Luis Pablo Gómez Vidales nace en Ocaña (Toledo), el 1 de octubre de 1948. Es el pequeño de dos hermanos (chica y chico), hijos de un capataz de caminos. En 1958 su padre pide traslado a Toledo, y toda la familia viene a la capital, con la intención de que el hijo menor estudie, ya que rápidamente dio muestras de tener capacidad para ello.
Comienza su etapa formativa, primero estudia bachillerato, después en la Escuela Normal de Magisterio de Toledo, según el propio Luis Pablo “…era una época en donde eran necesarios muchos maestros…”. Sin embargo, él nunca ejerció como tal. Ya que en estos años el joven Luis Pablo acude a la Escuela de Artes y Oficios de Toledo –estudia Dibujo, Pintura, Escultura, Grabado, Cerámica y Alfarería–, donde tendrá contacto con otros jóvenes con los que formará parte del panorama cultural de Toledo, y es en este ambiente donde se pondrán en ebullición las artes plásticas locales.
En 1968 aprueba el examen de ingreso a la Escuela de Bellas Artes de San Carlos en Valencia, donde cursará como alumno libre el primer año; más adelante pide el traslado de expediente a la Escuela de San Fernando de Madrid, también como alumno libre. En 1972, sin finalizar los estudios, los abandona.
En 1971, junto con otros artistas, esos jóvenes de la Escuela de Artes –Raimundo de Pablos, Paco Rojas, Beato, después se unirán otros–, funda el Colectivo y la Galería Tolmo en la calle Santa Isabel número 14. Proyecto en el que será un integrante activo, grupo con el que realizará numerosas exposiciones colectivas e individuales en España y fuera de ella. Juntos expondrán: en la Galería Tolmo de Toledo; en la Galería Leonardo de Zaragoza; en la Casa Colón de Canarias; en el Palacio de Cristal de Madrid; Casa de la Cultura de Nara en Japón; Feria Internacional de Basilea (Suiza); Palacio de Alfonso XIII de Barcelona; en la Galería Junior Champer, de Takaoka (Japón); Artistas Españoles en Japón (Tokio, Kioto, Nagoya, Osaka, etcétera); Galería Actual-Art de Pollença (Mallorca); Palacio de San Telmo (San Sebastián), un gran currículo para todos los integrantes del grupo, que exponen, trabajan y llevan a la galería la obra de autores como: Alberto Sánchez, Benjamín Palencia, Feito, Lucio Muñoz, Canogar, Gustavo Torner, Celedonio Perelló, etcétera. Además, en su actividad como galería contactan con artistas del panorama nacional e internacional de aquella época. Lo que le permite tener un bagaje cultural que engrosará su acervo artístico personal, y que en todo momento establecerá y compartirá con su ciudad.
Durante muchos años Luis Pablo ha sido uno de los principales impulsores del proyecto Museo de Escultura al aire libre en Toledo. Proyecto que aúna fuerzas entre el Ayuntamiento de Toledo, donde Luis Pablo trabaja como gestor cultural, y el Grupo Tolmo, desde donde intervendrán con todas sus energías y conocimientos para que se lleve a cabo. El objetivo consistía en hacer un paseo donde se pudiera observar esculturas monumentales, y en donde la retina del viandante se reeduque hacia el arte contemporáneo. La primera de ellas Lugar de encuentros construida en hormigón y situada en 1982 en la plaza Alfonso VI de Toledo, de Eduardo Chillida, será primera pieza de un futuro Museo de esculturas al aire libre. Por razones desconocidas, no continúo este proyecto. No obstante, en el cerebro de Luis Pablo siempre ha estado y ha buscado colaboraciones con otros escultores para posibilitar un proyecto urbano desde el patrocinio del Ayuntamiento de Toledo; su última obra, expuesta a título póstumo, es su obra S/T, realizada en acero lacado en amarillo, situada en el paseo ecológico de la zona de la bajada del barco en Toledo. Que no deja de ser una continuidad de aquel proyecto de los años 80, pero que se ha llevado a cabo por el Ayuntamiento de Toledo y la dedicación de Jule, uno de los miembros del Grupo Tolmo –ya separado– pero en esta ocasión desde la Asociación de Vecinos de La Cornisa.
Con el Grupo Tolmo transcurrirán veinte años de trabajo, risas, inauguraciones, proyectos, arte, amistad y mucho más. Pero en 1995 Luis Pablo abandona el grupo. No obstante, continúa trabajado para el arte y la ciudad de Toledo; así en el año 1996, con otros artistas e intelectuales de la ciudad, funda el Círculo de Arte de Toledo. En esta ocasión participará de una experiencia cultural, artística e intelectual que ofrecerá a la ciudad: exposiciones, conciertos, tertulias, conferencia, etcétera.
