Orígenes
Marcial Antonio Lafuente Estefanía nació en Toledo en 1903, en el domicilio familiar de la calle de las Bulas, donde su padre tenía su bufete. Era hijo del también escritor, abogado y periodista Federico Lafuente López-Elías (1) y de su esposa Adriana Estefanía, con la que tuvo dos hijos, Cecilia y Marcial Antonio. Don Federico, navarro de nacimiento, se estableció en Toledo y dirigió varias publicaciones, como El Heraldo Toledano, revista Toledo o El Centro y escribió novela histórica, romances, literatura infantil o teatro y llegó a magistrado del Tribunal Supremo. Con estos antecedentes no es raro que su hijo fuese aficionado a las letras y practicase también la creación literaria.
Tiempos difíciles
Se formó como ingeniero, en la rama industrial, y por motivos profesionales viajó a Estados Unidos a finales de los años veinte (entre 1928 y 31). Esto le sirvió para conocer el país en el que ambientaría más adelante la mayor parte de su producción como escritor (2). Contrajo matrimonio con Mª Luisa Beorlegui Carril, que le daría dos hijos, Francisco María y Federico María. Se establecieron en la localidad madrileña de Chamartín de la Rosa, donde, durante la última guerra civil, fue concejal y tercer teniente de alcalde (1936-38). Afiliado en 1937 al sindicato anarquista CNT, se alistó voluntario al Ejército Popular (3), en el que su condición de ingeniero le hizo oficial de artillería, llegando al empleo de comisario político de batallón (4). A finales del conflicto, se negó a partir al exilio cuando tuvo oportunidad para ello y decidió quedarse, entregándose al bando franquista en Ciudad Real.
Cumplió dos años de prisión provisional hasta que salió su juicio en julio de 1941. El fiscal pidió treinta años, pero fue condenado a veinte años y un día (5) que prontamente (el 1 de septiembre) le fueron rebajados a doce y un día y al poco (en noviembre) le fueron atenuados, concediéndosele la prisión domiciliaria, pasando en la cárcel algo menos de cuatro meses desde la primera sentencia. Hubo numerosas personas, incluyendo autoridades del nuevo régimen, que hablaron a su favor (6), ya que está acreditado que salvó la vida a varias personas que iban a ser ejecutadas extrajudicialmente por los milicianos republicanos, lo que le valió el apodo de “El ángel rojo de Chamartín de la Rosa” (7).
Su estancia en prisión (8) fue el detonante de su carrera literaria, utilizando cualquier pedazo de papel que caía en sus manos, hasta el destinado a menesteres higiénicos. Allí comenzó a escribir, bajo pseudónimo.
Carrera literaria
La afición a la escritura ya le venía de antes. El dramaturgo Jardiel Poncela, sabedor de la misma, le recomendó que escribiese para divertir al público, ya que era la única forma de ganar dinero con la literatura. Él mismo recuerda sus inicios, en la cárcel de Ocaña: «me ofrecieron un hospedaje gratuito en el “hotel Ocaña”. de cinco estrellas. lugar muy curioso porque, como bien decía un amigo mío que ahora es abogado en Madrid, con lo ancha que es Castilla, sólo disponíamos de treinta centímetros para dormir. (…) se me ocurrió escribir e hice La mascota de la pradera del Oeste, Todo un hombre y PX21 de aventuras y La reina de Yale, de corte romántico (9). He sido siempre rápido escribiendo de modo que la cosa me cundía Cuando del “hotel” las envié a una editorial, mi sorpresa fue enorme cuando me contestaron con elogios y pidiéndome que les hiciera más de Western» (10). Como se ha dicho, hizo incursiones también en el campo de la novela romántica, firmando con el nombre de su mujer, María Luisa Beorlegui, y con otro pseudónimo, Cecilia (nombre de su hermana) de Iraluce (11).
Una vez excarcelado se estableció en Vigo, ciudad donde contaba con la amistad y el apoyo del antiguo confesor de su abuelo, que era el capellán de las carmelitas de aquella ciudad pontevedresa. Pese a que llegó sin dinero y sin contactos, pronto se relacionó con los círculos eruditos e intelectuales. Conoce a Eugenio Barrientos, propietario de la librería Tetilla y fundador de una pequeña editorial, Cíes, quien cree en él y le contrata, como también contrató a la autora de novela romántica Corín Tellado. Es en Editorial Cíes donde Lafuente comienza a publicar novelas del Oeste, de manera regular y ya sin pseudónimos, no como “Arizona” o “Tony Spring”, sino bajo su propio nombre. La aventura gallega duró unos diez años (12), tras los cuales fichó por la barcelonesa Editorial Bruguera, que durante muchas décadas fue la empresa editorial de literatura de kiosco (novelas populares y tebeos) más importante no sólo de España sino de absolutamente todo el mundo hispanohablante (13).
