María Carrillo Moreno nació en Toledo el 14 de octubre de 1919. Los primeros años de su vida transcurrieron en esta ciudad, pero diversos avatares de su familia la alejaron de ella. Esta toledana fue conocida como Mary Carrillo y está considerada como una de las grandes actrices españolas del siglo XX. En ningún momento renegó de su origen. Al contrario. En su libro de memorias Sobre la vida y el escenario (Martínez Roca, 2001) escribió Mary:
El que nace en Toledo, nace en el mundo. Constantinopla, Atenas, Roma y Toledo son las cuatro antorchas mediterráneas clavadas en el camino de la cultura y que señalan los puntos que han servido de transformación del saber humano.
Los trabajos del padre la llevaron por varias ciudades hasta recalar en Barcelona donde, en 1929, actuó por primera vez en teatro con una compañía de aficionados en una obra que sería premonitoria: Marianela. Pero fue en el Teatro Rojas de Toledo donde debutó profesionalmente en los primeros años de la Segunda República. Gracias al magisterio de grandes intérpretes como Hortensia Gelabert, Josefina Díaz Artigas o Manuel Collado fue afianzándose en la escena madrileña.
Contrajo matrimonio con el actor, director y traductor Diego Hurtado el 27 de diciembre de 1937 en La Habana, donde estaban de gira. Entró con esta relación en el mundo de Jacinto Benavente. El esposo, su padre y sus hermanos fueron la auténtica familia que protegió al Premio Nobel en los últimos años de su vida. Mary y Diego tuvieron tal intimidad con él, que fue el padrino de sus hijas. El matrimonio formó compañía en varias ocasiones y llegaron a ser empresarios de teatros madrileños como el Club y el Valle Inclán, ambos desaparecidos.
El director y empresario José Tamayo la contrató como una de las primeras actrices de su Compañía ‘Lope de Vega’. Con ella logró Mary algunos de los grandes personajes de su vida en títulos como Los intereses creados, 1952; La alondra, 1954, Diálogo de Carmelitas, 1954 o La vida es sueño, 1955.
Después interpretaría algunos de los grandes textos del repertorio: La embustera, 1961; Acreedores, 1962; ¿Quién teme a Virginia Wolf?,1966 o La mamma, 1972. En el cine, rodó a las órdenes de Pedro Almodóvar Entre tinieblas, 1983.
La leyenda de Mary se engrandeció con los papeles que le escribió Antonio Gala: Los buenos días perdidos, 1972; Por qué corres, Ulises, 1975 y La vieja señorita del Paraíso, 1980. Otra de sus grandes creaciones teatrales fue con La casa de los siete balcones, 1989, que fue también uno de sus últimos montajes.
Debutó en el cine el año 1940 como protagonista de Marianela, dirigida por Benito Perojo. Rodaría cuarenta películas, entre ellas algunos de los títulos más importantes de la cinematografía española:
- El pisito, 1958 (ver trailer)
Estás viendo un contenido de marcador de posición de Youtube. Para acceder al contenido real, haz clic en el siguiente botón. Ten en cuenta que al hacerlo compartirás datos con terceros proveedores.
- Nueve cartas a Berta, 1966;
- Las secretarias, 1969;
- Las truchas, 1978;
- El crimen de Cuenca, 1980; La colmena, 1982 o
- Los santos inocentes, 1984.
La detección de una sordera incipiente marcó el final de su carrera. Fue consciente de que, para una actriz, perder este sentido era dramático. Y comenzó su despedida del cine y del teatro.
José Luis Alonso de Santos le escribió la comedia para su despedida de la escena: Hora de visita. Se estrenó el 27 de octubre de 1995 en el Centro Cultural de la Villa, de Madrid. Con ella recorrió España en los meses siguientes, recibiendo el cariño de un público entregado a su arte. Su despedida del cine se produjo con la película Más allá del jardín, 1996, de Pedro Olea. Por ella recibió el Premio Goya a la mejor actriz de reparto.
A lo largo de su carrera obtuvo casi todos los premios y galardones que se otorgan a los artistas españoles: Nacional de Teatro (1949 y 1961), Medalla de Oro del Círculo de Bellas Artes (1948 y 1982), Premio de la Unión de Actores y la Medalla de Oro al Mérito en las Bellas Artes, 1982.
Ya retirada por la sordera, también haría su aparición el Alzheimer, contribuyendo a su apartamiento definitivo de la vida social. Sus hijas fueron las encargadas de cuidar tanto a Mary como a su esposo hasta el final de sus días. Diego Hurtado falleció en 2008 a los 93 años. De las cuatro hijas de la pareja, Paloma, Teresa y Fernanda se dedicaron a la interpretación si bien, en los últimos años, están bastante apartadas de ella.
Sobre ella escribió Antonio Gala en el libro antes citado: “Puedo afirmar que ninguna mujer en el teatro ha visto ante mí tan clara, tan rápida, tan profundamente un personaje y la tarea que le correspondía”.
Mary Carillo murió el 31 de julio de 2009.