Ramón Gómez Redondo nació en Albacete el 16 de octubre de 1941. Tras concluir sus estudios en el Instituto de Enseñanza Media de la capital albaceteña, marchó a Madrid en 1959, donde desarrolló toda su carrera profesional. Sin embargo, siempre regresaba a su ciudad natal cada vez que su agenda se lo permitía para reencontrarse con su familia, sus amistades y asistir, como cita obligada, a la Feria de septiembre.
Nacido en el número 12 de la calle de la Feria, sus primeros recuerdos del séptimo arte están vinculados con el cine de verano Cervantes, situado, precisamente, en la calle de la Feria. Desde un tejado cercano, con los riesgos correspondientes, contemplaba las películas que en esta mítica sala efímera se proyectaban durante el estío albaceteño.
Gómez Redondo se introdujo en el mundo del cine a través del periodismo. De hecho, en Albacete, entre 1957 y 1959, presentó y dirigió un programa en Radio Juventud, cuyo bloque principal era el cine, lo que le permitió entablar una gran amistad con el maestro y crítico cinematográfico José Antonio Tendero. También, en aquellos años, colaboró con el periódico local La Voz de Albacete mientras se convertía en un consumado poeta, logrando numerosos premios. Su obra poética aparece en diversas publicaciones y antologías.
Ya en Madrid, trabajó como redactor jefe y editorialista en revistas que nada tenían que ver con el cine, como Balance y España Económica. Posteriormente, como crítico de cine, ejerció su pasión por el séptimo arte y la escritura en revistas especializadas como Film Ideal y Esquemas de Películas. También fue fundador de Griffith y colaboró en las secciones de crítica cinematográfica de Guadalimar y Cambio 16.
De forma paralela, cambió sus estudios en la Facultad de Ciencias Políticas y Económicas por la Escuela Oficial de Cine, donde se formó como director y realizador. Se involucró en la llamada Escuela de Argüelles junto a destacados profesionales del cine español como José Luis Cuerda, Fernando Méndez-Leite, Emilio Martínez-Lázaro, Antonio Drove y Manuel Marinero.
Simultaneó su último año en la escuela con su participación en Último grito, programa presentado por José María Íñigo en Televisión Española (TVE), donde desarrolló la mayor parte de su carrera profesional, alcanzando la categoría de realizador. En esta primera incursión en el medio televisivo, Gómez Redondo se curtió sobremanera, aprendiendo a plantar cara a los embates de los censores, que cargaban las tintas contra este programa, pionero porque, según confesó el propio realizador, “informaba por primera vez en España del mundo hippy, del mundo pop, de los Beatles y no tenía nada que ver con la televisión que se hacía en aquella época”.
Destacó por su creatividad en televisión, donde encontró más libertad creativa que en el cine comercial. Realizó adaptaciones televisivas como La vía implantada y El circo y Ramón Gómez de la Serna, que consideraba imposibles de producir en cine. También se puso al frente de programas culturales de primera categoría como Los pintores del Prado, que recreaba la vida de destacados artistas: Los libros, Galería, Los ríos o Trazos, Revista de arte, para la que fichó a Paloma Chamorro, popular presentadora de TVE en programas míticos como La edad de oro.
Además de su trabajo en televisión, fue profesor de realización en el Instituto Oficial de Radio y Televisión de Madrid, vocal del primer Consejo de Administración del Ente Público de Radio y Televisión Española, cargo al que fue elegido por el Congreso de los Diputados en 1980, y director de Programas de Televisión Española entre 1982 y 1986 tras la victoria del PSOE, partido político en el que, según explicó, ingresó en 1976.
Fue el director general de RTVE por aquel entonces, José María Calviño, quien llamó a Gómez Redondo para ocupar esta responsabilidad en el ente público. En esta etapa, y entre sus éxitos, destacó la puesta en marcha del programa Con las manos en la masa, con Elena Santonja como presentadora y jefa de cocina. También fue el realizador del programa sanitario Más vale prevenir, presentado y dirigido por el mítico Ramón Sánchez-Ocaña. Bajo su responsabilidad, aumentó notablemente la producción nacional en TVE, especialmente en la Segunda Cadena.
Además, protagonizó algunas polémicas, como el sonado fracaso de Remedios Amaya en el Festival de Eurovisión de 1983 con ¿Quién maneja mi barca?, donde España quedó en el último puesto, el 20 de 20. Ante las preguntas de los periodistas, el albaceteño calificó la actuación como un “fracaso glorioso”, defendiendo la propuesta de TVE en el certamen celebrado en Alemania, ya que representaba las “señas de identidad” de España.
Ese mismo año, y tras la controversia actuación del grupo Vulpes en el programa Caja de ritmos con su canción Me gusta ser una zorra, se dejaron “congelados”, que no “censurados”, otros dos programas dedicados a Pedro Almodóvar y Siniestro Total. Esta decisión provocó la dimisión de su presentador, el periodista musical Carlos Tena, una partida que el director de programas de TVE afirmó “respetar y comprender”. Finalmente, el programa fue retirado de la parrilla de programación del ente público.
También ofreció conferencias y dirigió seminarios sobre cine y televisión en diversas universidades e instituciones culturales en España. Fue presidente de la Asociación Nacional de Empresas de Producción Audiovisual (ANEPA) y miembro de la Junta Directiva de la Federación de Asociaciones de Productores Audiovisuales Españoles (FAPAE).
En 1987, fundó la productora de cine y vídeo Zinzinema S. A. Desde esta productora, realizó, entre otros trabajos, la serie para televisión Crónica del Mal, que fue finalista de los premios TP de Oro en 1993. Colaboró con directores como Antonio Drove, José María Carreño, Pedro Costa y actores como Antonio Resines, Javier Bardem y Carmen Elías. También tradujo al español el libro El cine según Hitchcock, escrito por François Truffaut, destacando como un excelente traductor.
Un hito notable en su carrera fue la realización en 1975 de la película En provincia, una adaptación de un cuento de Augusto d’Halmar que decidió ambientar en su ciudad natal. Este proyecto fue particularmente significativo para él, ya que fue un rodaje lleno de recuerdos personales que recogió, además, lugares emblemáticos de Albacete, muchos de ellos ya desaparecidos. La cinta formó parte de la serie Cuentos y leyendas, de TVE.
Fruto de su matrimonio en 1972 con Araceli nacieron sus dos hijas, Aldonza y Teresa de los Llanos. En 1983 permaneció ingresado durante varias semanas en un hospital para diplomáticos tras sufrir un accidente vascular en Moscú, hasta donde viajó para negociar la producción de la serie Don Quijote.
Falleció en octubre de 2001. Y en abril de 2003, el Pleno del Ayuntamiento de Albacete acordó bautizar una calle de la ciudad con el nombre del director, realizador y productor de cine y televisión.