El nuevo siglo le inspira aumentar sus conocimientos y en esta ocasión es el hombre del que necesita conocimiento, por lo que estudia Antropología Social y cultural en la UCLM, rama del saber que le apasiona.
Obra pictórica.
En la obra de Luis Pablo podemos distinguir varias etapas: una primera época; le sigue la serie de las acacias; la época de las telas; reciclarte; entre medias –como medida de relax– tiene épocas figurativas; y su última etapa más expresionista y humanista. Su obra transita por el neocubismo, el expresionismo, en donde busca la abstracción, los colores planos y los dibujos neogeométricos, el collage forma parte principal de sus composiciones sobre todo en su evolución en el tiempo.
En un primer momento, el autor coquetea con el lenguaje plástico vanguardista, quiere romper con todo lo aprendido en la Escuela de Artes y ser el abanderado del arte en la ciudad de Toledo. Esta consigna le une a un grupo de artistas jóvenes y a los profesores de la Escuela que frecuenta. Para él es un proceso de investigación, de ir adiestrando su retina a lo que ve en las exposiciones de Madrid y otras ciudades más punteras, de ir aprehendiendo de autores que encaminan su semiótica por expresiones informalista de los años 50 y 60. Es una época de búsqueda de su propia expresión gráfica, el artista modifica continuamente su quehacer: “…yo veo abstracto, … si veo los libros veo las manchas…”, me dice en una entrevista realizada el 12 de enero de 2007.
La época de las Acacias son una serie de obras que realiza durante los primeros años de los años 70 y que suponen un avance hacia adelante. El autor se sumerge en un estudio minucioso y serio, es una reflexión acerca de aquello que el hombre quiere extraer de su obra, de esta época nos dice Fernando de Giles: “…sinceramente creo que Luis Pablo adquiere su mayoría de edad en el arte con las acacias […] ve en las acacias un objeto estético de fascinantes posibilidades […] Se inicia así toda una serie de pinturas en las que lo primero que surge a la contemplación es un concepto cubista de la forma. El argumento es un árbol o un conjunto de árboles plantados en un entorno del que se han conservado aquellos elementos necesarios a la composición. Pero este concepto cubista está matizado con un tratamiento muy expresionista del color, hasta el punto de que el armazón cubista queda en eso, en simple armazón para sostener la extraordinaria riqueza cromática que ordena la expresión de la obra…”. Luis Pablo introduce el vacío en la materia, como Oteiza introduce el vacío en sus esculturas, él mismo en una entrevista nos narra: “…Todo empezó por los árboles. Miraba un árbol y veía un espacio, el cielo que se metía en él y lo que le rodeaba….”. Para él los contornos o espacios que rodean la naturaleza, o los elementos “principales” de la composición forman parte de la misma, el autor ha educado su mirada y en su proceso de percepción, su cerebro le aporta la imagen como si estuviera viendo el negativo y el positivo de la imagen a la vez, y ambos forman parte importante de la composición.
En esta etapa participa en la exposición ‘Nueve artistas de Toledo’, en el Real Círculo artístico de Barcelona (1973); ‘Homenaje de la Vanguardia española a Alberto’, en la Galería Tolmo (1974); se presenta al concurso XIII premio Internacional de dibujo de Joan Miró y expone en su colectiva en Barcelona (1974); durante 1975 y 1976 realiza exposiciones colectivas con el Grupo Tolmo (Galería Tebas y Galería Ovidio de Madrid; Galería Leonardo de Zaragoza; Galería Tolmo de Toledo; Palacio de Cristal de Madrid (junto con los integrantes del Grupo Tolmo, en 1975); exposición colectiva del Certamen Nacional de Valdepeñas en 1975; en el año 1976 se presenta a la Feria Internacional de Basilea (Suiza).
Entre los años 1978 y 1979 Luis Pablo realiza los primeros collages con material reciclado, a los que él denomina: “premisas de reciclarte” nos dice en una entrevista, él las llama esculto-pinturas, son sus primeros volúmenes, unas composiciones en las que emplea maderas y materiales con la intención de crear texturas en una obra matérica, en la que el cuadro no se limita a la pintura y composición. El artista estudia el conjunto: la composición, los materiales empleados, los volúmenes, los colores –elemento tan principal den la obra del autor–. Si observamos estas obras son un paso intermedio entre la pintura sin materia y reciclarte, proceso lógico de una evolución. El collage había sido utilizado en las Vanguardias (Futurismo, Cubismo, Dadaísmo, Surrealismo, Constructivismo, etcétera), pero en Toledo no se había hecho nada parecido en estos momentos, una obra que no tiene la aceptación deseada del público y el autor desiste de navegar contracorriente.
