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Manuel Espadas Burgos
Ciudad Real.
1936 -
Madrid.
2023.
Historiador y Profesor de investigación del CSIC.

Manuel Espadas, nació en Ciudad Real pocos meses antes de iniciarse la Guerra Civil. Sus padres fueron Manuel Espadas López-Bago, maestro, y María de la Guía Burgos Grande. Se casó (8.9.1966) con María Anunciación Bardón Pérez, que se convirtió en la animosa compañera que necesitaba.

Estudió el Bachillerato en el instituto Maestro Juan de Ávila de Ciudad Real (1946-1953) con las máxima calificaciones. Durante los últimos cursos realizó asimismo la carrera de Magisterio (1951-1953), algo que era bastante normal entre estudiantes brillantes.

En ese momento se planteó la opción de realizar una carrera universitaria, optando por la Universidad Complutense, y al mismo tiempo se presentó a las becas que ofrecía la Fundación Universitaria Española, institución que ofrecía la posibilidad de ampliar el marco formativo académico. En dicha Universidad completó la licenciatura en Filosofía y Letras sección de Historia (1953-1958), con un excelente rendimiento que fue reconocido con el premio extraordinario de Licenciatura. 

A continuación, realizó los cursos de doctorado (1959) y obtuvo un contrato de profesor ayudante en su Facultad (1.10.1959 / 30.9.1962) y de encargado de curso (1.10.1965 / 30.9.1968). La situación de la universidad española en aquel periodo empujó a muchos excelentes profesionales a buscar una salida laboral en los institutos de Enseñanza Media. Manolo logró enseguida una cátedra, si bien su paso por la docencia fue muy breve (1964-1966). En las mismas fechas (12.11.1965) alcanzó el grado de doctor.

El 9 de enero de 1967 tomó posesión de una plaza de colaborador científico del Consejo Superior de Investigaciones Científicas, institución a la que estuvo vinculado durante el resto de su vida laboral, ascendiendo posteriormente a investigador científico (14.8.1971) y a profesor de investigación (24.8.1984).

Si bien el tema su tesis había sido de Historia Antigua, pronto se orientó hacia la Contemporánea, con una visión más internacional para lo cual empezó a frecuentar centros documentales de Francia e Italia.

Pronto destacó por su capacidad de gestión en el ámbito del CSIC. A finales de 1975 se aprobó una modificación de la estructura de los institutos del organismo, y en ella se preveía la creación del Instituto Nacional de Ciencias Históricas, destinado a coordinar y planificar dicha especialidad, y para el que fue nombrado secretario. Pero dicho proyecto no llegó a ponerse en funcionamiento.

En marzo de 1977 fue designado por el CSIC para ejercer la representación en la Comisión Permanente de la CAICyT. A finales de ese mismo año el CSIC inició un importante proceso de reforma democratizando sus estructuras, a las que se incorporaban principios de representación democrática. Manolo fue elegido vocal del Área de Humanidades en la Comisión Científica (28.7.1978 / 17.6.1980), y además, en representación de esta, vocal de la Junta de Gobierno (5.10.1978 / 26.6.1980).

Sus principales preocupaciones fueron la dignificación de las publicaciones y la reestructuración de los institutos de Humanidades, especialmente la Escuela Española de Historia y Arqueología en Roma (EEHAR), a la que defendió de propuestas de supresión.

En el instituto de Historia Jerónimo Zurita desempeñó las funciones de vice-director (junio de 1979) y posteriormente de director (31.03.1981 / 2.1.1985).

El 3 de septiembre de 1996 fue designado vocal del Comité Científico Asesor, y un año más tarde (1.3.1997) fue nombrado director de la EEHAR, por la que siempre había velado. Su jubilación le llegó en el ejercicio de este cargo.

Su obra histórica

A lo largo de su vida fue autor de más de 17 libros y folletos, de un centenar de colaboraciones en obras colectivas y de 60 artículos en revistas de la especialidad. No descuidó la actividad divulgadora en prensa, revistas y a través de numerosas conferencias.

Su colaboración en los Cuadernos Bibliográficos de la Guerra de España, en los que, además actuó como secretario, le abrió dos vías en su investigación: el camino hacia la historia contemporánea y su interés por las relaciones internacionales.

