Pese a que desarrolló una gran labor como restaurador en Toledo a finales del siglo XIX —a él se debe el descubrimiento de la milenaria inscripción cúfica de la mezquita del Cristo de la Luz y la rehabilitación de la capilla de San Jerónimo, en el convento de la Concepción Francisca—, Manuel Tovar Condé (1847-1921) es uno de los fundadores de la Real Academia de Bellas Artes y Ciencias Históricas (RABACHT) de los que menos recuerdo se ha conservado en la ciudad de Toledo.
Natural de Sevilla, comenzó su actividad profesional en 1875, trabajando junto al primer restaurador del Museo Arqueológico Nacional, Francisco Contreras, en una maqueta delmihrab de la mezquita de Córdoba que sería expuesta en Londres y París. Ambos participaron después en la restauración del palacio del Infantado, interviniendo en la decoración interior del desaparecido palacio neomudéjar de Xifré, frente al Museo del Prado. Más adelante, en 1912, sería nombrado restaurador del Museo Arqueológico Nacional.
Su llegada a Toledo se produjo en 1876, como auxiliar de la Comandancia de Ingenieros. Manuel Tovar colaboraría en las obras de restauración y adaptación del Alcázar como sede de la Academia de Infantería. Desgraciadamente, su trabajo en dependencias como el denominado “Salón Mudéjar” se perdió nueve años después, en el incendio de 1887. Posteriormente, participará en las obras de restauración de la fortaleza, contribuyendo a la ornamentación de los edificios situados en la zona del Picadero. Trabajó también como delineante de la Fábrica de Armas.
Fue un destacado investigador del patrimonio arqueológico toledano y colaborador de Rodrigo Amador de los Ríos en sus investigaciones sobre la ciudad, realizando varios de los planos de su obra Monumentos arquitectónicos de España. A él se deben las primeras descripciones de canalizaciones romanas del Casco histórico de la ciudad, así como el hallazgo de la inscripción cúfica en la fachada de la mezquita del Cristo de la Luz. En 1889 restauró la capilla de San Jerónimo, situada en el convento de la Concepción Francisca.
Asiduo de la tertulia celebrada en la Escuela de Artes y Oficios, Manuel Tovar Condé fue quien propuso al resto de sus miembros constituir la futura Academia toledana. Como numerario de la misma fue retratado por Rafael Ramírez de Arellano. Era también correspondiente de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, vocal de la Comisión de Monumentos Históricos y Artísticos de Toledo y bibliotecario-archivero de la Sociedad Cooperativa de Obreros de Toledo.
Su muerte se produjo en circunstancias trágicas en 1921, tras el accidente ferroviario de Villaverde Bajo. Manuel Tovar fue ingresado en estado muy grave en el Hospital Provincial de Madrid, donde murió el 5 de julio de ese año, dejando una hija en apurada situación económica.