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Adolfo Pérez Mota
Villahermosa (Ciudad Real).
1898 -
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Inspector de Primera Enseñanza y Abogado.

Nació en Villahermosa (Ciudad Real). Diego González Patiño recuerda que fue hijo de un bizcochero (“El Reluciente”) y que, además de ayudar a su padre y trillar en los veranos, se hizo maestro, como alumno libre. En 1919 fue nombrado maestro auxiliar de la Escuela de Villahermosa y a finales de 1924 aprobó las oposiciones para maestro. Fue destinado a Albaladejo (Ciudad Real)  y en el ejercicio de su trabajo se hizo abogado. Se casó con la maestra Carmen Ochoa Barriocanal,  que trabajaba en la cercana población de Santa Cruz de los Cáñamos (Diego González Patiño, “Homenaje a Venor”. 

Todavía estaba en Albadalejo en 1928, pues en mayo de ese año le era concedido un permiso para presentarse a unos exámenes. Sabemos que más tarde ingresó en la Escuela Superior del Magisterio y participo en las oposiciones para provisión de plazas de inspectores de Primera Enseñanza. Las aprobó y en noviembre de 1932 era nombrado inspector en la provincia de Albacete, con el sueldo anual de 4.000 pesetas. Como abogado formó parte también de la Academia de Jurisprudencia, que presidió en 1930 y 1931 Niceto Alcalá Zamora, y fue miembro activo del sindicato FETE.

En cuanto a las relaciones con la JAE se pueden citar las siguientes: en 1934 firmó una petición colectiva de pensión para un grupo de inspectores y en 1936, como primer firmante, el grupo volvía a solicitar ayuda para un viaje de dos meses por Bélgica, Francia y Suiza. En este caso la petición fue atendida y se trataba de estudiar la organización de la inspección de primera enseñanza y de las escuelas primarias. Les fueron concedidas 425 pesetas por mes y 500 para el viaje. El grupo peticionario estaba formado por José Luis Sánchez Trincado, de Barcelona; Alfonso Pérez Mota, de Albacete; Pedro Casellas Rollán; de Pontevedra; Heliodoro Carpintero Moreno, de Barcelona; y José Ríus Zunón, de Oviedo.

La sublevación de los militares africanistas que provocó la guerra civil se produjo, por tanto, cuando Pérez Mota desempeña su labor en la provincia de Albacete. Allí fue nombrado, en mayo de 1937, director provincial de Primera Enseñanza y unos días después presentó la dimisión como inspector jefe de Primera Enseñanza. El 8 de noviembre de 1938 era nombrado “Juez de primera instancia e instrucción interino” (Gaceta de la República, 10-11-1938) y en el mismo número aparecía, ante la vacante del Juzgado Instructor del Tribunal Especial de Guardia de Albacete por incorporación a filas de Fernando Vidal Gutiérrez y a propuesta del Tribunal Supremo, su designación para ese cargo. A los pocos días el órgano oficial recogía su dimisión como director provincial de Primera Enseñanza de Albacete. 

Tras el derrumbe republicano fue suspendido de empleo y sueldo (El Pensamiento Alavés, 15-4-1939). El Boletín Oficial del Estado (12-12-1939) insertaba una relación de inspectores de primera enseñanza incursos en el artículo 171 de la ley de 9 de septiembre de 1857, es decir no presentarse a “servir sus cargos” y el primero en ella era, precisamente, Adolfo Pérez Mota. Unas semanas después en el BOE figuraba su baja definitiva en el escalafón de los inspectores de Primera enseñanza por no reintegrarse a su puesto en el plazo reglamentario. 

Esas eran las fórmulas “oficiales” del momento. Pero Pérez Mota pudo viajar en el último momento hasta Orán. Se encontraba enfermo en el Centro Hebergentent de esa ciudad (España Democrática, Montevideo, 25-8-1939), cuando una comisión uruguaya de ayuda a los maestros españoles pagó su pasaje para embarcar con destino a México. Allí continuaría su peregrinar.

Muchos años después uno de sus alumnos todavía recordaba al maestro con cariño: “Germán es unos 4 ó 5 años más joven que yo; fuimos juntos a la escuela con aquel gran maestro de imborrable recuerdo, don Adolfo Pérez Mota, que se hizo abogado y después inspector de Enseñanza Primaria con ejercicio en Albacete» (Lanza, Ciudad Real, 25-4-1972). Los expedientes de depuración, como el de su esposa Carmen Ochoa, decían otras cosas muy diferentes, cosas terribles.

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