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Samuel de los Santos Gallego
Madrid.
1925 -
Albacete.
1983.
Conservador de Museos. Profesor.

Director del Museo de Albacete entre noviembre de 1962 y noviembre de 1983, nació en Madrid el 27 de marzo de 1925, nieto de militar e hijo de Samuel de los Santos Gener que fue director del Museo de Córdoba.

Pasó la infancia y primera juventud en Córdoba donde de su padre aprende la profesión de museólogo y con él asiste a sus primeras excavaciones arqueológicas, en Medina Azahara. Tras la guerra civil su padre dirige durante algunos pocos años el Museo de Badajoz, y luego otra vez en Córdoba ingresa en la Universidad Complutense de Madrid para estudiar Historia, donde es alumno de D. Julio Martínez Santa Olalla con quien trabaja como profesor ayudante y más tarde como secretario del Seminario de Historia Primitiva entre 1946 y 1948. Fue Martínez Santa Olalla quien lo designó para desplazarse a Albacete a participar en la excavación de la necrópolis ibérica de La Torrecica, en el Llano de la Consolación (Montealegre del Castillo), que dirigía D. Joaquín Sánchez Jiménez, en la que participaba también su hija Nieves Sánchez Carrilero, con la que se casa en 1954.

Tras la excavación de La Torrecica participó en otras muchas en la provincia de Albacete: Hoya de Santa Ana (Tobarra), el Tolmo de Minateda (HeIlín), el Cerro de los Santos (Montealegre del Castillo) etc., y comenzó a relacionarse con grandes figuras de la arqueología, a algunas de las cuales acompañó en visitas por las tierras albacetenses: Pía Laviosa, y G. Pietch, Martín Almagro, Fernández Avilés… y sobre todo con D. Pío Beltrán y su hijo D. Antonio Beltrán Martínez con quienes le unían una gran amistad familiar.

Tuvo una actividad docente que inició en el Instituto Ramiro de Maetzu de Madrid, y en Albacete en el Instituto de Segunda Enseñanza, las Escuelas Pías y el Centro Asociado de la UNED. En 1950 fue nombrado Comisario de Excavaciones Arqueológicas en la zona de Hellín. En 1951 aprobó la oposición de Archivero de la Excma. Diputación de Albacete, donde fijó su residencia. En Albacete colabora durante largos años con su suegro en el Museo de Albacete. Desde 1963-1964 ocupó la Dirección del Museo como Facultativo del Cuerpo de Archiveros, Bibliotecarios y Arqueólogos, cuerpo que a partir de 1973 pasó a denominarse de Conservadores de Museos una vez que se ha separado en dos. Desde entonces hasta su prematura muerte el 12 de noviembre de 1983, dirigió el Museo de Albacete. Entre 1969 y 1971 fue nombrado Consejero de Bellas Artes, y en 1977 miembro de número fundador del Instituto de Estudios Albacetenses, de cuya Sección de Arqueología fue presidente hasta su muerte.

A su actividad como profesor, como arqueólogo y como museólogo habrá de sumarse siempre su carácter de humanista, sin el cual no hubiese podido ser todo lo demás. Como profesor se cuentan entre miles los albacetenses que le recuerdan, aunque sea vagamente, impartiendo latín, griego o literatura. Esa vocación docente le acompañará durante el resto de su vida y la mostrará frecuentemente en el Museo con grupos escolares, pero sobre todo logrando para el Museo uno de sus fines primordiales: el didáctico. Como arqueólogo bastaría enumerar las numerosas excavaciones en las que participó: la para él nunca olvidada campaña de Pozo Moro, las siete campañas que dirigió en la villa romana del Camino Viejo de las Sepulturas en Balazote, y un largo etcétera.

Y es justo señalar que, en muchos casos, fue un “adelantado” a su propia generación. Entendió que la labor del arqueólogo no era sólo la realización continua e indiscriminada de excavaciones, sino también la defensa y protección del patrimonio arqueológico, luchando unas veces contra la administración, otras contra la ignorancia. Escaso de recursos económicos, contando muchas veces con más apoyo verbal que efectivo, sufragó personalmente la mayor parte de las prospecciones y visitas de inspección oficial realizadas a yacimientos de la provincia. Gestionó, a veces infructuosamente, la recuperación para Albacete y su Museo de importantes hallazgos arqueológicos.