La constatación de que no se puede escribir la historia de un país, sin tener en cuenta lo que sucede en los de su entorno o en aquellos que tienen intereses, le llevó a adentrarse en archivos y bibliotecas extranjeros. 

Su obra tiene un primer hito importante en 1975 con la publicación de Alfonso XII y los orígenes de la Restauración, que marcó los estudios sobre dicho período e insertó a Cuba en la historia de España, facilitando la explicación de algunos fenómenos que hasta ese momento habían quedado excesivamente simplificados. Este estudio mereció el premio “Marcelino Menéndez Pelayo” del CSIC.

Como señala en el prólogo “intenté observar el acontecer de mi país desde coordenadas europeas y con enormes reservas hacia las afirmaciones de especificidades españolas que hiciesen de nuestro pasado un proceso de ensimismamiento…” (p. XII-XIII).

Esta afirmación explica que una tercera parte del texto esté dedicado a contextualizar en Europa el fenómeno español.

Relaciones internacionales

En el campo de las relaciones internacionales Italia ha sido su principal foco de interés.

Tras el Franquismo, España mantuvo un notable aislamiento en el campo historiográfico, y fue ese país una de las principales vías en la renovación historiográfica española.

En 1949, Jaime Vicens Vives realizó un viaje de estudios a Italia con el fin de conocer la bibliografía publicada en sus universidades, y a partir de entonces mantuvo estrechas relaciones con sus historiadores, relaciones en las que sin duda jugó un gran papel el jesuita Miquel Batllori. En la década de los 50 Vicens acude a los congresos de Historia del Risorgimento, y en el de 1952 presentó una notable aportación a las relaciones entre ambos países bajo el título de “Relaciones entre Italia y España durante el Risorgimento”.

Tras su desaparición el profesor Pabón recogió parcialmente su testigo y hubo algunas aportaciones puntuales a las relaciones entre ambos países (Antonio Eiras, Antonio Elorza, etc.) si bien no enmarcadas en los citados congresos. Dicha comunicación quedó truncada hasta que el profesor Espadas la continuó asistiendo al celebrado en Viterbo el año 1978, con un trabajo sobre la visión española de la realidad italiana a final de la década de los 70 del siglo pasado. Visión que estaba influida por la contraposición de dos elementos fundamentales en la definición de la política española: la defensa del Papado y al mismo tiempo los intereses vitales de la política exterior que hacían moderar y matizar el primer principio.

A partir de ese momento su presencia fue constante en tales reuniones científicas actuando tanto como experto en las mesas redondas como en calidad de ponente.

Los contactos con Italia se convirtieron en un elemento de apoyo para activar en España el interés por aquel país y por las relaciones entre ambos. Su escenario fueron los cursos de doctorado en la Universidad Complutense, de los salieron varias propuestas de investigación, algunas de las cuales culminaron en tesis doctorales. La de Isabel Pascual centrada en el Sexenio Democrático, la de Adela Núñez sobre la cuestión romana, y la de Fernando García Sanz.

Italia es una parte importante de la vida de Manolo, y su relación y su compromiso se han plasmado en numerosas publicaciones, desde los inicios de su colaboración en los Congresos de Historia del Risorgimento hasta su culminación en estos últimos años, durante su estancia en la Ciudad Eterna, de dos trabajos que abandonan las relaciones políticas para profundizar en cuestiones que guardan relación con la cultura y la imagen.

La primera forma parte de su interés por las relaciones entre ambos países y de su compromiso con el CSIC. Se trata de la historia de la EEHAR, institución nacida en el seno de la Junta para Ampliación de Estudios. En el caso concreto de la Escuela se buscaba crear una plataforma que facilitase el acercamiento a la documentación vaticana, que tanto interés tenía para la historia civil y religiosa de España. Pero junto a ello la Escuela sirvió para la formación de especialistas en Arte y Arqueología.

El interés del profesor Espadas en esta cuestión surge a partir del conocimiento de la realidad italiana a fin de valorar lo que supuso para la formación de especialistas españoles durante su existencia, que atravesó períodos muy oscuros, hasta el punto de que no dudó en subtitular la obra como “Un Guadiana junto al Tíber”.