Editorial Bruguera, que ya triunfaba con sus cabeceras de historieta Pulgarcito o DDT, entre otras, lanzó una colección de novelas populares de bolsillo (en formato octavilla), de no muchas páginas, en papel barato y tapa blanda: lo que en el ámbito anglosajón se denomina “Pulp”. Fue lo que años después se conocería como colección Bolsilibros, en la cual se publicaban varios géneros: policíaco, bélico, romántico (el gran fichaje fue Corín Tellado a partir de 1946, la cual ya había coincidido con Lafuente en ediciones Cíes) y del Oeste, siendo Lafuente el más prolífico de sus autores. Los Bolsilibros fueron otro de los grandes éxitos de los hermanos Bruguera (14). Y de dicho formato, sin duda Lafuente fue el rey indiscutible (15). Escribió para la editorial del gato negro unos dos mil seiscientos títulos, de unas cien páginas cada uno.
El “equipo Lafuente”
La gran demanda de novelas que el mercado editorial pedía a Marcial Lafuente facilitó la colaboración de sus hijos a partir de 1958. El primero fue Federico, cuando tenía algo más de veinte años. Unos amigos apostaron con él que no sería capaz de escribir una novela como las de su padre. Él aceptó el reto y, terminada, se la dio a leer (16). El padre no le dijo nada hasta que, semanas después, se la entregó al hijo ya publicada y firmada por “Estefanía”, diciéndole “¿Por qué hacernos la competencia si podemos ganar más dinero juntos?”. Más adelante se incorporó al equipo el otro hijo, Francisco. Ambos adaptaron su manera de escribir al estilo del padre, y la firma “Lafuente Estefanía” se convirtió en un equipo familiar de tres, un equipo que cobraba por cada novela entregada, sin contrato formal y sin derechos de autor. Entre los tres rellenaban unas libretas con las ideas y los personajes que se les ocurrían, y llegaba el caso de que tiempo después no sabían qué obra había escrito cada uno. Hasta encontrar un buen título les era complicado, porque muchos de los que pensaban ya los habían utilizado antes.
Lafuente se compró una vivienda en la sierra de Gredos, en el bucólico pueblo de Arenas de San Pedro, entre Ávila y Toledo (17). Allí era feliz y se dedicaba a la escritura sin distracciones. En Arenas fallecería su esposa en 1975. Él la sobreviviría seis años más. En éstos sus últimos años intentó publicar una novela, El maleficio de Toledo, ambientada en su tierra natal, pero no lo consiguió (18). No consta en las bases de datos de la BNE ni de la agencia del ISBN por lo que debemos seguir considerándola inédita.
Entrados los años setenta estuvieron a punto de firmar por una editorial venezolana pero Bruguera hizo una contraoferta millonaria y retuvo a Lafuente. Sin embargo, el mercado comenzó a cambiar y bajó la demanda de novela popular. Se seguía vendiendo pero las tiradas ya no superaban los 10.000 ejemplares, cuando en otras épocas rebasaban los 30.000 (19). Hoy, una tirada de 10.000 ejemplares se consideraría un absoluto éxito.
Lafuente pudo ver como su obra, de la mano de la sucursal de Bruguera en México, triunfaba no sólo en aquel país, sino en los estados hispanos de Estados Unidos. En Texas una universidad grabó obras suyas en formato audiolibro, para ciegos hispanohablantes. Se dice que usaba como material de cabecera un libro de Historia de EE UU, un atlas antiguo de aquel país y una guía telefónica de San Francisco de donde sacaba nombres para sus personajes (20).
Siguió viviendo y escribiendo en Arenas de San Pedro, donde tenía su círculo de amigos, como el galerista de Arte Manuel Cerdán (21), o el abogado Enrique Ferrero. Falleció de neumonía en Madrid a la edad de 81 años.
Sus hijos continuaron escribiendo bajo la firma “Marcial Lafuente Estefanía” (22); primero para editorial Bruguera, y, más adelante, crearon en Alicante su propia editorial, recuperando la marca de la que décadas atrás había editado a su padre por vez primera, Ediciones Cíes. En 2006 se negoció la traducción al inglés (23).