Prestó especial atención a los problemas de conservación del arte rupestre, y custodió celosamente en el Museo el legado cultural de nuestros más remotos antepasados. No obstante, es su labor como museólogo aquella que a muchos ha de servirnos como ejemplo a seguir. Su historia ha quedado unida a la de un Museo y una ciudad a la que dedicó toda su actividad. Desde aquellas primeras instalaciones en unas salas de la Diputación, pasó el Museo a ocupar las dependencias bajas de la Casa de la Cultura. Allí, con unas instalaciones deficientes donde el material aparecía abandonado, donde había que entrar dando saltos por el almacén que también era laboratorio fotográfico, lugar de limpieza de materiales y en parte biblioteca, se gestó y preparó la instalación de un Museo hoy ejemplo para otros centros semejantes dentro y fuera de España. En esas modestas salas se desarrollaba una intensa actividad: las prospecciones arqueológicas eran casi diarias, el lavado de materiales cerámico el dibujo arqueológico, la recogida de materiales etnográficos, la investigación, constituían la tarea cotidiana alejada de burocratismos y problemas otro tipo.

Tras diez años de construcción, la inauguración del nuevo edificio el 10 de noviembre de 1978 constituyó un verdadero acontecimiento cultural no sólo para Albacete sino también para la museografía en general. En el edificio situado en el parque Abelardo Sánchez se hizo posible el concierto entre el arquitecto y el director del centro con objeto de conseguir un Museo acorde con las más modernas concepciones museográficas y museológicas. Las distintas secciones, los accesos a cada una de ellas, las distintas salas que lo componen obedecen a un estudio concienzudo de las necesidades previstas. Para D. Samuel un Museo debía ser un centro vivo y dinámico, donde atendiesen a las distintas tareas de conservación, exposición e investigación en el que no se descuidasen otras no menos importantes: la educativa, lúdica incluso, la cultural. A él, a D. Samuel, deberá pues Albacete el agradecimiento por una labor constante, callada y muchas veces incomprendida del siempre sacrificado profesor, del paciente arqueólogo y del silencioso museólogo.

Bibliografía de Samuel de los Santos Gallego:

  • 1946.  Hallazgos romanos en “Casilla de la Lámpara” (Montilla, Córdoba). Cuadernos de Historia Primitiva nº 2, 1947, p. 103.
  • 1949. “Notas sobre el paleolítico cordobés”. II Congreso Arqueológico del Surete Español p. 67. “Moldes de barro romano”, Sociedad Española de Etnografía y Prehistoria T. XXIV c 1-4 p. 62.
  • 1970. “Vaso con decoración cardial procedente de Caudete (Albacete).”, Xl Congreso Nacional de Arqueología, 1970. p.252.
  • 1973-1974. “Dos hallazgos de monedas de oro en la provincia de Albacete”, Numisma nº 120-131.
  • 1974.  J. García Templado y S. de los Santos Gallego Albacete, Ed. Everest. Madrid. – S. de los Santos Gallego “Una industria artesana albaceteña, la cuchillería”, en Conocer España, Salvat, fasc. 46,1975  t. IV.
  • 1975. “El castillo de Rochafrida”, Al-Basit n.º 0.
  • 1975. “El más literario de nuestros monumentos históricos, el Castillo de Rochafrida”. Al-Basit nº 0. Págs. 26-30. p. 26.
  • 1975. “Nuevas aportaciones al estudio de la pintura rupestre levantina en la zona de Nerpio (Albacete)”. XIII Congreso Nacional de Arqueología p. 203.
  • 1976. Con Zornoza Sánchez. B. “La conservación de las pinturas rupestres en los abrigos del levante español”, I Congreso de Conservación de Bienes Culturales. Sevilla, marzo 1976.
  • 1977. S. de los Santos Gallego “Excavaciones en la villa romana de Balazote (Albacete)” En Segovia y la Arqueología romana. Barcelona.
  • 1977- 1978. “Excavaciones en la villa romana de Balazote (Albacete), 1973”. NAH, Arqueología 5, 249-254.- “Excavaciones en la villa romana de Balazote (Albacete) 1973”, Noticiario Arqueológico Hispánico, Arqueología 9. Madrid. 1978.
  • 1981“Caudete en el Museo de Albacete”, Rev. Feria, Caudete. 1981.
  • 1983 SANTOS GALLEGO, S. “Albacete en la prehistoria y antigüedad”. Albacete, tierra de encrucijada. Albacete 1983. Págs. 13-62.
  • 1983 SANTOS GALLEGO, S. “Albacete en la prehistoria y antigüedad”. Albacete, tierra de encrucijada. Albacete 1983. Págs. 13-62. 1984., “El Museo de Albacete: pasado, presente y futuro”, Al-Basit 15, 1984, p. 5-13.-Catálogo de la expo de Benjamín Palencia organizada por la Caja de Ahorros y Monte de Piedad de Zaragoza, Aragón y Rioja. Zaragoza.
  • 1983.- Introducción al catálogo de la expo de Orlando Pelayo en el Museo de Albacete. Ed. Excma. Diputación de Albacete. 1983

Bibliografía:

Sanz Gamo, R., 2019: “Samuel de los Santos Gallego, Un museólogo en la llanura”, Boletín del Museo Arqueológico Nacional. Número monográfico dedicado al tema 150 años de una profesión: de anticuarios a conservadores, Madrid 2019, 740-745

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