“Imagen de Muniussir en su estancia en Almagro”, Martínez Carrión, “Muniussir, el militar residente en Almagro que favoreció la creación del Museo del Prado”, Lanza, 23-11-2019, https://www.lanzadigital.com/. Consulta 10-10-2024.

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Nicolás Miniussir y Giorgeta
Trieste (Italia).
1794 -
Valencia.
1868.
Militar.

El mariscal de campo y héroe de Waterloo (1815) Nicolás Miniussir y Giorgeta se convirtió, gracias a la desamortización de bienes eclesiásticos, en uno de los principales propietarios de Almagro a mediados del siglo XIX.

Nicolás Miniussir era, al inicio de la década de los cuarenta del siglo XIX, uno de los principales terratenientes de Almagro y de la provincia de Ciudad Real. El héroe de Waterloo, batalla que puso fin en 1815 al sueño napoleónico, llegó a Almagro en 1839 atraído por la subasta de propiedades de los conventos y monasterios desamortizados. Invirtió un millón y medio de reales en la compra de casas, fincas de todo tipo, bodegas y molinos. Cuñado del general Torrijos, amigo de Álvarez Mendizábal y del general Espartero, fue un liberal demócrata y progresista convencido durante toda su vida.

Miniussir tuvo residencia fija en Almagro durante más de veinte años. No se conoce exactamente donde residió, pero sí que era propietario de casas en las calles Roldanes, La Prensa y Carranque. Y, sobre todo, de la casona de la Tercia, un enorme edificio donde la Mesa Maestral de la Orden de Calatrava almacenó durante siglos todo tipo de cereales, vinos, aceites y otros productos. Se tiene constancia que intentó alquilar al conde de Valdeparaiso su palacio, ubicado en la histórica calle Bernardas, pero sin éxito.

Nicolás de Miniussir fue un héroe militar. Nació en Trieste, entonces bajo dominio del imperio austrohúngaro. Cuando este territorio cayó en poder de Napoleón en 1810, Miniussir se refugió en España, donde fue admitido en su ejército con el grado de teniente. Aquí desarrollaría toda su carrera militar. Durante la Guerra de la Independencia participó en las campañas militares de Andalucía, La Mancha y Extremadura, donde conoció al general español Miguel Álava, mano derecha del general británico Wellington. Desde entonces y hasta la batalla final de Waterloo estos tres personajes fueron inseparables. Su conocimiento de idiomas, sobre todo el alemán, facilitó que Miniussir fuera la persona de contacto idóneo entre los británicos y el ejército prusiano en Waterloo.

Tras el exilio de Napoleón, Miniussir, junto al general Álava, fue decisivo a la hora de recuperar del museo del Louvre de París centenares de obras de arte que el ejército napoleónico había expoliado de España. Apoyado por dos centenares de soldados británicos prestados por Wellington, Miniussir logró sacar los cuadros del Louvre y devolverlos a España. Hoy están en el Museo del Prado.

En pleno Trienio Liberal (1820-1823), Miniussir fue nombrado fiscal de la capitanía general de Castilla la Nueva. Se opuso a la invasión de los Cien Mil Hijos de San Luis, por lo que tuvo que exiliarse a Gran Bretaña, al amparo de sus amigos y superiores Álava y Wellington. Tras la muerte de Fernando VII regresa a España y se incorpora al ejército isabelino durante la primera guerra carlista, asumiendo el mando de varios regimientos que operaban en Andalucía y La Mancha. En tierras manchegas combatió a conocidos guerrilleros carlistas como ‘Orejita’ o el temible Vicente Rugeros, ‘Palillos’, natural de Almagro. Miniussir fue uno de los mandos realistas que rompió el cerco carlista y entró en Bilbao junto al general Espartero.

En 1837 fue nombrado comandante militar de la provincia de Ciudad Real, uno de los territorios más asolados por las guerrillas carlistas. En una acción en Valdepeñas fue herido de gravedad, por lo que ya no se incorporaría al ejército hasta 1840 como brigadier de Andalucía.

En 1839, Miniussir se instala en Almagro. El ministro Juan Álvarez Mendizábal le aconsejó que participase en las subastas de tierras y edificios desamortizados a las órdenes religiosas en la entonces capital del Campo de Calatrava. Siguió su consejo e invirtió más de un millón y medio de reales en la compra de tierras, bodegas, almazaras, molinos y casas procedentes del antiguo convento universidad de los dominicos de Almagro, así como de las monjas franciscas, de los agustinos y de la Mesa Maestral de la Orden de Calatrava.

La administración de estas propiedades obligó a Miniussir a establecerse en Almagro, donde permanecería durante más de veinte años, entre 1839 y 1861. Aquí trajo a su compañera sentimental, Sofía K Jermaschil, y aquí criaron a su hijo César. Estaba casado con María del Carmen Torrijos, hermana del famoso general liberal Torrijos, fusilado en las playas de Málaga en 1831 por intentar un golpe de estado contra el absolutista Fernando VII. Miniussir y Carmen Torrijos vivieron separados, ella en Madrid y él en Almagro.