Tras el fallecimiento de Francisco, su hijo Francisco se incorporó de manera regular al equipo literario, con su tío Federico. Actualmente siguen apareciendo publicadas por Ediciones Cíes nuevas novelas de Marcial Lafuente Estefanía, escritas por su hijo Federico Lafuente Berloegui y por el sobrino de éste, y nieto de Marcial, Francisco Lafuente Camafreita.
Imagen: “Personajes manchegos: Marcial Lafuente Estefanía”, Cuadernos Manchegos, Tomelloso, 2-11-2020 (https://www.cuadernosmanchegos.com/). Consulta el 3-6-2024.
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1 Colaboradores de Wikipedia, «Federico Lafuente», en Wikipedia, La enciclopedia libre, 5 de enero de 2024, https://es.wikipedia.org/wiki/Federico_Lafuente.
2 También viajó a la Angola portuguesa por motivos profesionales (realización de obras hidráulicas).
3 Sirvió en el llamado “Ejército Rojo” un año, entre el 5 de marzo de 1938 y el 28 de marzo de 1939.
4 Estuvo destinado en la Comandancia Gral. de Artillería del Ejército de Extremadura, acantonado por entonces en la localidad toledana de Los Yébenes, en la comarca de los Montes de Toledo.
5 Archivo del Tribunal Territorial Militar I, de Madrid, nº de expediente 36.194.
6 Como los alcaldes franquistas de Los Yébenes, el maestro Toribio Pedraza, y de Navahermosa, Marcial Aguilera. También hablaron a su favor el médico falangista de Los Yébenes, Olegario Zamora, Dª Vicenta Villegas, cuyo marido había sido asesinado por milicianos del Frente Popular, o Lucas Manzano, hijo de otro asesinado por frentepopulistas, al que Lafuente, para protegerle, nombró como su chófer personal.
7 Los detalles del paso de Lafuente por el Ejército Republicano y del proceso al que fue sometido por los franquistas pueden leerse en: Pedro María Corral Corral, «Marcial Lafuente Estefanía, el Ángel Rojo de Chamartín de la Rosa», Acotaciones de un escribiente (blog), 24 de octubre de 2020, https://pcorralcorral.blogspot.com/2020/10/marcial-lafuente-estefania-el-angel.html. Véase también: Tatiana G. Rivas, «El PP pide una placa para Marcial Lafuente Estefanía, “el ángel rojo” de Chamartín», ABC, 5 de febrero de 2019, sec. ABC Madrid, https://www.abc.es/espana/madrid/abci-pp-pide-placa-para-marcial-lafuente-estefania-angel-rojo-chamartin-201902050158_noticia.html. Y: Israel Viana, «Marcial Lafuente Estefanía: un “ángel rojo” en Chamartín contra las checas republicanas», ABC, 13 de febrero de 2019, sec. Madrid, https://www.abc.es/espana/madrid/abci-marcial-lafuente-estefania-angel-rojo-chamartin-contra-checas-republicanas-201902130036_noticia.html.
8 Primeramente en la cárcel madrileña llamada de Porlier, por haberse establecido en 1936 en el colegio Calasancio de la calle general Díaz Porlier. Oficialmente era la Prisión Provincial de Hombres nº 1, de triste recuerdo por las “sacas” de presos que acabaron asesinados en Paracuellos del Jarama. En el año 44 se clausuró, siendo devuelto el edificio a los Escolapios. Más adelante Marcial Lafuente fue trasladado a la prisión de Ocaña (Toledo).
9 La primera novela que publicó, aparecida en 1942, fue “La mascota de la pradera”, en la colección Biblioteca Aventuras (nº 78) de la madrileña editorial Mariscal (no Marisal ni Maisal, como hasta ahora se ha publicado en distintos medios), bajo el pseudónimo de Dan Lewis. “El PX 21” se publicó bajo el pseudónimo de T. S. Stephan, también en editorial Mariscal.
10 Véase: León-Sotelo, «Escritor famoso y hombre desconocido», Blanco y Negro, 1 de marzo de 1978, https://www.abc.es/archivo/periodicos/blanco-negro-19780301-44.html.
11 VV. AA., «María Luisa Beorlegui», en Biblioromance, s. f., https://biblioromance.es/Maria-Luisa-Beorlegui.php.
12 Véase: Ana Baena, «El western con sabor vigués», Atlántico, 10 de febrero de 2014, https://www.atlantico.net/articulo/vigo/western-sabor-vigues/20090216145029056589.html. También: M.L.Estefanía. Galicia máis Oeste que nunca, Documental, 2012, dir. por José Ballesta.
