Teófila Pilar Fernández y Medina nace en Cardiel de los Montes (Toledo) en 1894, hija de Victoriano Fernández Cuenca, de oficio labrador, y de Julia Medina.

No sabemos, porque no hemos hallado la fecha del embarque hacia Argentina, cuándo parte de su pueblo natal, aunque que debió de producirse a edad muy temprana. Sin embargo, sí se certifica que su padre llegó a Buenos Aires en 1904. A tenor de otras experiencias, es muy probablemente que padre e hija realizaran juntos este viaje, pero no podemos confirmarlo porque muchos niños no fueron registrados en los listados de embarques.

La madre se encontrará con ellos en tierras argentinas en 1915. En la capital rioplatense conoció a Luís Barragán, diez años mayor que ella y originario de Berlanga de Duero (Soria), donde sus antepasados fueron imagineros religiosos. Fruto del matrimonio nacerían: Luís (1914-2009), Emilia (1917-2009) y Julio en 1928.

El matrimonio se asienta en el barrio de Villa Devoto, donde coincidirían con un nutrido grupo de emigrantes de origen castellano. Dentro ese grupo de emigrantes había que mencionar algunos paisanos de la comarca, entre ellos la familia Lisa, naturales de Hinojosa de San Vicente, pueblo cercano a Cardiel de los Montes.

Sobre esta coincidencia menciona Claudio Barragán “Dice mi padre que conoció a Esteban Lisa en el año 1933 (mi padre tendría 5 años) y Lisa vivía en la calle Gütemberg. La mamá de Lisa y mi abuela Pilar Fernández eran del mismo pueblo (sic). Y mi abuela que nació un 13 de octubre era 10 años menor que mi abuelo Luís Barragán que nació en 1886”.

Hemos de concretar que la familia Lisa-Morales vivía en la calle Pedro Morán, cercana a Gutemberg, donde tenía la casa la familia de Pilar.

Las inquietudes por el arte de los hijos pronto se muestran. Luis casi niño siente el arte junto a un vecino, Mauricio Lasansky, y allí en la misma casa fundan una academia donde dan clases de materias tan dispares como matemáticas o artes plásticas. A esos improvisados cursos acudieron algunos jóvenes que luego serían destacados pintores como Orlando Pierri, Bruno Venier y Alberto Alataleff. La amistad entre los jóvenes probablemente facilitará el que Emilia casara en 1937 con Lasansky, quien será con los años reconocido artista que empezó su carrera junto a Luis en Argentina y desarrolló después en Estados Unidos. Del matrimonio nacerán seis hijos constituyendo una saga de artistas que continúa también en los nietos, acreditándose en variadas disciplinas: pintura, escultura, grabado, escritura y baile.

Sobre la familia de Pilar Fernández el reconocido crítico de arte Rafael Esquirru escribe en 1960:

“Desde los doce años, el padre de los Barragán, emigrado de Soria, el más pobre de los pueblos pobres de España, para ser independiente, y yo lo conocí al viejo sentado en una silla de mimbre en el verano tomando un poco el fresco, sin llevarle el apunte a nadie, que no se ha trabajado desde los doce años hasta morir para estar mirando a ver quien viene”. “Y la madre de familia campesina inteligente bien retratada en un cuadro de tono triste como las campiñas desoladas donde cuesta tanto ganar el pan”.

Tenemos constancia de que Pilar retornó por única vez a su pueblo natal, Cardiel, en 1925. Falleció en Buenos Aires en 1952, dos después lo hará su marido cuando está viviendo en Madrid junto a las familias de sus hijos Emilia y Luís.

En 1954 motiva la estancia en España de la familia de Emilia (vivía en Estados Unidos) la concesión de una beca R. Guggenheim a su marido Lasansky.