Campeón de Europa del Peso Pluma en 1968. Disputó 77 combates como profesional, con 54 victorias (29 por KO), 18 derrotas y 5 nulos.
Manuel Calvo formó parte de una de las grandes épocas doradas del boxeo español, junto a otros como Urtain, Legrá o Carrasco, en un tiempo en el que los boxeadores eran más importantes que los futbolistas. España olía a boxeo por todas partes, sobre todo en las grandes capitales, donde proliferaban jóvenes ansiosos de dinero y fama, caso de nuestro protagonista desde que con 17 años emigró de Mejorada de Campo a casa de su tío Aquilino en el madrileño barrio del Lucero. Trabajó como albañil y en cualquier empleo menor que surgiera, hasta que decidió apuntarse al gimnasio de La Ferroviaria donde pensó en emular las hazañas de “Fred” Galiana, su gran ídolo.
Manolo del Río fue su mentor, debutando como amateur en 1962 ganando por KO a Antonio Martín. Después de cumplir el servicio militar pasó al profesionalismo, aumentando con rapidez el abanico de seguidores gracias a su depurada técnica, rapidez de movimientos y un elegante swing que le permitía entrar y salir de la guardia de los rivales. Ganó a Sergio Casal, que era campeón de España, por KO en el sexto asalto y a otros grandes campeones, aunque no pudo con el gran José Legrá en ninguno de los dos duros combates disputados contra el cubano, nacionalizado español.
En 1966 ganó el campeonato de España en Salamanca por puntos ante Luis Aisa, un encarnizado competidor contra el que combatió en media docena de ocasiones. En la primera defensa cedió el título en La Coruña frente a Ramón Casal de manera injusta, tanto que la Federación ordenó repetir el combate en una plaza de toros llena a reventar. Manolo Calvo dominó de principio a fin y tumbó a Casal en el undécimo asalto. Mantuvo el título frente a otro grande, el canario Kid Tano, en otro intenso combate.
Casi al mismo tiempo, José Legrá se proclamó primero campeón de Europa y en 1968 asaltó el título mundial, que logró al derrotar a Howard Winstone. Esto provocó que el título europeo quedara vacante, siendo Manolo Calvo seleccionado junto a otros tres boxeadores para competir por la corona del peso pluma. Los combates se celebraron en la Monumental de Barcelona. Manolo Calvo derrotó en la primera ronda al alemán Lothar Abend por KO técnico en seis brillantes asaltos, a pesar de sangrar de manera abundante por las cejas, que siempre fue su punto débil. El médico decidió parar el combate en el quinto asalto por los cortes que tenía Calvo, quién le pidió aguantar un asalto más, que resultó suficiente para derrotar al campeón alemán.
El definitivo combate por el título europeo se celebró el 17 de diciembre de 1968 en el Gran Price de Barcelona contra el italiano Nervio Carbi, al que derrotó por puntos en una pelea dura e igualada que resolvió a su favor en unos últimos asaltos memorables. La anécdota es que no recibió el cinturón de campeón hasta 30 años después, previa reclamación a la EBU y mediante el pago de 30.000 euros.
La defensa del título tuvo lugar en la plaza de toros Las Arenas de Barcelona ante el italiano Tomasso Galli. Manolo Calvo fue superior, pero de nuevo aquellas cejas de cristal le jugaron una mala pasada, ya que a falta de un minuto para el final el árbitro austriaco Kurt Radock decidió parar el combate y proclamar ganador al italiano. Hubo revancha en el mismo escenario y Calvo volvió a perder, en esta ocasión a los puntos. Fue entonces cuando decidió apostar por el título nacional del peso ligero, perdiendo por puntos contra el canario Dida Herrera.
Decidió dejar el boxeo de momento, retornando un año después para disputar 22 combates hasta su retirada en 1974, de los que sólo perdió dos, en ambos con el título de los ligeros en juego, el primero frente al aragonés Pedro Fernández Castillejo y a pesar de tumbarle en dos ocasiones, pero de nuevo el árbitro paró el combate por las frágiles cejas de Manuel Calvo, y el segundo contra Jerónimo Lucas, lo que sería su último combate.