13 Editorial Bruguera (desde 1910 hasta 1940 se llamó ediciones El Gato Negro), llegó a tener sucursales en Bogotá, Buenos Aires, Caracas, México D.F., Panamá y Quito. Quebró en 1986 siendo comprada por el antiguo Grupo Z, que la reconvirtió en Ediciones B. Resucitó como Bruguera entre 2006 y 2010. Durante toda su historia y sus distintas denominaciones mantuvo el logotipo del gato negro.
14 Josep Mengual Català, «Los bolsilibros de Bruguera, antecedentes y secuelas», Negritas y cursivas, libros e historia editorial (blog), 26 de agosto de 2020, https://negritasycursivas.wordpress.com/2020/08/26/los-bolsilibros-de-bruguera-antecedentes-y-secuelas/. Véase también: Nicolás Solvanin, «Marcial Lafuente Estefanía», Bolsilibros Bruguera (blog), 7 de noviembre de 2011, https://web.archive.org/web/20140720121753/http://bolsilibrosbruguera.wordpress.com/marcial-lafuente-estefania/. Y https://bolsilibrosmemoriablog.wordpress.com/2016/05/26/marcial-lafuente-estefania-en-africa/
15 Jacinto Antón, «¡Bang!: pistoleros de tercera, ventas de primera», El País, 18 de julio de 1999, sec. Cultura, https://elpais.com/diario/1999/07/18/cultura/932248803_850215.html. También: Ramón Charlo Ortiz-Repiso, «Marcial Lafuente Estefanía y sus compañeros: los escritores de la novela del oeste», en La novela popular en España (Madrid: Robel, 2001), 113-42. Del mismo aut., Ramón Charlo Ortiz-Repiso, La novela popular en España, Bibliofilia 5 (Sevilla: Universidad de Sevilla, 2013), https://editorial.us.es/en/detalle-libro/719413/la-novela-popular-en-espana. Y Asterio Llorente Quintana, «La Novela del Oeste de Marcial Lafuente Estefanía» (Madrid, Universidad Nacional de Educación a Distancia, 1994). También en prensa, Julián Díez, «El mejor escritor del Oeste era español», El Mundo, 1 de abril de 2007, sec. Magazine, https://www.elmundo.es/suplementos/magazine/2007/39/1175189255.html.
16 Mar Mato, «El vaquero Estefanía cabalga en el cine», El Faro de Vigo, 6 de mayo de 2012, https://www.farodevigo.es/sociedad/2012/05/06/vaquero-estefania-cabalga-cine-17661151.html.
17 César Combarros, «Lafuente Estefanía, el rey del wéstern que renació en Gredos», Diario de Ávila, 11 de junio de 2023, sec. Cultura, https://www.diariodeavila.es/noticia/ze53f947e-da1c-5706-c160fc8c1c07371d/202306/lafuente-estefania-el-rey-del-western-que-renacio-en-gredos.
18 Colaboradores de Wikipedia, «Marcial Lafuente Estefanía», en Wikipedia, La enciclopedia libre, 20 de abril de 2024, https://es.wikipedia.org/wiki/Marcial_Lafuente_Estefan%C3%ADa.
19 Cesar Benedicto Callejas Hernández, «Marcial Antonio Lafuente Estefanía», en Diccionario Biográfico Electrónico de la Real Academia de la Historia (Madrid: Real Academia de la Historia, s. f.), https://dbe.rah.es/biografias/11536/marcial-antonio-lafuente-estefania.
20 César Combarros, «Los secretos de un Marcial L. Estefanía que jamás pisó el Oeste», s. f., https://www.lanuevacronica.com/lnc-culturas/los-secretos-de-un-marcial-l-estefania-que-jamas-piso-el-oeste_139340_102.html.
21 Alejandro García Pileno, «Manolo Cerdán: “Marcial Lafuente Estefanía fue como un padre para mí”», Cadena SER (blog), 13 de junio de 2023, https://cadenaser.com/castillayleon/2023/06/13/manolo-cerdan-marcial-lafuente-estefania-fue-como-un-padre-para-mi-ser-avila/.
22 El País, «Las novelas de Marcial Lafuente Estefanía seguirán publicándose después de la muerte de su creador», El País, 9 de agosto de 1984, sec. Cultura, https://elpais.com/diario/1984/08/09/cultura/460850401_850215.html.