Pablo Ortiz Perona nació en Tomelloso el 3 de abril de 1960 y con apenas tres meses tuvo la polio y las secuelas le dejaron minusválido, lo que le supuso tener que enfrentarse a la vida afrontando una diversidad, con numerosas intervenciones quirúrgicas y una intensa relación con la salud. Seguramente esta lucha frente a la enfermedad durante toda su vida se reflejó en su carácter, no dándose nunca por vencido hasta que no conseguía lo que se proponía. Sus limitaciones físicas, aún siendo visibles no le impedían llevar una vida prácticamente normal.
Desde su infancia siempre tuvo un carácter decidido, honestidad y defensa de los valores de verdad y familia, valores que encarnó durante toda su vida, siendo “amigo de sus amigos” y desviviéndose por aquellas personas que compartían su vida con él, con inmensa generosidad.
El gran proyecto de su vida fue la revista Pasos. Pablo Ortiz Perona siempre quiso estar en contacto con la realidad y defender la verdad. Uno de sus principales anhelos fue el de llevar la verdad a la gente y no depender de instituciones públicas para publicar con libertad. En la revista Pasos desarrolló todas las funciones como redactor, comercial, maquetador, fotógrafo, director, impresor y cualquier perfil profesional –por supuesto empresario y editor– que fuera requerido para que una revista comarcal pudiera llegar a los lectores de una de las comarcas más importantes de Castilla-La Mancha, la de Tomelloso.
Sus limitaciones físicas no eran un problema para su curiosidad y su interés en casi todos los aspectos de la vida de Tomelloso. Era un niño extrovertido, bondadoso y con mucho ímpetu. Con carácter, amigo de sus amigos y muy familiar.
En su adolescencia se interesó por el periodismo y se dedicaría a ello durante toda su vida. Fundo en 1982 en octubre de 1982 su propia revista Pasos, así como unas jornadas culturales que fueron singulares en Tomelloso donde se han entregado más de 500 premios. Pablo siempre deseó ser un periodista con una ética profesional firme, luchador, humilde y siempre con ganas de aprender de sus compañeros de profesión. Hasta 1988 no fue director de la revista que fundó, en la que sobre todo ejerció la libertad de prensa.
Su capacidad crítica no tenía límites y quería siempre estar en contacto personal y humano con sus fuentes. Pablo fue ante todo una excelente persona y un gran conversador. Además, su vida ha sido su información y sin dejarse influir por nada ni por nadie. En busca de la verdad.
Por su profesionalidad no se dejó influenciar por movimientos políticos ni personajes, tocando todos temas de actualidad siendo veraz y trasparente. Cuando en Tomelloso no existían reconocimientos, creó los premios populares “PASOS”, que abarcaba la semana cultural donde se daban conferencias, presentaciones de libros, simposium de magia, mesas redondas. Pocos proyectos innovadores o interesantes en Tomelloso quedarían sin reconocer, gracias a un jurado de amigos de la revista Pasos, que contó la actualidad primero de Tomelloso y después de su comarca sin faltar nunca a su compromiso con los lectores y el máximo perfeccionismo con sus medios limitados.
Fue reconocido por su labor y premiado como “Tomellosero del año” por la Peña de Tomelloso en Madrid; Viñador en el ámbito de Cultura por el Ayuntamiento de la localidad; el titulo Socio de honor del grupo folclórico “Manantial del Vino” entre otros muchos.
A nivel personal he de añadir que conocí a Pablo mucho antes de ser consciente de su papel para la historia actual de Tomelloso, pues vivía con su madre “la Ufe”, una mujer entrañable, justo enfrente de la casa a la que nos habíamos mudado en el año 1991, en la Calle Hidalgo. Allí veía ir y venir a Pablo con las revistas y con sus cámaras, grabadoras, artilugios varios, y recuerdo desde un Seat 127. Pablo Ortiz formó parte de mi infancia de manera que apenas me daba cuenta, pero veía un periodista que hacía su trabajo.
Solo fue cuando ya llegué a la Universidad y cuando estuve en el Consejo Regional de la Juventud que tuve algo más de relación con Pablo, que me invitaba amablemente de jurado a los tan emblemáticos premios Populares y donde pude conocer a otros periodistas que aún hoy son amigos. A mí, Pablo me recordaba un poco a Unamuno, porque siempre estaba lamentando los errores de los jóvenes y destacando aquellos valores que se iban perdiendo. Él era infatigable, a quien lo conoció sabe que no se cansaba nunca. Disfrutaba con ilusión elaborando él cada revista, cosa que no deja de recordarme a Francisco Martínez Ramírez. Era una persona muy inteligente y viva, pero sobre todo un ser lleno de humanidad y amor por su trabajo y su pueblo.
Pablo Ortiz siempre tenía proyectos en el horizonte, publicó varios libros de carácter divulgativo y fue también editor, con su editorial Mancha Norte Editores teniendo numerosos proyectos en publicación. Todas sus obras se complementaban con una abundante colección de fotografías de la época y con numerosos epílogos realizados por diferentes escritores o políticos de la localidad, y fue capaz de publicar libros de autores como José María Arcos, Ángel Olmedo, Francisco Pérez o Santiago Arroyo Serrano, que estaban entre sus colaboradores. Entre sus publicaciones, con un tono periodístico y emotivo, se encuentran:
En El pulso de Tomelloso. Una historia cotidiana (1935-1975), publicado en 2007 construye una crónica de la ciudad de Tomelloso entre los años 1935 y 1975, complementada con una colección de fotografías de la época y con 13 epílogos realizados por diferentes escritores de la localidad.