Pero sin duda su última aportación a la historia de ambos países fue la mejor culminación de su estancia en Roma. Buscando a España en Roma es el producto de un maestro, que sólo puede ser realizado tras la experiencia de una larga estancia de una persona con un gran bagaje cultural, que le permite asimilar, recopilar y ordenar adecuadamente la información, saltándose los elementos reiterativos, que pueden hastiar, y creando un hilo conductor del relato. Como se señala en el prólogo el objetivo de la obra es “elaborar una imagen de Roma al hilo de su historia, que tuviera como denominador o como seña de identidad el hecho español”. La obra fruto de la colaboración con Juan Carlos García Alía, está acompañada por una magnífica documentación fotográfica que complementa perfecta y notablemente la obra.

Pero la temática italiana con ser la dominante no ha sido la exclusiva en su biografía científica. En ocasiones han sido producto de la conjunción de líneas, como es el caso del estudio sobre Juan Prim y su viaje como observador a la guerra de Crimea. El análisis de la mentalidad y el poder militar unido en esta ocasión a uno de los acontecimientos más importantes de la historia diplomática europea de la mitad del XIX le permitieron analizar el relanzamiento de España, que trataba de recuperar peso ante las otras naciones, estando presente en un acontecimiento que le iba a permitir además conocer las vías de evolución de los ejércitos europeos.

Otro foco de interés han sido las relaciones con Rusia, materializadas a través de dos vías. En el ámbito de las relaciones con las instituciones científicas de otros países el CSIC y la Academia de Ciencias de la URSS mantuvieron intercambios que en el campo de la Humanidades cristalizaron en la celebración de jornadas de historiadores de ambos países. Los trabajos presentados en ellas versaron sobre los movimientos revolucionarios en Rusia durante el siglo XIX y las relaciones durante la Restauración. Pero además de estos trabajos es necesario mencionar la ejecución del acuerdo entre ambos países que cristalizó en la edición de dos volúmenes del Corpus Diplomático, en cuyas introducciones reflejó el estado de los conocimientos sobre dicha materia.

Pero sin duda, una de las obras más logradas en este campo es su interesante síntesis sobre la política exterior del Franquismo, que iba precedida de una introducción sobre la situación de la especialidad en España. En ella se lamentaba, porque realmente en esta especialidad hay mucho de lamentar, de la carencia de las ediciones documentales existentes en otros países de nuestro entorno y de su escaso cultivo, lo que hacía que todavía fuesen bibliografía imprescindible las obras de Villa-Urrutia y de Jerónimo Bécker. 

Aunque menos intensas también ha mantenido colaboraciones con otros países como Austria, Holanda y Portugal.

No podemos dejar de mencionar en este apartado su labor en el Comité Español de Ciencias Históricas, primero como secretario (1981) y después como presidente (1993-2012). Desde él impulsó la participación española en los distintos congresos celebrados, y fue uno de los elementos fundamentales en el éxito del que tuvo lugar en Madrid el año 1990. Esta labor de gestión la ha acompañado con la difusión de la historia del Comité, mediante publicaciones en las que ha sacado a relucir los trabajos presentados en los distintos Congresos por parte de españoles.

La mayoría de estos trabajos han sido fruto de los proyectos de investigación que ha coordinado, y de los que surgieron las numerosas tesis dirigidas en sus largos años de ejercicio de la profesión. 

Su compromiso con las Instituciones locales

Junto a la obra escrita hay que mencionar la gestión y el compromiso con las instituciones locales, sin olvidar la proyección de España y de la ciencia española.

En este capítulo debe destacarse su amplia actividad en el Instituto de Estudios Manchegos y en el de Estudios Madrileños, en los que trabajó activamente por dignificar su actividad insertándola en niveles universitarios.

No puedo olvidar su compromiso con la Universidad de Castilla-La Mancha. Recuerdo su trabajo en su definición, sus dudas por incrementar su compromiso en ella a través de su inserción en la actividad docente y su presencia en el Consejo Social.

La mejor demostración de la calidad de su colaboración son los reconocimientos que se le concedieron: la Medalla de Oro (2001) y el Doctorado Honoris Causa (11.11.2009).

A lo largo de su vida científica ha dirigido numerosas tesis doctorales que, en muchos casos, han significado aperturas de líneas de investigación importantes.

En un primer grupo habría que señalar las relacionadas con la temática sociopolítica, iniciadas por la obra sobre la Milicia Nacional de Juan Sisinio Pérez Garzón, mi tesis sobre la revolución de 1854 o la de José María Barreda, posteriormente presidente de Castilla-La Mancha, sobre elecciones durante la Restauración en Castilla-La Mancha.

