Nace en la ciudad de Santa Clara (Cuba) el 8 de julio de 1883 y estudia magisterio en la Escuela Normal de Huesca. Tras haber trabajado como maestra en las localidades madrileñas de Valdemanco y Campo Real, y como profesora en la Normal de Orense, en 1916 recala en la Escuela de Magisterio de Toledo como profesora especial interina de mecanografía, taquigrafía y contabilidad, pasando meses más tarde a ser profesora auxiliar de Labores y Economía Doméstica.
Al año siguiente, compaginará su actividad en la Normal de Maestras con la docencia en la Escuela de Artes y Oficios como profesora transitoria –y desde 1920 como profesora especial– de bordados y encajes. En este mismo año se organiza en Toledo una Exposición de Labores por parte de la Comisión Provincial de Monumentos e Isabel pascual presenta “un cuadro bordado en lanas representando una lagarterana” (El Castellano, 18-8-1920).
Mujer resuelta y apasionada, en 1921 amplía las enseñanzas de su clase de encajes y bordados con la tradicional de elaboración de alfombras y tapices, poniendo a disposición de sus cuarenta alumnas los materiales e instrumentos necesarios.
En marzo de 1922 solicita una beca de la JAE para ampliar y perfeccionar la enseñanza de la artesanía de encajes, bordados, alfombras y tapices, visitando los principales museos y talleres de referencia de la Europa continental. Empresa firmemente avalada por el director de la Escuela de Artes y Oficios, Aurelio Cabrera, que da cuenta de su ímpetu personal y profesional, así como de su altruismo en la impartición de esta rama textil, tan importante en la tradición toledana. Por R.O. de 9 de septiembre de 1922 consigue el pretendido apoyo de la JAE, merced al cual realiza una estancia en el exterior del 2 de marzo al 30 de septiembre de 1923. En estos meses, fija su residencia sucesivamente en París y Bruselas. De esta forma consigue visitar, además de la capital francesa –donde queda deslumbrada en el Museo de Cluny–, las ciudades de Bruselas, Brujas, Gante, Malinas, Alost y Amberes, entre otras. Asiste a cursos de dibujo aplicado al encaje, además de recorrer museos y escuelas profesionales, empapándose de las innovaciones técnicas que luego aplicará en sus clases toledanas.
Además, con el bagaje adquirido en su estancia, se propone publicar una obra específica de utilidad en las escuelas de magisterio y las de artes y oficios españolas para la enseñanza: Sobre cómo enseñar y organizar el taller de tapices y alfombras (S. I. s. a.). La semilla de su viaje dejará posos en la escuela de Artes y Oficios de Toledo, que años después conseguirá el reconocimiento internacional por un abanico de encaje, premiado en la Exposición Internacional de Bruselas.
En 1933 la Asociación de Alumnos de la Escuela de Artes y Oficios presentaba su bandera en el marco de una serie de actos y era amadrinada por la profesora Isabel Pascual.