Agustín Salido y Estrada, abogado, político, escritor, ganadero y propietario, nació en la ciudad de Almodóvar del Campo, el 22 de mayo de 1818. Hijo por vía paterna de José Salido y Anguita «de ascendencia hidalga que se remontaba a Nuño-Salido, ayo de los Siete Infantes de Lara. Célebre capitán en la lucha contra el francés en la Guerra de Independencia (1808-1814), y regidor municipal de facto tras el abandono del alcalde de iure Ferrer ante la proximidad de los ejércitos napoleónicos». Por vía materna, era hijo de María de las Angustias y Peche «proveniente de una familia burguesa acaudalada, oriunda de Granada«.
Agustín marchó a la tierra natal de su madre, donde concluyó sus estudios de Leyes. En la ciudad andaluza dio sus primeras muestras de interés en la divulgación periodística. En 1840 fue fundador, redactor y colaborador de la Revista «La Alhambra«. También participó en el periódico ciudadrealeño «El Labriego«. Hasta el final de sus días, haría gala de una acendrada pasión por el periodismo; «el álbum de Almodóvar del Campo«, artículo publicado en 1889 en un diario local, así lo confirma.
Licenciado en Derecho y coincidiendo con el fallecimiento de su progenitor, retornó a Almodóvar y desempeñó el ejercicio de la abogacía. Conjugó, por ende, el ejercicio profesional y ser el nuevo paterfamilias.
Agustín Salido, sin duda alguna, destacó por su intensa actividad política, miembro destacado del partido moderado, alcanzando gran influencia durante el periodo comprendido entre el ascenso al trono de la Reina Isabel II y su derrocamiento -1843 y 1868, respectivamente-. Debutó como diputado nacional en 1843, a la edad de 25 años. Representó a Ciudad Real en los años 1843-1845; 1850-1851, y a Almadén en el bienio de 1857 y 1858. El escándalo de la venta del Derecho Maestral en el Campo de Calatrava (provincia de Ciudad Real) motivó su posicionamiento en un plano alejado de la política. Agustín junto a Francisco de las Bárcenas y José Cano Sainz -ricos hombres procedentes de la burguesía urbana- adquirieron la integridad del derecho correspondiente a los términos municipales de 20 pueblos pertenecientes a las comarcas del campo de Calatrava, Valle de Alcudia y de la Mancha, así como parte del de Pozuelo, Moral y la mitad del de Argamasilla de Calatrava, durante el periodo comprendido entre 1846 -año en el que por conducto de Orden del 20 de septiembre se ordenaba la inmediata división de las tierras municipales, adjudicando la mitad para los compradores del derecho maestral- y 1855 -fecha en la que se promulgó la Ley de 17 de mayo, que estableció la anulación de las adquisiciones de los compradores del derecho maestral-. Frente a Agustín Gómez de la Mata -diputado provincial de Ciudad Real, Salido siempre defendió una actitud de lucha contra el derecho maestral del Campo de Calatrava, que quedó reflejado en su obra «Caja de Amparo de Jornaleros» (1847). En este libro, mostró su faceta más reformista y preocupada por la cuestión social.
Propietario liberal-moderado que no fue ajeno a problemas de índole agraria: Fue Comisario de Inspección de Agricultura en la provincia de Ciudad Real, durante el periodo comprendido entre 1849 hasta 1874, y a partir del año siguiente, Comisario Regio Especial. Al frente de este último puesto, se distinguió por entablar una enconada lucha contra la plaga de la langosta. Fruto de tal esfuerzo, su obra culmen, » La Langosta»: que se erigió en manual de referencia en la lucha contra la plaga. Tanto empeño empleó en erradicarla, que utilizó al Ejército para su exterminio en los campos de Cartagena y la Unión, siendo por aquel momento Salido, gobernador civil de la provincia de Murcia (1876). Agustín desempeñó la gobernación civil en numerosos lugares de la geografía nacional.
Agustín Salido destacó, asimismo, por su faceta bienhechora y benefactora, muestra de sus arraigadas convicciones católicas. En 1867 en Ciudad Real, siendo regidor, llevó a cabo la desecación de la laguna de las «Terreras» -foco de enfermedad- y brindó su asistencia a los establecimientos de beneficencia -bienes desamortizados por la Ley de 1 de mayo de 1855 o Ley Madoz-. Como resultado de tan eficiente gestión, fue premiado con la Gobernación civil de la provincia de Ciudad Real. Esta actitud filantrópica también se percibió en Almodóvar y se tradujo en dos iniciativas, principalmente: La primera, el 17 de junio de 1843 se enajenó, mediante pública subasta, la iglesia y el convento de Nuestra Señora del Carmen. Agustín, junto con otros vecinos, aportaron la cifra de 100.000 reales para adquirirla, con el fin de «conservarlo para la piedad y la historia». De esta forma, Salido contribuyó a su preservación hasta nuestros días. La segunda, con motivo de la inauguración de la capilla de San Juan Bautista de la Concepción en 1884 – santo patrono natural de Almodóvar del Campo- Agustín cedió gratuitamente la mandíbula del santo para la nueva ermita, donada para él por parte del obispo de Córdoba. Sus fuertes convicciones religiosas quedaron plasmadas en «Compendio de la Historia de Ciudad Real y de su patrona la Virgen del Prado» (1866) y «Leyenda Histórica de un suceso prodigioso, en verso y dedicado al Santísimo Cristo de la Humildad» (1870). La figura de Agustín Salido aunó la figura del conservador moderado hondamente católico, y la de liberal ilustrado, preocupado por la difusión de la ciencia y el afán de progreso agrícola.
En Moral de Calatrava contrajo matrimonio el 13 de noviembre de 1843 con Josefina Echalecu Solance. Fruto del enlace nació su única hija, Josefa. Fue en esta localidad calatraveña donde fijó su residencia habitual, y desde la cual, dirigiría su ganadería brava asentada en el paraje «la Veredilla». Finalmente, en marzo de 1891, Agustín Salido y Estrada expiró donde nació, en la casa solariega de su familia. En la actual plaza de Agustín Salido de Almodóvar del Campo. Hallando sus restos eterno reposo en el mausoleo familiar de los Laso y Salido, del cementerio municipal de Almodóvar del Campo.