Nacida en 1893, Rosalía aprovechó uno de los pocos resquicios de profesionalización y de apertura al mundo de las mujeres españolas a comienzos del siglo XX. Fue maestra y durante varios años (de 1917 a 1926, al menos) estuvo muy vinculada a Castilla-La Mancha pues ejerció en Moral de Calatrava, Villar de la Encina, Chillón y Esquivias. Desde muy joven ese deseo de apertura la vinculó con la posibilidad de salir al extranjero y con la JAE: con la categoría equiparable a la de pensionado fue nombrada para ser lectora de español en la escuela Normal de maestras en Albi, departamento de Tarn (Francia) para el curso 1917-1918.
Hacia finales de los años veinte debió recalar en Madrid y allí se inició su verdadero activismo educativo y social orientado a niños de algún modo marginados: los hijos de obreros en su destino como directora en el colegio Marcelo Usera desde enero de 1934 (La Libertad, 12-1-1934) y los niños sordos como preocupación humanística y profesional. Y no solo eso sino que también se significó por actuar a favor de un protofeminismo, como se desprende de su relación con algunas significadas feministas de la época y de su presencia en el 1928 en el homenaje a la doctora María del Monte por su éxito quirúrgico, en el acto, además de ella y su hermana Milagros, también maestra, participaron algunas de las más importantes mujeres profesionales en los campos de la medicina y la farmacia (ABC, 28-3-1928).
Su frenética actividad durante los años treinta la llevó a dar conferencias por radio sobre el lenguaje de sordos (Luz, 20-7-1932), a ser premiada para organizar un viaje pedagógico con sus alumnos (ABC, 8-4-1935), escribió artículo pedagógicos, por ejemplo “La escuela y la familia” en el número 30 de Escuelas de España, “Revista pedagógica mensual”, e incluso se animó a promover y dirigir la actuación de sus alumnos hijos de obreros en el Teatro Español de Madrid: “Los niños que reciben enseñanza en el Grupo Escolar Marcelo Usera, en su mayoría hijos de trabajadores, rindieron ayer tarde en el Español, bajo la dirección de su ilustre directora Doña Rosalía Prado Moreno un importante homenaje a la memoria de Lope de Vega. Hubo lectura de trabajos literarios infantiles en que se estudia bajo diversas luces, la obra de Lope; recitales de poesías, representación de escenas lopescas, danzas, etc., todo ello admirablemente realizado por los escolares que demuestran una sólida preparación y, lo que es más importante, un certero despertar de su conciencia artística bajo los exquisitos cuidados espirituales de su directora. Esta fue muy aplaudida y felicitada, así como cuantos alumnos tomaron parte en el conmovedor festival, que terminó con un himno a la República cantado por todos los pequeños” (Heraldo de Madrid, 11-7-1935).
Estando en un momento especialmente destacado tanto en el campo profesional como en su activismo social, estalló la Guerra Civil. Su proyección quedó abortada pues al finalizar la contienda fue depurada y suspendida de empleo y sueldo como directora del Marcelo Usera (ABC, 21-4-1939).
Tras diez años en silencio, volvemos a tener noticias sobre su actividad: en 1949 patentó un tubo acústico para reeducar el oído de los sordos. Siguió interesándose también por la educación avanzada en otros países. A mediados de los años cuarenta hizo un viaje en misión cultural a Londres realizando un extenso y muy interesante informe “escuela inglesa. Escuela de acción” (Documentos Fundación Ángel Llorca, http://www.fundacionangelllorca.org) y en 1955 pronunciaba una conferencia en el CSIC sobre la educación en Holanda.
Ese mismo año 1955 se vinculó al Instituto Luis Vives de Filosofía y más tarde, en 1961, estuvo en la fundación de la Asociación Española de Educadores de Sordos de cuya primera Junta Directiva fue nombrada vicepresidenta. Participó en el Primer Congreso Nacional de Psicología y su contribución “Afasia y desintegración del Lenguaje (una experiencia)” la publicó en 1963, en el número 68-69 de la Revista de Psicología General y Aplicada.
Sus últimos días los pasó en Alicante. Allí murió con 100 años en 1993 contando con las distinciones de ser la presidenta de Honor de la Asociación Española de Educadores de Sordos y la medalla de plata a la docencia.