Durante más de una década fue vicepresidente del seminario de Historia Social de las Fuerzas Armadas (CESEDEN), por lo que no resulta extraño que dirigiese diversas tesis de destacados especialistas relacionadas con dicha temática: Rafael Núñez Florencio (Antimilitarismo en el pensamiento político español), la de Fernando Puell de la Villa (Origen, vida y reclutamiento del infante español) y la de Elena San Román (Ejército e industria. El nacimiento del INI).

El tercer grupo se centra en las relaciones internacionales como la de Lorenzo Delgado sobre relaciones culturales, y la de Jesús de la Hera Martínez (La política cultural de Alemania en España durante el periodo de entreguerras).

Otros temas novedosos han sido los trabajados bajo su dirección por Francisco Villacorta (Las clases medias profesionales), Jesús Antonio Martínez (Lectura y lectores en la España Isabelina) y Paco Alía, quien trató hace año el tema de la memoria y la represión en la provincia de Ciudad Real.

Francia le reconoció con las Palmas académicas (1984) y Austria con la Cruz de Honor de las Ciencias y las Artes (1996).

Hace muchos años escribió Voltaire en su Edipo que “la amistad de un gran hombre es un don de los dioses”. Yo he sido afortunado.

Obras

Como se ha señalado anteriormente su producción científica es muy amplia y desbordaría ampliamente los límites de esta aportación, por lo que he seleccionado las que considero más significativas.

  • La periodización de la historiografía romana, Madrid, Fundación Universitaria Española, 1961.
  • El dos de Mayo, Madrid, Gregorio del Toro, 1971.
  • Alfonso XII y los orígenes de la Restauración, Madrid, CSIC Escuela de Historia Moderna, 1975. Segunda edición: Madrid, CSIC Biblioteca de Historia, 1990. Tercera edición: Barcelona, RBA Editores, 2007.
  • Baldomero Espartero. Un candidato al trono de España, Ciudad Real, Diputación Provincial Biblioteca de Autores Manchegos, 1984.
  • Franquismo y política exterior, Madrid, Edit. Rialp, 1987.
  • La Escuela Española de Historia y Arqueología en Roma. Un Guadiana junto al Tíber, Madrid, CSIC, Residencia de Estudiantes, Universidad de Castilla-La Mancha, 2000.
  • Buscando a España en Roma, Barcelona, 2006, Edit. Lunwerg, con la colaboración de Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha, Universidad de Castilla-La Mancha, Consejo Superior de Investigaciones Científicas.
  • Un veterano de la Guerra de la Independencia. Memorias de Julián Alonso / edición y estudio introductorio de Manuel Espadas Burgos, Universidad de Castilla – La Mancha, 2008.
  • Un lugar de encuentro de historiadores. España y los congresos internacionales de ciencias históricas.- Madrid: Imprenta Taravilla, 2012.

Archivos

Archivo General del CSIC

  • legajo 18.334 expediente 44.
  • Actas del Consejo Ejecutivo (1975)
  • Actas de la Comisión Permanente (1975)
  • Actas de la Comisión Científica (1978-1980)
  • Actas de la Junta de Gobierno (1978-1980)

Bibliografía

  • Albonico, Aldo. “La ripresa degli studi sulla politica estera in Spagna e alcune recenti ricerche sugli indirizzi internazionali del franchismo”, Nuova Rivista Storica. Anno LXXIII fascicolo I-II (Gennaio – Aprile 1989), pp. 199-209.
  • Barreda, José María. “En recuerdo de Manuel Espadas, maestro de historiadores”, La Tribuna de Ciudad Real, 22 de mayo de 2023
  • González Calero, Alfonso. “Fallece el historiador ciudadrealeño Manuel Espadas Burgos”, Miciudadreal, 21 de mayo de 2023.
  • Pérez Garzón, Juan Sisinio. “Manuel Espadas Burgos, manchego universal y maestro de historiadores”, Lanza Digital, 22 de mayo de 2023.
  • Urquijo Goitia, José Ramón. “Manuel Espadas Burgos, maestro y amigo”, La Razón, 26 de mayo de 2023, p. 45.

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