Luces del tiempo en Tomelloso (2008), es una crónica de la ciudad de Tomelloso entre las décadas de 1930 a 1970; la obra se complementa con una abundante colección de fotografías de esos años, además de contar con un prólogo del profesor Lorenzo Sánchez López y con un epílogo de Ángel Olmedo Jiménez.
En El reencuentro (2012), crea una historia presente, ligada íntimamente a Tomelloso y a la idiosincrasia de sus gentes, mediante una ruta por las principales calles y vías públicas del municipio. El libro cuenta con numerosas ilustraciones y dibujos de María Concepción Lomas y Luciano González Casajuana, así como la fotografía de la Posada de los Portales, realizada por el fotógrafo Francisco Valenzuela, o la contraportada de esta publicación: un lienzo de Ezequiel Cano con una imagen nevada de la calle Independencia. En esta publicación Pablo Ortiz Perona muestra un lado emocional y un amor por su pueblo, Tomelloso. Era raro encontrar un diálogo sobre el que Pablo Pasos no tuviera algo que aportar. Esta obra, la más biográfica, que publicó en 2012 con una buena cantidad de imágenes. Abre el libro con una frase de Perón: “mejor es hace que decir, mejor que prometer es realizar”.
El cuarto lo tenía en borrador previsto para su presentación.
Pablo Ortiz defendió la comarcalización como elemento para el desarrollo, “hay que seguir uniendo a los pueblos, hay que hacer comarca”, siendo pionero en el reconocimiento de sus convenciones y la organización de unas jornadas culturales con gran nivel. Pablo Ortiz Perona vivió la vida con pasión y entusiasmo y abunda en la importancia del periodismo escrito y señala que es un pilar para la democracia y nunca nadie ha puesto límites o condicionantes a su trabajo.
Pablo se rodeó de un importante grupo de colaboradores que serían amigos con quienes le unía una forma de ver el mundo, pero sobre todo la posibilidad de un disenso amistoso. Además de su familia, que siempre le apoyó en su proyecto intelectual para llevar la verdad a las gentes, así como a promocionar la cultura y que Tomelloso creciera mucho, siempre con un carácter crítico e inconformista. Siempre quería ver a su ciudad en alza, y mirar el potencial de Tomelloso como ciudad.
La revista Pasos, que impulsó con muy pocos medios económicos y mucho esfuerzo, reflejó durante cuarenta años el proyecto intelectual y moral de Pablo Ortiz Persona, que podemos leer en las editoriales de cada revista –puesta a disposición gracias a la digitalización del Centro de Estudios de Castilla-La Mancha de la UCLM–, ha sido bien estudiada por Isidro Sánchez en el libro editado por Almud ediciones con el título Tomelloso y su prensa. (1903-2020). La revista Pasos tuvo las oficinas en el Barrio San Juan y de la Calle Oriente, aunque Pablo Ortiz tenía en muchos bares y espacios como lugar de trabajo y de largas conversaciones para realizar entrevistas y reportajes.
Publicación creada en 1982 por Pablo Ortiz, editada inicialmente por la Asociación Abierta de Minusválidos ASAM, fue el germen de lo que posteriormente sería la más conocida revista Pasos, que parece únicamente publicó un único número bajo la dirección de Alfonso Ropero Berzosa y que fue impresa en Angama (Ciudad Real), incluyendo poemas de Eladio Cabañero y Félix Grande. En Tomelloso fue conocido como “Pablo Pasos”, por su vinculación de casi cuarenta años con el medio de comunicación que fundó y que impulsó como uno de los referentes informativos de Tomelloso y de La Mancha, cuando no existía internet y con ansia toda la población esperaba las crónicas de Pablo y su equipo, por su sinceridad y autenticidad.
Como señala Isidro Sánchez en el libro ya citado sobre la prensa en Tomelloso:
“En 1989, el número 60 comenzó a ser publicado por el Colectivo Pasos de ASAM. En 1991, el número 79 cambió de editor a Editorial Manchega de Tomelloso (EDIMANT) y ASAM. En 1995, en el número 121 hubo un cuarto cambio de editor, pasando a Comunicación Social de Ciudad Real, S. L. La quinta vez que cambió fue al editor Ortiz Perona Ediciones, S. L. en el número 163 de 1999. En 2005, el número 255 cambió su editor a Mancha Norte Editores, S. L. Finalmente, en 2017, en el número 388, se produjo otro cambio de nombre a Mancha Norte Medio,S.L”.
Falleció el 20 de marzo de 2020 en Tomelloso a punto de cumplir sesenta años, en medio de la pandemia del COVID, sobre la que estaba escribiendo un artículo, y cinco años después en el Auditorio López Torres de Tomelloso, el alcalde Javier Navarro Muelas presidió un acto institucional “in memoriam” donde se puso en valor su legado intelectual y profesional como uno de los hombres que más ha hecho por la cultura en la ciudad de Tomelloso.