Entre 1984 y 1985 realiza estudios de la figura humana –principalmente femenina–, siempre bajo la disciplina del dibujo al natural, pero con tratamiento cubista. El artista observa la naturaleza, y en un proceso natural para su cerebro la abstrae, expresándose en formas más libres que la figuración; también se centra en realizar paisajes aéreos, que son una estructuración del espacio. De nuevo la obra está en comunicación con el espacio que le circunda y penetra, cuya estructura invisible se materializa en ella, se abre por todas partes hacia el espacio y consta –especialmente en la fase última del constructivismo de elementos, frecuentemente transparentes– de formas geométricas, lineales y planas. A la vez tiene una influencia en el color, de los pintores franceses –del expresionismo abstracto francés, como Nicolás de Stäel, Pierre Soulages–, son pinturas en las que prima las manchas de color, composiciones geométricas del paisaje, en las que utiliza las luces y las sombras, así como la diversidad de color como parte de un todo. Esta obra se expone en una exposición individual en la Galería Tolmo (1985-86) titulada El paisaje en el espacio; así como en el Museo de San Telmo de San Sebastián; en la exposición de representación del arte contemporáneo de Toledo en el congreso de ciudades históricas celebrado en el Palacio de los Reyes Católicos de Santiago de Compostela en el año 1985.
La obra de la época de las telas, se caracteriza, de nuevo, por los collages. En este caso el artista realiza la composición con telas pegadas. Como todas sus épocas, esta tiene su propia evolución, en el proceso pasa por pegar a la tabla unas telas y después pintar con pintura acrílica sobre ella. Este proceso le descubre un mundo, ya que todo es elección: telas, colores, formas, ausencias, etcétera, que no deja de ser un proceso selectivo estético que es producto del subconsciente o del intelecto del autor. Luis Pablo dice: “este proceso de selección, considero que es elemento rector y común en muchas épocas (telas, reciclarte, autores de jazz, etcétera). Esta técnica comienza en el año 1978, la utilización del collage es recurrente en él y es una reafirmación en su ruptura con la pintura tradicional y con el avance hacia un arte de vanguardia. Estas obras tienen títulos con implicaciones musicales, tales como: Homenaje a Debussy, Homenaje a Isaac Albéniz, Homenaje a Manuel de Falla, Homenaje a Haendel, etcétera, es una obra que está emocionalmente influenciada por la música –tanto por la música clásica como por el jazz–. El autor realiza diez cuadros con el paralelismo de diez músicos diferentes. Se expone en la exposición del veinte aniversario de Tolmo en el Museo de Santa Cruz. “…en el caso de la obra “Carmen” el proceso fue al revés…primero fui a buscar los retales, específicos para la obra, y lo último fue la composición de la obra…”. La música forma parte del universo del artista, el cual intenta aunar dos emociones procedentes de diferentes dominios sensoriales como son la pintura y la música, se trata de la relación entre el oído y la visión unida en el arte, no es la primera vez que vemos esto en la historia del arte y de la humanidad –Goethe, Kandinsky, Steiner, Bergson, Schöberg, etcétera–, nos dirige a la facilidad que tiene la pintura para sacar las experiencias de varios sentidos desde las profundidades del ser, sin importarle el nivel consciente o subconsciente de estas experiencias. Llevando a la conciencia del artista y a la materia del mundo a través de abstracciones y analogías simbólicas creadas en el acto de pintar.
Reciclarte es el culmen de toda una vida perfeccionando un proceso creativo, en donde el artista entra en diálogo con el material que va a utilizar en su composición, un material que desde la basura pasa a ser desfuncionalizado, y recorre un camino –desde dentro hacia afuera– hasta integrar un contexto matérico propio, creando un nuevo tipo de relación entre significante y significado. Es una elección o selección de un objeto que atrae por su forma, por su volumen, por su caducidad temporal. Es el proceso opuesto al que se comenzó en el año 1979, con las premisas de reciclarte, que aún no había madurado el proceso, la capacidad de selección que posee en estos momentos es el producto de muchos años almacenando información estética en su mente; posteriormente se enfrenta a la composición de la obra, en donde el diálogo con ella, le va pidiendo un desarrollo.
