María Antonia Liz Díaz nació en Huelva en el año 1885. A pesar de su origen y de haber ejercido el magisterio durante años en Sevilla, su vida profesional estuvo ligada estrechamente a Castilla-La Mancha. Primero a Ciudad Real, donde obtuvo el nombramiento de Maestra Nacional en el año 1908 y, más tarde a Méntrida (Toledo), destino en el que se jubiló en el año 1953. 

En 1910 pidió a la JAE una pensión para viajar por Francia, Bélgica, Suiza e Italia. Al año siguiente realizó dicho viaje, gracias al que pudo conocer escuelas de Burdeos, París, Bruselas, Ginebra, Turín y Milán, entre otras ciudades. Principalmente conoció parvularios -su interés principal y su especialización en el magisterio- pero también visitó escuelas de primaria y normales de maestras. En sus viajes, acompañada por su hermana, aprendió mucho de la práctica docente en estos países según manifestó ella misma, aunque también reconocía que no era demasiada la ventaja en algunos aspectos. Llama la atención en este sentido, lo que manifestaba sobre las escuelas belgas: “…dentro de nuestro atraso tenemos mejor base para reformar la enseñanza que en Bélgica. El personal de estas escuelas en Bélgica no es de lo más exigido” (Carta dirigida a José Castillejo, 7-8-1911). 

Tras la Guerra Civil, sufrió la represión del Franquismo que la inhabilitó para el ejercicio de cualquier cargo directivo o de confianza en octubre de 1941. En 1943 estaba destinada en Cuenca (Escuela Espeñola, 28-1-1943). Dicha condena pesó sobre ella hasta el mismo año de su jubilación. El 24 de junio de 1953 se publicaba la Orden Ministerial que dejaba sin efecto el anterior expediente de depuración. 

Obra

• Memoria presentada a la JAE bajo el título Organización de las escuelas de párvulos en Francia, Bélgica, Suiza é Italia, 1911. 

Imagen: Boletín Oficial de Estado, Madrid (24-6-1953).