Nació en Manzanares (Ciudad Real) el 28 de diciembre de 1916 y falleció en La Solana (Ciudad Real) el 28 de diciembre de 2013. Desde muy joven sintió inquietud por la lectura, y de ahí su afición a escribir. También por la poesía, sobre todo por los poetas clásicos; entre sus favoritos, siempre Antonio Machado, como también García Lorca o Juan Ramón Jiménez.
Colaboró en publicaciones locales hasta que en los años cuarenta hizo su primera crónica para el diario Lanza, de Ciudad Real, y en el que no dejó de escribir hasta casi el final de su vida. En ese tiempo, residiendo ya en La Solana donde se casó y formó una familia, empezó a colaborar en periódicos como diario Madrid, La Vanguardia, de Barcelona, diario Pueblo, de Madrid y en otros medios de tirada nacional tales como el semanario Dígame o los periódicos Arriba, ABC, Ya… Es corresponsal en varios de ellos, así como en las agencias informativas Cifra, Pyresa, Europa Press, Fiel, Logos o EFE, que enviaban sus crónicas sobre La Mancha, sus pueblos, sus costumbres y tradiciones, su historia, sus paisajes y su paisanaje a diarios de provincias como Ideal, de Granada, Jornada, de Valencia, Diario de Navarra, o La Nueva España, de Oviedo.
Miguel García de Mora era un apasionado del periodismo. Lo vivía día y noche. En los años sesenta, su faceta de escritor (él nunca dijo que era escritor, le parecía una palabra demasiado importante) llegó hasta el Diario de Caracas, adónde enviaba sus crónicas, que publicaban bajo el título “Desde un lugar de La Mancha”. También su firma apareció en revistas de ámbito nacional como Semana, Ama, Caza y Pesca, Trofeo, así como en otras provinciales, como Amigos de los Castillos, La Voz de Villahermosa, o el semanario Puerta de Madrid, de Alcalá de Henares, etcétera. Siempre sobre temas relacionados con la región manchega, exaltando sus lugares, monumentos, turismo…
Solía escribir a diario, sin fallar. Cuando volvía de su trabajo como contable en una empresa de La Solana, se ponía ante la máquina de escribir, y le podía dar las 12 de la noche terminando crónicas; el intervalo de tiempo de comer y volver al trabajo a las 5, lo aprovechaba por supuesto para seguir escribiendo o ir a que un fotógrafo le hiciera el revelado de unas cuantas fotografías. Las cartas a los distintos medios tenían que salir a las 6 de la tarde en el coche del correo a Manzanares para llevarlo al ferrocarril. Muchos sábados y domingos se desplazaba a visitar pueblos, lagunas de Ruidera, o a jornadas de caza. Cuando llegó el fax le alegró, pues así algunas crónicas las podía enviar con mayor rapidez. El ordenador no iba con él. Jamás lo tocó.
Él era también un clásico. En Navidad, Ferias o Semana Santa, los ayuntamientos de muchos municipios le solían pedir una colaboración para sus publicaciones festivas. En prosa o en verso, siempre hacía algún artículo o poema para sus páginas. ¿Poeta? Sí, en ratos encontrados, cosa difícil, le llamaba la poesía. Hizo unos cientos de poemas, sobre todo para Lanza y esas revistas de pueblos. A un hombre del campo, a una Virgen, a la mujer manchega… O unos sonetos a Santa Teresa de Jesús. Dejó muchas obras inéditas como novelas empezadas, cuentos, ensayos… Si se hubiera dedicado por completo a escribir, su archivo, sin duda, sería extensísimo.
En los años 70 lo llamaron de una agencia informativa de Madrid para, en unión de una señorita fotógrafa, acompañar en autocar a una expedición de suizos, japoneses y finlandeses recorriendo La Mancha durante quince días. Se le llamó “La gran aventura de La Mancha”. Naturalmente, escribió crónicas desde todos los lugares.
Fue pregonero en muchas ocasiones en pueblos y ciudades, también hizo prólogos para escritores y poetas. Un director de un periódico madrileño dijo de él que era “el pregonero de La Mancha”, gesto que agradeció. En ocasiones, cuando había cortes de luz y se encontraba escribiendo, como tardara mucho la avería, ponía unas velas y quinqués sobre la mesa camilla donde escribió toda su vida; nunca tuvo en casa despacho ni nada parecido, escribía con la familia alrededor, y con frecuencia con la radio encendida y el televisor cuando llegó a comienzos de los 70.
Hablando de la radio, una emisora de Valdepeñas hacía un programa semanal dedicado a noticias y actualidad local y provincial, y en él solían leer crónicas suyas. Participó en numerosos certámenes literarios obteniendo diversos premios, algunos de los cuales relacionamos a continuación:
- Primer premio Internacional Turismo de “La Mancha”; Madrid: años 1971, 1972 y 1973.
- Segundo premio Donoso Cortés, Badajoz
- Medalla de bronce (con un trabajo sobre El Cid) – Burgos.
- Premio en Requena (Valencia) con un trabajo sobre la vendimia
- Tercer premio en el Concurso nacional periodístico sobre el vino de Barcelona; y accésits, en catorce años.
- Primer premio (sobre Cervantes) – Alcázar de san Juan.
- Primer premio (artículos) – Argamasilla de Alba.
- Primer premio (ensayo) – Argamasilla de Alba.
- Primer premio (ciencia ficción) – Argamasilla de Alba.
- Varios premios (segundos y terceros) por artículos y ensayos, en La Solana
- Segundo premio “Prelado”. – Ciudad Real (desierto el primero.)
- Tercer premio, con un artículo sobre el queso) – Ciudad Real.
- Premio periodístico de Tomelloso (compartido con Fernando Ónega)
- Primer premio (sobre la Fiesta del Olivo) – Mora de Toledo (y un par de años antes, el tercer premio.)
- Primer premio “Villa de Madridejos (Toledo)
- Mención en el concurso poético de Valdepeñas
- Finalista en el premio internacional de Turismo “Meliá”. Madrid; (con Francisco Torres – material gráfico -)
- Segundo premio en el Certamen de ensayos sobre el Campo de Montiel – Montiel
- Diversos premios de agencias periodísticas de Madrid: “Al Mejor”, “A la noticia más curiosa” “A la constancia”, etcétera.
- Premio de poesía en Alcalá de Henares; (Concurso sobre el poeta manchego José Chacón.)
- Sus hijos Gloria y Luis Miguel han editado tres libros suyos, a título póstumo:
- Cuentos y relatos de ayer y de siempre (2016).
- Poesía en La Mancha (2019).
- 120 artículos, 120 aniversario del diario ABC (2023).