Entre el año 2000-2013 se centra en el arte efímero, Land Art, o en la naturaleza. Este proceso culmina en el año 2012 en el que realizó una exposición, titulada: Piedras, mujeres y palabras, en la Ermita de Santa María de Melque (Diputación de Toledo), un proyecto que empezó años antes con la implicación de los textos de once mujeres, once escritoras que debían escribir bajo la inspiración de una fotografía que Luis Pablo les proporcionaba. Eran fotografías de arte efímero, que el mismo artista había compuesto en las playas, y lugares que a él mismo le habían inspirado en un momento determinado, unas piedras colocadas en equilibrio expuestas al mar, a las inclemencias meteorológicas, o simplemente a la gravedad ayudada por el viento, de ahí que es efímero. Unas piedras que componían un arte telúrico, mágico e hipnótico que evocaba palabras. La experiencia que aúna el proceso cognitivo y artístico de diferentes personas conectadas emocionalmente es una experiencia mágica y así se vivió aquella exposición.
Su última obra se nos muestra en el año 2018, en que realiza una exposición en el Museo de Santa Cruz: “Luis Pablo, arte entre dos siglos: 1970-2018”, en ella nos hace partícipes de la compilación de toda la obra de su vida. También aparecen sus últimas pinturas. En su interior emerge en una abstracción expresionista. El pintor juega con el mundo imaginario de su nieta Alba y lo hace suyo, en el lienzo hay una lucha entre todo lo almacenado en su subconsciente y las pinceladas de luz que aportan los dibujos de Alba. Luis Pablo es más humano que nunca. Toda la experiencia que ha acumulado en una vida repleta de arte, se expresa libre y plásticamente. Los que pudimos ver la exposición captamos una evolución plástica, matérica y emocional de toda su vida.
Experiencias escultóricas.
Luis Pablo se ha expresado principalmente con pintura, no obstante también se inició en la poesía y en sus últimos años en escultura, el soporte es un medio para expresar aquello que está dentro de él. En el año 1985 realiza el Monumento a Santa Teresa de Jesús situado en la plaza de las Carmelitas (Toledo), obra finalizada en bronce y hormigón; en el 2006 presenta sus obras Reciclarte en donde hace la transición al volumen; en el año 2010, como obra urbana, se levanta la escultura Movimiento de ida y vuelta, terminada en chapa de acero lacada en blanco en 7 metros de altura para la rotonda de las calles Bullaque y Alberche del barrio de Santa María de Benquerencia; su último proyecto está expuesto, a título póstumo, en el paseo ecológico de la zona de la bajada del barco en Toledo, es su obra S/T, realizada en acero lacado en amarillo.
El 23 de enero de 2022, en un acto institucional del Día de la Ciudad fue reconocido con honores y distinciones de este año en la ciudad de Toledo.
Estudiar e investigar la obra de Luis Pablo Gómez Vidales es conocer un mundo interior de almacenaje de conocimientos de toda una vida. Te transporta a ese momento histórico en el que los jóvenes creadores luchan por salir del agujero negro en el que el arte está hundido, incluso ha retrocedido a posicionamientos anteriores a las gloriosas Vanguardias de los primeros treinta años del siglo XX. El artista tiene la gran suerte de rodearse de todos los artistas del panorama español y mundial, pero de más cerca, el español, y la valentía de hacerse abanderado del arte contemporáneo de la ciudad, es una responsabilidad personal que en el caso de Luis Pablo hace suya como objetivo principal de su vida
Hablar de Luis Pablo Gómez Vidales, es hablar de un buen hombre. El día que falleció, las redes sociales se llenaron de testimonios de personas que nos mostraban su lado más humano, su faceta como “padre de todos” en el ámbito artístico. Ese día me di cuenta que era una gran persona, amado por muchos. Mi sentimiento hacía él era de un padre, mi mentor. Pero el día de su muerte comprendí que era igual para muchos toledanos, que habían empezado en la música, en fotografía, en el arte, en la escritura, en cualquier tipo de arte. Luis Pablo era un padre para todos, sabía conversar y aconsejar sin imponer su criterio, ayudó a muchos de los toledanos que hoy seguimos en el panorama artístico, por lo que no solo trabajó él incansablemente como artista y gestor cultural, sino que plantó la semilla que sigue germinando.
Bibliografía:
- Giles, Fernando de: “Tolmo, 20 años”, Toledo, Servicio de publicaciones de la JCCM, 1991.
- García Rojas, Mª Jesús: entrevista realizada a Luis Pablo Gómez Vidales con motivo de mi visita a la exposición Reciclarte, celebrada en el Centro de San Clemente de Toledo (enero-febrero de 2007).