de los claustrales por su mentalidad, coincidente con la de la sociedad de orden toledana, y por su intensa actividad (organizador de conmemoraciones, del coro del Instituto, de la Fiesta del Libro, compositor del himno del Centro) lo que le valió ser elegido académico de la Real Academia de Bellas Artes y Ciencias Históricas de Toledo (mayo de 1934) y director del Instituto (marzo de 1936), cargo que mantuvo hasta diciembre de 1938. En ese mes de marzo solicitó de nuevo una beca de la JAE para pasar el segundo semestre del año en Inglaterra con el fin de investigar los fondos que sobre el teatro clásico español existían en el British Museum y perfeccionar, de paso, su inglés (Expediente JAE). Tampoco tuvo suerte esta vez: el estallido de la sublevación militar y de la guerra civil frustraron su intento.
En el Toledo franquista se convirtió al más combativo falangismo intelectual. Continuó acaparando cargos y realizando nuevos proyectos: fue nombrado presidente de la Sección Provincial de Selección y Protección para la EE MM, presidente de la Comisión Provincial de Monumentos, consejero provincial de la Organización Juvenil de la FET-JONS, y presidente de la sección de Propaganda en la subdelegación del Estado de Prensa y Propaganda. Por razón de su cargo en el Instituto, presidió la Comisión Depuradora del Magisterio -y EE MM- de la provincia de Toledo, que destacó por su furor inquisitorial, como tuvo que advertirles el propio Ministerio de Educación, que ya era advertir.
Laboró en continuas iniciativas caras al nuevo régimen (“Día hispano-marroquí”, “Premio escolar Toledo-Roma”, homenajes a los líderes de la sublevación, etc., etc.). Para hermanar Toledo con su tierra valenciana y dar continuidad histórica a las Fallas, canceladas en la entonces capital de la República, contribuyó a organizar unas Fallas Nacionales. Primeras y únicas celebradas en la ciudad del Tajo -marzo de 1937-. Toda su labor denotaba la aspiración a convertirse en el factótum de la cultura del Nuevo Estado en Toledo, emulando a nivel provinciano, claro está, a los Marquina, Pemán, Foxá o Sánchez Mazas, a quienes tomaba como referentes en sus obritas: Toledo en ruinas (Toledo, 1937) y Águilas Imperiales (En las horas heroicas de la Patria) (Toledo, 1938). Su iniciativa de mayor alcance consistió en crear «la colección mundial del Libro Imperial a la luz de las ruinas del Alcázar” que llegó a exponer al propio Franco por medio de su primo-secretario, Franco Salgado-Araujo, contando, según decía, con las aportaciones de las embajadas del Eje y de Hispanoamérica. Pero los apoyos al más alto nivel nunca llegaron. Se dio carpetazo al asunto a la vez que, de forma imprevista, se le trasladó a Madrid -marzo de 1939- con la excusa del ascenso a inspector de EE MM. No parece que el nuevo destino colmara sus expectativas, puestas ahora en metas extra-docentes. Pero la época era muy peligrosa para destacar en exceso. Al recibir la notificación del nuevo cargo escribió una carta a José Pemartín, jefe del Servicio Nacional de Enseñanza Superior y Media, rogándole humildemente que: “En conciencia, creo que mi sitio, en la hora actual, está en Toledo” (AHPTO, F. del I., 884/1, s. rg., s. f.).
Instalado en Madrid, además de la inspección, solicitó y obtuvo el poder desempeñar a la vez su cátedra de Literatura en el Instituto Lope de Vega. Pronto retomó su frenética actividad: fundador de la Mutualidad de Catedráticos, profesor por oposición de Historia de la Cultura en el Real Conservatorio de Música y Declamación, vocal del Patronato Nacional de EE MM, correspondiente de la Real Academia de la Historia, de la de Buenas Letras de Barcelona y director del Centro de Cultura de Valencia. Se jubiló en 1957.
Prolífico autor de un centenar aproximado de obras entre libros y artículos de heterogénea temática, tanto de divulgación como de investigación. Predominan los estudios sobre nuestra literatura del Siglo de Oro y sobre la obra de Shakespeare, junto a recopilaciones literarias y algunas obras de creación poética y dramática. Había contraído matrimonio con María Patrocinio Sánchez-Puerta en Madrid (1918). Tuvieron una hija.