Miniussir, enriquecido por su inversión en tierras, arrendaba periódicamente sus fincas y casas de Almagro. Se sabe que en 1843, por ejemplo, arrendó parte de sus tierras por un periodo de cinco años y por un importe anual de nueve mil reales. En 1845 vuelve a arrendar sus tierras por un importe superior y en 1851 se tiene constancia de que Miniussir pide un crédito a su hermano, Jacobo, que avala con sus propiedades de Almagro. En 1866 ese crédito está ya amortizado y Miniussir recupera el control total de sus propiedades.

En 1841, Miniussir se mantiene leal a Espartero y le ayuda a sofocar varios intentos de pronunciamientos, entre ellos el de los generales O’Donnell y Diego de León. En 1842 fue nombrado de nuevo comandante general de la provincia de Ciudad Real. Al cese de este cargo, Miniussir pasó a la situación de cuartel y no regresó a la actividad en el ejército, lo que aprovechó para viajar por el extranjero, aunque siempre regresaba a Almagro.

En 1854, Miniussir se ofrece al general Espartero, quien había sido nombrado primer ministro, pero quien fue su amigo durante muchos años rehúsa su ofrecimiento y Miniussir, decepcionado vuelve a refugiarse en Almagro. Espartero no recibió a Miniussir, pero, a cambio, le concedió la Cruz de Isabel la Católica, así como la Cruz de San Hermenegildo, y la antigüedad de Mariscal de Campo desde el año 1843

Retirado en Almagro, en 1855 cae enfermo afectado por la epidemia de cólera que asoló la provincia de Ciudad Real, especialmente Almagro. Tras restablecerse del cólera sufre en Almagro un derrame cerebral, que le provocó una parálisis parcial de su cuerpo y que lograría superar. En 1858, el periódico de corte liberal La Iberia anunciaba que Miniussir había regresado a Almagro “pueblo de su habitual residencia, después de haber pasado un año en el extranjero; el general Miniussir regresa muy restablecido de su salud. Lo celebramos mucho”. La prensa también se hace eco de los viajes de Miniussir al balneario salmantino de Ledesma. Así lo cuenta La iberia:

“Marchó nuestro amigo el señor general Nicolás Miniussir a Salamanca y de allí para los baños termales de Ledesma. Deseamos que puedan serle provechosos para la total curación de la hemiplejia que padece de resultas del ataque apopléjico que tuvo el año pasado, hallándose en su casa de Almagro”.

En setiembre de 1861, el gobierno autoriza a Miniussir a viajar a Valencia, donde reside su hijo César, para reponerse de su salud, que sigue siendo muy delicada. El mismo periódico La Iberia se hace eco de la noticia:

“Ha salido de Almagro para Valencia el consecuente liberal, distinguido general don Nicolás Miniussir, a quien se le ha concedido real licencia por término de un año, con objeto de atender a su quebrantada salud. Deseamos que el benigno clima de Valencia sirva a nuestro amigo para mejorar aquella constitución antes tan vigorosa y, hoy, merced a los largos padecimientos, dolorosamente debilitada”.

En 1863, a sus 69 años, el gobierno le concede el pase a la situación de exento de servicio, con residencia en Valencia y con un sueldo anual de 400 escudos. El 5 de mayo de 1868, a los 74 años, fallece en la capital levantina, donde al día siguiente es enterrado en el cementerio municipal, donde aún se conserva su tumba.

Antes de su fallecimiento, en 1865, Miniussir otorga una serie de cartas de donación a favor de su hijo César de varias propiedades en Almagro, entre ellas huertas, olivares, la casa de la calle Roldanes, y varias eras. César invirtió parte de esta herencia en construir una almazara de aceite y en arreglar la casa de la Tercia.

Fuentes y bibliografía:

  • Fondo Arcadio Calvo. Archivo Histórico Municipal de Almagro.
  • Miniussir y Giorgeta, Nicolás. Mariscal de Campo y origen de los Giorgeta de Valencia’. Blog de Francisco Coloma Colomer e Isabel Saiz Giorgeta, descendiente del mariscal.
  • Ildefonso Arenas, “Álava en Waterloo”, Narrativas históricas, Edhasa. 2012.
  • Francisco José Martínez Carrión, Nicolás Miniussir y Giorgeta, el héroe de Waterloo que se instaló en Almagro a mediados del siglo XIX”, Arte y pensamiento, Campo de Calatrava, Almagro, nº 5 (2014).
  • Boletín Oficial de la Provincia de Cáceres (1840 y 1841).
  • El Católico, periódico conservador de Madrid (1844).
  • El Clamor Público, diario de Madrid (1847).
  • Crónica Científica y Literaria (1820). Revista mensual ilustrada de Madrid.
  • Eco del Comercio, Madrid (1835, 1836, 1838 y 1841).
  • El Espectador, Madrid (1822).
  • Gaceta de Madrid (1815 y 1844).
  • Gaceta de México (1815).
  • La Iberia, diario liberal de la mañana, Madrid (1855 a 1864).
  • La Revista Española, revista ilustrada de Madrid (1835 y 1836).

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