Rafael Torija de la Fuente nació en el seno de una familia humilde, el 18 de marzo de 1927, en Noez (Toledo). Fue el sexto de siete hermanos, de los cuales tres murieron prematuramente en la infancia. Su padre, Rufino, se dedicaba a la agricultura. Su madre, Faustina, era la encargada de las tareas del hogar. En septiembre de 1940, ingresó en el Seminario Menor de Toledo, como beneficiario de una beca. Apenas un mes después, se vio brutalmente zarandeado por la noticia de la prematura muerte de su madre, en octubre de1940. Tras concluir sus estudios, se ordenó sacerdote en la catedral de Toledo, el 7 de junio de 1952. Fue destinado a Castilléjar (Granada), y un año después a Riópar (Albacete). El cardenal Pla y Deniel le envió a Roma para especializarse en los estudios de Ciencias Sociales en la Pontificia Universidad Gregoriana de Roma. Allí estuvo desde 1954 hasta 1957, tres años que dejaron huella en su vida.
Con la licenciatura en Ciencias Sociales, retornó a Toledo. Fue nombrado coadjutor de la parroquia de Santiago del Arrabal y capellán de la Fábrica de Armas y de la residencia de las Hermanas de los Desamparados. De su labor como capellán, realizada con los jóvenes de la Fábrica de Armas, se nutrirían posteriormente las diferentes ramas de la Acción Católica toledana, especialmente de la JOC, movimiento del que también fue nombrado su consiliario. Durante el curso 1959-1960, volvió a Roma para obtener la licenciatura en Teología. A su vuelta el cardenal Pla y Deniel le nombraría vicario general de Pastoral. Era el primer sacerdote toledano al que se le confiaba una tarea que hasta entonces había desarrollado el obispo auxiliar. Su proyecto como vicario general de Pastoral se precisó en dos grandes objetivos: la articulación del Presbiterio diocesano y una más activa y responsable presencia de los seglares en la Iglesia. Por aquellas fechas también fue designado consiliario nacional de los Movimientos Obreros y del Consejo de los Jóvenes de Acción Católica. Es el cardenal Enrique y Tarancón, quien sucedería a Pla y Deniel en 1969, el que proporciona estas noticias en sus Confesiones, PPC, Madrid 1996.
El 4 de noviembre de 1969 fue nombrado obispo auxiliar de Santander, siendo consagrado en la catedral primada, 14 de diciembre de 1969. Dos años duró su episcopado en aquellas tierras. El 7 de enero de 1972, el obispo titular de Santander, monseñor Cirarda, dejaría aquella diócesis, con lo cual también concluyó la estancia de don Rafael en la iglesia santanderina. Resulta extraña la situación de obispo sin iglesia en que quedó, desde enero de 1972 hasta noviembre de 1976, cuando se hizo cargo de la diócesis de Ciudad Real. Tal vez la razón de esta anomalía se deba a las circunstancias políticas del momento. La designación de don Rafael para obispo no había seguido los cauces establecidos en los acuerdos entre la Santa Sede y el Estado, que atribuían al jefe del Estado el privilegio de la presentación de obispos. Su nombramiento se sirvió de la fórmula de obispo auxiliar que no exigía tal presentación. Probablemente el gobierno español se sintió lesionado en sus derechos y, de la misma manera que no había intervenido en su nombramiento episcopal, tampoco quiso proponerlo para ninguna otra sede. De hecho, su situación cambió cuando el rey Juan Carlos renunció a este privilegio en julio de 1976. El día 2 de octubre del mismo año, la Nunciatura Apostólica de Madrid hizo público el nombramiento de don Rafael como nuevo pastor de Ciudad Real.
Su vida ministerial estuvo siempre orientada hacia la consecución de una mayor participación de los seglares en la vida activa de la pastoral de la Iglesia. Durante su período de obispo vacante, es decir, sin diócesis, fue, nombrado obispo delegado de la Comisión Episcopal de Apostolado Seglar, en febrero de 1972 y consiliario general de la Acción Católica Española, en sustitución de monseñor Guerra Campos. No dejaría de pertenecer a esta Comisión de Apostolado Seglar durante toda su vida episcopal activa. Desde febrero de 1981 a febrero de 1984, ya como obispo titular de Ciudad Real, sería nombrado su presidente. Todavía seguiría siendo miembro de la misma hasta febrero de 1987. Por presentar brevemente los puestos que ocupó en la CEE: en la Comisión Episcopal de Apostolado Seglar (1972-1981 y 1984-1987); en la Comisión Episcopal de Acción Caritativa (1972-1978); en la Comisión Episcopal de Obispos y Superiores Mayores (1978-1981) en la Comisión Episcopal del Clero (1984-1993). Además, formó parte, como presidente, de la Comisión Episcopal de Seminarios y Universidades de 1993 a 1999.
