Pedro Román Martínez nació en Alcaraz (Albacete) el 14 de septiembre de 1878 y falleció en Toledo el 12 de abril de 1948. Fue pintor, investigador, historiador, arqueólogo, profesor de dibujo, fotógrafo, en definitiva, un completo intelectual y artista dotado de una enorme sensibilidad y talento. A la edad de 12 años se traslada junto con su familia a Toledo. Entre 1899 y 1901 se forma en la Escuela Especial de Pintura, Escultura y Grabado de Madrid para regresar posteriormente a Toledo donde se instala definitivamente. En 1916 contrae matrimonio con la maestra Cecilia García Pardo, con la que tuvo dos hijos, Antonia y Pedro, nacidos en 1917 y 1921. Muy involucrado con la vida cultural de la ciudad, fue profesor de la Escuela de Artes y Oficios Artísticos y cofundador en 1916 de la Real Academia de Bellas Artes y Ciencias Históricas de Toledo (RABACHT), de la que llegó a ser director en dos ocasiones. Como aficionado a la arqueología, fotografió y pintó multitud de restos y yacimientos, lo que resultó ser muy útil para su conservación posterior. También fue concejal del Ayuntamiento de Toledo entre 1925 y 1928.

Como pintor, según nos cuenta Adolfo de Mingo Lorente en su texto para la RABACHT, “destacó su participación en encuentros artísticos como la Exposición Nacional de Bellas Artes de Madrid en 1904, la exposición del Centro de Turismo de Toledo en 1923 y las muestras colectivas organizadas por la Real Academia en 1920 y 1921. En 1929 participó en la Exposición Iberoamericana de Sevilla y en la Exposición Regional de Bellas Artes e Industrias Artísticas de Toledo. Entre sus galardones destacan el Premio de Su Majestad el Rey en la Exposición de Apuntes Históricos de Toledo (1918), entre otros. Amigo y discípulo de Ricardo Arredondo, tenía también conocimientos de música y arqueología, los cuales quedan patentes en varios de sus trabajos publicados en el Boletín de la Real Academia de Bellas Artes y Ciencias Históricas de Toledo”.

En su faceta como fotógrafo destacó sobremanera, hasta el punto de poder considerársele como el fotógrafo por antonomasia de la vida cotidiana del Toledo de comienzos del siglo XX, gracias a sus centenares de imágenes costumbristas cargadas de belleza. Colaboró con diferentes publicaciones, especialmente con la revista barcelonesa La Hormiga de Oro, que publicó muchas de sus fotografías. El destino de su legado tiene una fecha clave: 1936. En los primeros días de la contienda, su casa de la Plaza de San Justo fue incautada por las milicias republicanas, convirtiéndose en cuartel de las mismas. Tras la entrada de las tropas nacionales en la ciudad, la casa permaneció abierta, expuesta a toda clase de expolios. Así, sufrieron graves daños todas sus pertenencias, incluida su obra artística que resultó, en buena medida, destruida o robada. Para mayor desgracia, Román ve cómo a la prematura muerte de su hermano Marcelino en 1935 se le unen su hermano José Joaquín en 1938 y su esposa Cecilia en 1939. De este modo, es comprensible que su actividad fotográfica cesara definitivamente en 1936, así como su actividad pictórica, salvo en única ocasión –en 1947– en la que, a ruego de unos amigos, pintó sus dos últimos óleos. 

Tras su muerte, sus hijos marcharon a Alicante, lo que contribuyó al olvido de este artista en Toledo. 

Si su legado es hoy visible es gracias al empeño de su nieto Lorenzo Andrinal Román, que ha recopilado datos y documentos que han permitido la identificación de su obra dispersada a partir de la Guerra Civil. La Diputación de Toledo apoyó a Lorenzo en su labor y custodia una porción importante de sus fotografías desde hace pocos años. Otra buena parte de sus fotografías quedó incluida por razones desconocidas en el fondo Rodríguez, hoy conservado en el Archivo Histórico Provincial.

Murió en Toledo, el 12 de abril de 1948; en ese momento era profesor de Dibujo en la Escuela de Artes y Oficios y director de la RABACHT.

Referencias

• Lorenzo Andrinal Román: “Pedro Román Martínez, pintor olvidado y fotógrafo desconocido” en Añil/ Cuadernos de CLM, nº 28; Invierno 2004-05.

Imagen: retrato, por Rafael Ramírez de Arellano, conservado en la RABACHT