Nació el 24 de agosto de 1892 en San Sadurní de Noya (Barcelona), donde su padre, también llamado Miguel y también maestro de profesión, estaba destinado desde el mes de febrero de ese mismo año, trasladado desde la localidad tarraconense de Montroig. Falleció en la ciudad mejicana de Tijuana (Baja California) el 26 de septiembre de 1975.
Estudió Magisterio en las Escuelas Normales de Huesca y Madrid. Por Real Orden del 25 de junio de 1915 fue destinado como profesor de Historia en la Escuela Normal de Maestros de Guadalajara, iniciando así su andadura por tierras alcarreñas, junto a su hermano Modesto, nombrado al mismo tiempo profesor de Física, Química, Historia Natural y Agricultura en la misma Escuela.
Miguel Bargalló en Guadalajara
Desde que se instaló en la ciudad arriacense, el profesor Miguel Bargalló desarrolló una intensa actividad que acabó convirtiéndole, en muy pocos años, en una de las personalidades más activas y destacadas de la provincia durante el primer tercio del siglo XX.
En 1918 ingresó en el Sindicato de Oficios Varios de UGT, única organización sindical de la provincia que acogía a socialistas, comunistas, anarquistas y republicanos. Al año siguiente se afiliaba a la Agrupación Socialista de Guadalajara, que en 1879 había sido pionera en la constitución del PSOE pero que había tenido que ser reconstruida en 1912. Gracias a él, que la presidió entre 1927 y 1931, y a Marcelino Martín, la Agrupación creció extraordinariamente. Personalmente, Miguel Bargalló asistió como delegado al XII Congreso del PSOE, donde fue ponente en las Comisiones de Enseñanza y de la Editorial Pablo Iglesias, y al Congreso Extraordinario de 1931, donde formó parte de la Comisión que sentó las bases del programa constitucional del partido socialista.
Miguel Bargalló fue concejal del Ayuntamiento de Guadalajara entre 1924 y 1928, volviendo a ser elegido en las elecciones municipales del 12 de abril de 1931 que trajeron la Segunda República. Ese mismo mes de abril fue nombrado vicepresidente de la Comisión Gestora que se hizo cargo de la Diputación, y que tenía a Enrique Riaza como presidente. Y en el mes de junio fue elegido diputado para las Cortes Constituyentes por la circunscripción alcarreña, después de que Eduardo Ortega y Gasset renunciase a su acta por Guadalajara. Formó parte del Tribunal de Responsabilidades, nombrado por las Cortes Constituyentes de la República, para ver la causa sobre las derivadas del golpe de Estado de 13 de septiembre de 1923 y de los actos políticos de la Dictadura, instruida por la subcomisión primera de la comisión de Responsabilidades.
En el Congreso de los Diputados se hizo notar en los debates sobre asuntos pedagógicos, como el que trató de la enseñanza en Cataluña según quedaba establecida por el Estatuto catalán; no en vano en noviembre de 1931 había sido nombrado director de la Escuela Normal de Guadalajara. Porque su activismo político nunca le hizo desentenderse de su vocación pedagógica. Durante su estancia en Guadalajara impartió cursillos de Historia del Arte, breves ciclos de conferencias destinados a ampliar los conocimientos reglados, y formó parte del equipo que se hizo cargo de la Revista de Escuelas Normales, que dirigía su hermano Modesto, desde 1922 hasta que se trasladó la redacción en 1928.
Ese mismo año asistió al congreso que celebró en Gotemburgo la SAT (Sennacieca Asocio Tutmonda-Asociación Esperantista de Trabajadores), una organización fundada en Praga en 1921 de carácter internacionalista e izquierdista, recogiendo sus impresiones en un artículo titulado “Sensibilidad bolchevique. Apostillas a un Congreso de esperantistas” que fue publicado en El Socialista el 20 de septiembre de 1928.
Además, fue uno de los promotores de la logia Arriaco de Guadalajara, la única documentada en la provincia durante todo el siglo XX. Miguel Bargalló se inició formalmente en la masonería el 8 de abril de 1925 en la logia Triunfo de Madrid, integrando con Miguel Benavides Shelly y Marcelino Martín el triángulo masónico arriacense, que levantó la logia Arriaco en 1927.
Al comenzar la Guerra Civil continuó residiendo en Guadalajara y siguió al frente de la Escuela Normal alcarreña hasta que cesó de su cargo, a petición propia, el 17 de septiembre de 1936; pero siguió viviendo en la zona Centro, pues en abril de 1937 aparecía como Vocal del Tribunal de oposición para el ingreso en la Escuela Normal 2ª de Madrid. Finalmente, el 15 de junio de 1937 se le concedió el traslado, en comisión de servicios, a la Escuela Normal de la Generalitat de Cataluña, de la que fue nombrado director el 5 de diciembre de 1938, cuando las tropas franquistas ya amenazaban a la capital catalana.
No tenemos datos suficientes para documentar el papel que, indudablemente, jugó Miguel Bargalló en la experiencia pedagógica de los Institutos para Obreros, centros educativos destinados a hijos de la clase trabajadora que, avalados por CNT y UGT, ingresaban en régimen de internado después de una dura selección para cursar el bachillerato, superando dos cursos lectivos cada año, y acceder a la Universidad para forjar los cuadros dirigentes de un futuro que nunca llegó. De los cuatro Institutos para Obreros, dos estaban en la provincia de Barcelona, en la Ciudad Condal y en el Sabadell que Miguel Bargalló conoció de niño, y el de Madrid estaba dirigido por su amigo Marcelino Martín del Arco.
Miguel Bargalló en México
Acabada la Guerra Civil, se vio obligado a exiliarse pues fue acusado de “masón y gran propagandista, inspirador e inductor de los asesinatos cometidos en Guadalajara” durante los primeros meses de la Guerra Civil. Desde Francia, embarcó en el Sinaia que, junto con su hermano Modesto y su familia, les llevó a México donde, como tantos otros españoles trasterrados, continuó desarrollando una importante tarea cultural y pedagógica.
Mientras su hermano Modesto permanecía en la capital federal, Miguel Bargalló marchó al Estado de Tijuana con otros alcarreños, como su sobrina María Luisa Bargalló, profesora de química, y el también alcarreño Aurelio Magro, que había sido Inspector de Hacienda y que en tierras americanas creó una Academia de Cultura en donde se impartían estudios mercantiles, cálculo y contabilidad.
Miguel Bargalló y Laureano Sánchez Gallego inauguraron el Centro Escolar de Agua Caliente donde, por primera vez en el Estado de Tijuana, se impartieron clases de las diversas materias correspondientes a la enseñanza de las humanidades en los niveles medio y medio superior. Él daba clases de geografía, lógica, ética, psicología y francés, y por las tardes acudía, de forma altruista, a enseñar en la escuela preparatoria. Además, fue fundador y profesor del Instituto Tecnológico Industrial de Tijuana. Una labor educativa que hoy se sigue reconociendo y recordando en México.
Murió en Tijuana el 26 de septiembre de 1975.