El sábado 6 de noviembre de 1976 hizo su entrada en el Obispado-Priorato y permaneció en él durante 27 años. Su ministerio episcopal estuvo marcado por la renovación de la diócesis, de acuerdo con las enseñanzas del concilio Vaticano II, especialmente por la idea de la corresponsabilidad pastoral y la integración de los seglares en la misión. Él era su pastor, pero la tarea era misión de toda la Iglesia y a la participación activa en esta tarea llamó continuamente a sus diocesanos. Esta idea se hizo evidente desde el principio de su ministerio episcopal en la diócesis. Apenas transcurridos seis meses de su llegada, don Rafael convocaba a todos los diocesanos a la celebración de una convivencia que tuvo lugar en el seminario, durante los días 17-19 de junio de 1977 y de la que salieron las líneas fundamentales del futuro Proyecto diocesano de Pastoral que vería la luz el 15 de agosto de 1977, con el título La Iglesia Diocesana al servicio de la Misión. Los órganos de la corresponsabilidad pastoral fueron el Consejo Presbiteral y el Consejo Diocesano de Pastoral. El primero de ellos se renovaría tres veces a lo largo de su pontificado. Resumo sus hitos más importantes. Entre 1977-1981 se confeccionó el Proyecto diocesano de Pastoral, se realizó el Estudio socio-religioso de la diócesis y se articuló la primera y fundamental actividad de las diversas delegaciones episcopales en sus más variados campos. El segundo Consejo Presbiteral (1981-1984) llevó a cabo un ambicioso proyecto como fue dotar de una estructuración articulada a toda la diócesis que culminó en el Reordenamiento del Servicio Pastoral en la diócesis, de septiembre de 1984. El tercer Consejo Presbiteral (1984-1987) será el encargado de poner en práctica todo lo sembrado por los Consejos anteriores. Por otra parte, el 22 de mayo de 1981, se promulgaría el decreto por el que quedaba constituido el Consejo Diocesano de Pastoral que tendría su sesión constitutiva el 14 de noviembre del mismo año con la incorporación de numerosos seglares. Considerados globalmente, ambos organismos contribuyeron decisivamente a la recepción del Concilio Vaticano II en la diócesis ciudarrealeña.
Don Rafael giró dos Visitas Pastorales a todas las parroquias de la diócesis. La primera la inició en febrero de 1978 y la concluiría el 23 de diciembre del mismo año. A partir de 1988 y durante los dos años siguientes, realizaría la segunda. No pudo realizar, como tenía prevista, una tercera visita por motivos de salud. La sustituyó por una serie de encuentros en cada arciprestazgo, durante los meses de mayo y junio de 2002, una vez presentada su dimisión, en marzo de ese mismo año. También hizo cuatro visitas ad limina a la sede de Pedro: La primera en la segunda quincena de marzo de 1982; la segunda durante los días 15-21 de diciembre de 1986. Las otras dos visitas tendrían lugar, respectivamente, en noviembre de 1991 y en noviembre de 1997. Institucionalmente hay que decir también que durante su episcopado el Obispado-Priorato se transformó canónicamente en diócesis de régimen ordinario. Fue con la bula Constat Militarium, (4 febrero de 1980), que sería ejecutada por el nuncio Antonio Innocenti el 5 de marzo del mismo año.
Otros acontecimientos a tener en cuenta serían la nueva demarcación arciprestal (28 de agosto de 1984), la creación de nuevas parroquias para atender las necesidades pastorales de la población en que surgían; la novedosa articulación de la retribución económica del Clero por la que todo sacerdote diocesano percibiría los mismos emolumentos, con independencia de la tarea pastoral que llevase a cabo (25 de diciembre de 1986); la promulgación del documento Cofradías y Hermandades, expresión destacada de la religiosidad popular (31 de marzo de 1991); los participativos encuentros diocesanos (24 de junio de 1990 y 29 de octubre de 1995) con numerosa asistencia de fieles, así como la celebración del Año Santo de la Redención, durante 1983-1984 con doce concentraciones de fieles, sacerdotes, religiosos y religiosas con su obispo en el ámbito de la geografía diocesana, cuyo número de participantes se calculó en unos 50.000. Similares actividades se realizaron con motivo del año jubilar de 2000. En síntesis, su episcopado fue una etapa en la que, recogiendo lo mejor de la tradición diocesana y los primeros pasos de renovación iniciados en el episcopado de don Juan Hervás, se pusieron los fundamentos para el quehacer pastoral presente y futuro. Y, a pesar del relativamente elevado número de sacerdotes secularizados (28) durante su episcopado, fueron muchos más los jóvenes incorporados al ministerio sacerdotal (88).
Don Rafael perteneció a esa generación de obispos españoles que, liderados por el cardenal Vicente Enrique y Tarancón, hizo que, al mismo tiempo que en España se realizaba la transición política desde el franquismo a la democracia, la Iglesia española también se acomodara a las directrices emanadas del Concilio Vaticano II. El 17 de marzo de 2003, el nuncio apostólico, Manuel Monteiro de Castro, comunicó a don Rafael que su renuncia a la diócesis de Ciudad Real había sido aceptada y se le daba como sucesor a don Antonio Ángel Algora Hernando. Como obispo emérito, continuó viviendo en su querida diócesis ciudarrealeña, residiendo en la casa sacerdotal. Hasta que le llegó la hora de la muerte, el 2 de marzo de 2019. Está enterrado en el pasillo central de la catedral de Ciudad Real.
Bibliografía:
- Carecemos de estudios específicos sobre esta figura episcopal. Pronto verá la luz única obra de que tenemos constancia:
- Jiménez Gómez, Francisco M. Alma de Pastor. Rafael Torija de la Fuente. Obispo de Ciudad Real, (en preparación).
- Puede consultarse el Boletín Oficial del Obispado Priorato de Ciudad Real, (años 1976-2003).